Fe a que te recuerden de forma cariñosa, y no en tus brotes violentos.
Fe a que Dios haga justicia, y mientras tanto que el universo ayude a alargar la falta de justicia en la tierra.
Fe a que te vas a curar de tus lesiones:
- No hubieras sido motera - dice mi voz en off.
Fe a que tus deudas se saldarán, que tus hijos no se pelearán por la herencia después de muerta.
En mi caso no va a ser asi, ya se pelean bastante mientras estoy viva como para dejar yo que lo hagan después de muerta. Quiero morir como mi abuela, sin nada, y diciendo:
- Este mes también cobro, a ver si vais a dejar a deber el alquiler.
Solo tengo que resistir viva otros tres años más, tres solo, no aspiro a más.
En un año termino los impuestos de la casa, dos más y termino con la deuda a la Rafaela, y a ver si para entonces he vendido esta maldita casa y liquido. Todo lo que quede es para viajar, huir de la muerte como hizo y sigue haciendo Miguel.
Voy a hacer como hacía mi tita Eve, que nos cogía a uno cada día, un sobrino de cuatro, para que fuera por un día hijo único, mimado fuera de la manada, comiendo chuches, bañándonos en la bañerilla aquella chica, con la loca de la tita haciendo de las suyas.
Cada viaje, un viajero acompañante que me ayude con las maletas.
Voluntariamente me cuidarán para que no me ponga loca, para que no me pegue más cezazos, y podrán ser hijos, nietos, cashijos y otros descendientes, que de viejos no cuido, tienen que ser de mi edad para abajo.
Voy a fundir toda la herencia que pudiera dejarle a mis pobres hijos. Bueno, siempre les quedará Coín.