viernes, 30 de noviembre de 2012

IMPARES



Me encanta la película de Regreso al Futuro, es muy realista. Yo afronto el futuro alegremente, a la ligera. Me duele el hueso del culo y me pongo a bailar, si me da la cojera me contoneo para que parezca que voy moviendo el culamen, me duele una muela y me la saco tan contenta diciendo:

 ¡QUÉ BIEN, VOY A SACARME LA MUELA DE UNA VEZ!

Cuando pierdo algo o a alguien en el presente, siempre pienso que gracias a esa pérdida ocurrirán otras cosas que no hubieran sido si no es porque ésta ocurre.

Dicen que si me hubiese separado antes  no existirían mis hijos en mi futuro paralelo. No es verdad, no serían tal cual son hoy, no serían bizcos o rubios, incluso puede que fueran gitanos como dice mi niño quiere ser de mayor, pero que existirían, seguro, y que serían dos y dos, también. Por mi culpa o gracias a mí,  vienen mis hijos de dos en dos, de casta le viene a la galga.

Cuando una pérdida es inevitable, cuando uno no puede hacer nada, siempre que no sea la muerte, todas devuelven nuevas vivencias, buenas o malas. Una experiencia tan dura como mi separación, trajo consigo otras maravillosas, como escribir para vosotros, manejar de nuevo un coche, controlar mi cuenta corriente, educar a mis hijos sola, a mi manera, lo mejor que sé. También otras no tan buenas.

Ahora que soy impar o desparejá, como quieras llamarlo, mi vida se llena de gente nueva. Impares que nos buscamos por miedo a la soledad.

Cuando estás en pareja, pones el freno de mano en tu vida, la previsión reina tus actos.

Así es más divertido, ¿Soledad? ¡Quién dijo miedo! somos un grupo de viudas y viudos alegres que adelantaron su situación. Por eso quiero animar a todos mis impares a seguir haciendo futuro juntos.

Y ya sabéis, a follar por ahí, que no queremos pasar envidias cochinas.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

MIMITOS



Yo quiero un salido para mí. Cansino con cansina, salido con salida.

Quiero un ansioso que no se canse de darme besos.

Que pregunte: ¿Más? ¿Más?  Y no espere a ver que contesto, que me tape la boca con otro beso.

-          ¿Más besos?
-          Más, más, más.
-          ¿Más sexo?
-          Más, más, más
-          ¿Más Abrazos?
-          Más, más.
-          ¿No tienes sueño?
-          Na na naaaa, na.

Que se duerma con los hocicos sacados para fuera. Que me bese hasta en sueños, que me acerque a su cara y me bese durmiendo.

Que no conree los tequieros.

Que nos demos muchos mimos ¡SI! Que aprendan los niños.

Hace tiempo que no beso, ¿no lo he dicho? lo echo de menos. Es lo único que no puedo hacer sola. Me imagino dando un beso, y me mira la gente por la calle, los hocicazos le pego al aire.

Ser la reina de sus sueños, que piense en mí cuando se toque. Que mi culo sea su referencia, que mi cara quede en sus retinas,  ¿recuerdas? Es distinta, al terminar la partida.  

Que bonito es quedarse en su recuerdo, así no envejezco.

lunes, 26 de noviembre de 2012

¿POR QUÉ TENEMOS TAN POCA DIGNIDAD?

¿Por qué no actuamos con egoísmo, con amor propio?

¿Por qué nos emperramos en querer a quien menos nos quiere?
Nos golpean una y otra vez y volvemos a derretirnos solo por amor. Sin motivos ni causas razonadas, justificando lo injustificable, perdonando lo imperdonable y después nos preguntamos por qué lo hicimos. ¿Por qué?

Todos tenemos casos cercanos de mujeres y hombres maravillosos, mal valorados, mal cuidados, recogiendo migajas de personas que no lo merecen.

Rastreros. Somos la mayoría unos rastreros, o al menos lo fuimos una vez en la vida.

¿Merece la pena? Me pregunto.

Si, tú lo sabes bien, no merece la pena unas migajas, pero las recoges con la yema de tu dedo húmeda, sin dejar ni una.

Es irracional ¿verdad? es la cosa más tonta del mundo.

Tendremos que llamar a Iker Jiménez a ver que nos consigue aclarar.

Que es lo que produce la química entre dos personas, o de una a otra como es el caso que expongo hoy, un amor no correspondido.

Te intentas auto convencer de que no es así, que te quiere pero que no le gusta demostrarlo. ¡JÁ! ¡NO ME HAGAS REIR!

Luego con otra se hinchará de demostrárselo, pero contigo no le nace, sencillamente, no está enamorado, no hay motivación, no existe el gesto natural de llamarte, ver como estás, tocarte, follarte, besarte, abrazarte... E TE CE, E TE CE.

A saber que comentarios hará a tus espaldas, las veces que se mofó a tú costa por mensajes cariñosos que le enviabas sin recibir respuesta.

Las cosas son para quien más las quiere. Así debe ser, pero no es.

Menos mal que la vida, te va dando conocimientos para ser fría, calculadora y muy racional. Menos mal que solo en caso de calentón momentáneo sacamos los pies del plato. Pero eso no cuenta, es la fuerza de nuestras feromonas.

Si después tienes claro, que en realidad no te quiere, que solo se conforma porque no hay nada mejor, pues no sufrirás.

Una vez dije:

… nunca más llevaré cuernos, jamás. Solo hay una formula exacta, no pedir fidelidad, ni la pido ni la doy…

Hoy digo: nunca más seré mujer-tirita, jamás, si tienes penita ____ cáscatela.

Solo así, miro por mí.

domingo, 25 de noviembre de 2012

LOS BUENOS CON LOS BUENOS, LOS MALOS CON LOS MALOS



Si eres de los que llamas, si eres de los que das cariño, si eres de los que cuida, si eres de los que te preocupas… sigue haciéndolo, no desistas de ser como eres, a pesar de que al final, los malos son los que triunfan y se llevan el gato al agua.

Hay algunos que son buenos, pero solo al principio hasta la conquista. 

Para el bueno deseo, alguien como tú, aunque de sobra se que nos atraen los malos.

¡Que se junten ellos unos con los otros! 

sábado, 24 de noviembre de 2012

CORTAROLLOS

Si algo tengo claro en la vida es que a los niños y las niñas que me rodean les caigo bien. Hago cosas anormales, lo se, si me valora un adulto. Pero si me valora un niño, soy simplemente uno ellos, pero que además sabe conducir un coche. 

Me revuelco con ellos, son lo mejor del mundo, jamás podrá acercarse nadie a mí si no lleva el alma de un niño. Loco, tozudo, repetitivo, positivo, imaginativo, temerario, irracional para los adultos, ignorante para los mismos de antes…

Yo se muchas cosas de niños y muchas de adultos y puedo asegurar sin temor a equivocarme, que ellos llevan razón. Sin lugar a dudas.

Me encanta salir de la ducha y pasar por su mesa donde hacen los deberes con el culo al aire gritando:

 ¡NO MIRÉIS! ¡NO MIRÉIS!

Lo hago desde el pasillo, para que cuando entre en la habitación, ya se estén partiendo la caja de risa. El otro día estaba mi sobrina, y me preguntó: ¿TITA, TU PORQUÉ ESTÁS TAN LOCA?

Yo le dije: Viene de familia, como mi tita Eve.

Me encanta que me regañen, para poder llamar cortarrollos al emisor del mensaje. Y es que algunos niños crecen más que yo, y me ganan, como mi hijo el mayor por ejemplo.

Toda la vida la pasaría con ellos y si me encuentro un niño grande de mi edad, ¡ME LO TIRO!


Necesito compartir todo lo que estoy viviendo, transmitir al resto mis energías nucleares. Cada día le agradezco a Dios que me enviara aquel divorcio. Cada mañana despierto y pienso, por fin, he vuelto. Pero además, sin pesos.

No hay cortarrollos que me frene, ¡Qué locura!

jueves, 22 de noviembre de 2012

¿TACUERDAS?


Conversaciones que comienzan con un ¿qué tal? ¿Qué te cuentas? Y terminan con un ¿tacuerdas? Comienzas a recordar y tacuerdas de aquella cara cuando sintió el agua fría entre sus piernas, y de aquella que puso cuando tiraste la cerveza y del día que se hizo daño abriendo la lata de mejillones y casi llora, pero porque ya tenía ganas antes. 

Tacuerdas de miedos y rabias compartidas, de los regalos especiales, de las noches de espera y de las otras, las noches de piel y agua.

De los calores y fríos, sudores que se enfrían al destaparnos.

Tacuerdas del calor de su cuerpo cuando refugia el tuyo. De los abrazos sinceros y de los besos a roña. Las cenas preparadas para nada. El agotamiento al final de la noche, tacuerdas...

¿Tacuerdas? 

Si, yo se que tacuerdas.

martes, 20 de noviembre de 2012

UN TEQUIERO PARA TI



Yo me manifiesto. Soy cansina y rápida en declarar cariño. Me gusta mucho repartir tequieros. No es navidad, olvido santos y cumpleaños, no conozco el compromiso, si me apetece, te lo digo.

No tengo orgullo ni recuento los tequieros recibidos. Todo el día resuena en mi cabeza esa palabra, la que inventé, uniendo artículo y verbo, haciéndolo sustantivo.

Yo los reparto cada vez que me apetece, sin mirar quien me los devuelve o quien los guarda a cara perro. 

Yo quiero para siempre y mucho, por eso lanzo tequieros hoy, para todos los que sintáis que los recibís. 

¡Tequieros para hoy, para todos los queridos míos!

lunes, 19 de noviembre de 2012

TIRITI-TRAN




Y llega una gorriona a tu ventana
buscando tus miguitas va y se para
tú le dices: ya voy por pan, espera
si has de volverle la espalda, se vuela.

LVM

LIMPIO DE POLVO Y PAJA



Llega el día en que todo se calma. Miras a la cara de tus hijos y les pides perdón, por haber olvidado su amor, por haberles dañado, tan solo por un motivo, el amor de un hombre. Es bonito, no digo que el amor no sea importante. Es cierto que a veces necesitas sentirte deseada, que te abracen y te besen, como solo lo hace un hombre, tu hombre. Quizás incluso, nunca tuviste ni echaste en falta esos abrazos porque no te dabas cuenta.

Pero la vida tiene más momentos de felicidad compartidos con el resto de la humanidad. Espacios perdidos en pro del amor.

Una vez que dejas el pasado atrás, te liberas definitivamente. Comienzas a rellenar tus días con momentos realmente felices, disfrutando verdaderamente de todo, sin el resquemor de un fracaso sentimental, un engaño o un imposible.

Cuando uno consigue llegar a ese estado donde todo esto ocurre, es cuando realmente se siente curado del pasado, es entonces cuando el futuro te espera limpio de polvo y paja.

domingo, 18 de noviembre de 2012

IGNORANTE SOY segunda parte



Acomodaba su postura de mil formas diferentes sin llegar a la satisfactoria. ¡Qué posición tan incómoda! Con el día que llevaba y lo cansada que ya estaba antes, encima esto, dormir sobre una mesa. Metía las manos entres sus nalgas, estiraba una pierna, se giraba, volvía a acurrucarse en posición fetal, otra vez estiraba las piernas, ahora una sola, ahora la otra y otra vez volvía a su posición, siempre dándole la espalda. Pensó incluso bajarse al suelo, pero sabía que no podía ser por el frío.

-          ¡Míralo!, tan a gusto en su sillón con su braserito – rumiaba sus quejas.

No paraba de moverse y balbucear,  mientras él imaginaba mil formas de hacerla callar. Sisearle, palmotearle el culazo que tenía cada vez más cerca, todo menos ofrecerle su sillón. Estaba muy enfadado aún, aunque sabía que no tenía la culpa, debía pagar al menos un ratito.

Cuando ya estaba apunto de bajarse al suelo, sintió como su brazo se metía por detrás entre sus nalgas. Con la otra mano acercó los libros donde apoyaba su cabeza y la arrastró por la mesa de un tirón. La fuerza y el calor de sus brazos le hicieron sentir alivio al instante. Tenía su cara a una vuelta, pero ella no se inmutó.

-          ¿Qué pasa? ¿no estás cómoda?-  Le dijo al oído mientras retiraba con su nariz el pelo que cubría su oreja - ¿tienes frío? ¿por qué no me lo dices?

Por momentos entraba en calor, su sangre hervía por él sin tenerlo cerca, más aún así, indefensa a merced de sus brazos, de la fuerza de sus palabras.

No paraba de regañarla mientras enterraba su cara bajo su pelo. Mezclaba sonidos y besos, regaños y tequieros. Le hablaba de lo mucho que le había echado de menos, de lo fácil que era olvidarse de otras personas, de lo imposible que se hacía con ella.

Ella no se inmutaba. Ahora si estaba realmente enfadada. No eran necesarias aquellas palabras, tampoco guardarlas tantos días para sacarlas solo y exclusivamente gracias a la improvisación del destino. ¿Qué hubiera pasado si no se encuentran ese día? Ella lo tenía claro, que el silencio se hubiera cebado con ellos por muchos más días. Volvió la cara hacia él.

-          ¿Ahora me lo dices? No es necesaria tanta palabrería para echar un polvo. Yo lo deseo tanto como tú ¡gilipollas! Guárdate tus sentimientos, donde los tuvieras antes…

Siguió regañando, empujando con el culo hacia atrás para que la soltara. Cuanto más intentaba liberarse, más la apresaba. Sentía como su brazo le apretaba el coño, cada vez más caliente y excitado. Él hacía oídos sordos a sus reproches, mientras devoraba su cuello y buscaba entre sus ropas la piel de su vientre. Tenía las manos muy frías, tanto como su nariz, pronto entraron en calor.

Ella le agarraba la mano, forcejeando para que la soltara y él a su vez aceleraba más el ritmo, temeroso de su reacción.

-          Suéltame, si no te voy a hacer nada.
-          No que estás muy cabreada por lo de la estufa y el sillón. Que te conozco.
-          Que te he dicho que me sueltes, que te estoy avisando.
-          ¿Si te suelto te portarás bien?
-          ¿Qué voy a hacer? No pedo salir, tengo frío y estoy caliente.

Antes de que pudiera decidir, su tardanza la hizo desesperar y le metió un bocado en la mano que le hizo soltarla de golpe. En un instante la tenía sentada frente a él, con los pies como témpanos de hielo sobre sus nalgas. No sabía si quejarse por el mordisco o por el frío de aquellos pies. Sus gestos de reproche se mezclaban con los de disculpa. Expresiones de su cara que a ella la desarmaban.

Resoplaba en su cara, mientras él se quejaba del frío de sus pies. Ella bajó sus manos, levantó su sudadera y se las metió de golpe en el vientre.

-          ¿Y estas que? ¿No tienen derecho a entrar en calor? – le decía mientras amenazaba con hacer otra más de las suyas – ¿y esta que? ¿no tiene derecho a morder?

Acercó su boca los labios de él. Arremetió con un mordisco seguido de un beso. Su lengua buscaba el sabor añorado por tanto tiempo, sus ojos buscaban en su cara más carne para comer. Sus ansias le hacían apretar con sus manos el vientre con fuerza,  desarmarlo en su sillón sin poder ni tan siquiera abrazarla.

Ella empujó de un golpe la silla hasta topar con la pared y se incorporó en el suelo de frente. Se dio la vuelta hacia la mesa y le mostró su enorme culo.

-          No podíamos compartir el calor de tu estufa, solo para ti ¿no?

Se sentó sobre sus nalgas mientras se calentaba las manos. Él la cogió por las caderas apretándola con fuerza. No dejaba de hablar y reprochar mientras mostraba indiferencia a la vez que provocaba sus gestos. Las manos comenzaban a buscar por el interior de los pantalones, ambos dieron rienda suelta sus deseos por aquella noche, sin pensar en nada más. Al día siguiente todo volvería a la normalidad y volverían los silencios a los que estaban acostumbrados ya.

Sin bajar los pantalones siquiera, se buscaban entre las telas sus sexos. Sin necesidad de entenderse, ya lo hacían con gestos. Ya no había marcha atrás, había comenzado el juego, el que ambos deseaban desde hacía mucho tiempo.

Él despeja de inconvenientes ese culo que seguía como lo recordaba; duro, fuerte. Hasta daño se hacía en la mano para palmearlo, sin que ella se inmutara.

Está preparadísima y esperándole. No necesitaba más. Sus besos y sus amenazas lo habían puesto a mil. Solo con escuchar sus palabras, sus reproches y sus quejas, ya estaba preparado para penetrarla.

Pero además había tenido que aguantar, como le comía la boca, como le metía las manos por el pantalón, como aceleraba el pulso de su sexo con la amenaza de dejarlo así, aguantando el dolor de huevos.

Eso me pasa por quejita, por enfadoso, por orgullosos y malcriado. Me lo tengo merecido – pensaba.

-          Eso te pasa porque lo digo yo y aquí soy yo la que mando. Mi cabeza y mi corazón, ya van cada uno por su lado. Ya solo me falta, ser un poco más mala para que la vida me devuelva lo que merezco.

Esta mujer, siempre leyendo pensamientos.
Ella apoyada en la mesa, se dejaba hacer. Sin fuerza, sin ansias, rendida ante tantas ganas. Él la disfrutaba intranquilo, sabedor de que no quedaría la cosa así, no sin que cabalge un ratito en sus lomos.

- Ven aquí, ven. ¿eres capaz de abrazarme también?. Muerde ¿solo eres capaz de hacer una cosa? !acércate inútil! que quiero sentir tu peso... así, lento ¿qué prisa tienes?

Parar en el momento adecuado para alargar el placer, era una de las cosas que mejor sabían hacer. Ella lo sienta de golpe, llegó su turno. En cuclillas, con los pies sobre el sillón, abrazada a su cabeza, besando su frente, mordiendo su pelo y ofreciéndole su pecho. Queda indefenso.

Sus embestidas lentas no dejaban espacio entre ellos. El momento se clava en el recuerdo y les hace esclavos para siempre de él. Otros muchos cuerpos pasarán en futuros venideros, pero ninguno tan deseado como aquel. El de ella, el de él.

Y al terminar, más besos y consejos. Y algunos recuentos. Propósitos de enmienda y más besos.

Y se quedan rendidos, dormidos abrazados. No queda mucha noche por delante, fueron muchos los momentos de sexo. Puro y duro o con amor, ¿que más da eso?

Dormidos solo despiertan, al escuchar el perdón de una compañera ____ y la puerta.

Levanta la cabeza de su pecho, lo mira con los ojos negros de rime y el pelo descuidado. Como una niña chica que estaba durmiendo. No escucho nada, solo pudo ver su gesto.  

- ¡Nena, no te rías que no tiene gracia! ¡Te he dicho que no te rías!

sábado, 17 de noviembre de 2012

IGNORANTE SOY primera parte



Caminaba por aquellos anchos pasillos llenos de puertas, confirmando lo ignorante que era de la vida a pesar de ser tan vieja. Había aprendido tanto en tan poco tiempo, que no tenía dudas, le quedaba mucho por aprender.

¡Cómo le hubiera gustado dar marcha atrás y volver a vivir con todas esas enseñanzas!

Ahora, ya no tenía prejuicios ni ideas preconcebidas de nada. Ya no esperaba de los demás ninguna correspondencia, simplemente actuaba a favor de su propio interés intentando no dañar y con la sinceridad por delante.

Antes, cuando solo era una niña de treinta y ocho años, establecía un guión con diálogos a dos. Si el otro actor no conocía su papel, simplemente la obra de su vida estaba mal interpretada, incluso suspendía la función.

Ya no. Estaba decidida por la improvisación. Caminaba por la vida como por un gran escenario sin saber cuales serían los personajes con los que se cruzara ni sus diálogos, menos aún la acotación.

Inmersa en sus pensamientos, no le vio llegar. Se cruzaron cuando él, le dio el alto. De pronto se lo encontró tan cerca, que no podía dejar de mirar sus labios. Casi bizqueó por timidez.

Se abrazaron muy fuerte, con la euforia de los meses acumulados sin verse. Lo hicieron varias veces, se miraban, sonreían y se volvían a abrazar. Nadie por los pasillos era tarde, no debían guardar composturas, no tenían testigos pero si muchas ganas de abrazarse.  Besos de perdiz y caricias en la cara, brillo en los ojos, emoción e incluso algún pequeño puchero.

La lista de reproches era larga, pero más larga era la de cotilleos y curiosidades a contar.

Comenzaron a hablar despacio, tímidamente. Pero pronto apareció la confianza que tenían guardada y finalmente se contaban sus cosas con ansias, atropellándose las palabras, mandándose callar ambos, para poder contar, como si el tiempo fuera oro, sabedores de que quizás volverían a pasar muchos meses hasta que la improvisación les llevara a un nuevo encuentro.

Risas, caricias y algún reproche camuflado en consejo. Pasaron los minutos sin pausa, el edificio se quedaba vacío por momentos, la cafetería llevaba ya varias horas cerrada.

Ellos allí, en las escaleras, machacando tímpanos y lengua.

Muchos “te lo dije” algún “¿porqué no me llamaste?” y sobre todo, mucha complicidad.

Y después de aquello, llegó la paz con un abrazo silencioso y largo.

Todo terminó, debían volver a casa. Se dirigieron a la puerta de entrada, despidiéndose hasta más ver, con sonrisas y propuestas de repetirlo más a menudo. Las luces se encendían y apagaban a su paso. Todo parecía habitado, pero no era así, al llegar a la puerta de entrada _____,  estaba cerrada. 

Él la miró sobresaltado, reprochándole sus risas y su pasividad. ¿Cómo era posible que ocurrieran estas cosas? Seguramente no sería la primera vez, debía estar previsto. En aquel gran edificio, debía haber alguna puerta de emergencia, alguna cámara de seguridad, algún avisador para los servicios de vigilancia.

Pasaron los minutos y nada. No encontraron ni se les ocurría nada. Ella intentaba transmitir calma. Avisar a algún compañero que buscaran ayuda ¿podría ser?

Pero para él era una indignidad llamar, quedaría como un tonto ante sus colegas. Rondaban por su cabeza las explicaciones que debía dar: ¿Porqué estaba allí a esas horas? ¿Quién era esa señora?

Debían salir por sus propios medios.

Ella no podía evitar la risa, le ocurría siempre que se ponía nerviosa. Pero además las expresiones y gestos de su amigo se las provocaban. Esas risas a su vez, alimentaban aún más su enfado.

-          No te rías. Que te estoy avisando. No te rías.
-          ¿Me amenazas? ¿Qué me vas a hacer? ¿Castigarme sin cenar?

Era una provocadora nata. Desde muy pequeñita sentía una atracción brutal por hacer aquello que le mandaran no hacer. Mandarla callar u ordenarle que no hiciera una cosa, era provocarla para que ejecutara. Podía conseguir que se frenara unos momentos, pero no más. Sabedor de este defecto de su amiga, opto por soplar y soplar, callar y callar, e intentar ignorar sus risas.

Solo el cansancio la hizo parar. Las risas dieron paso a bostezos. Comenzaba a hacer frío en aquel pasillo.  Avisaron a sus familias de que no dormirían en casa, para evitarles preocupaciones y se dispusieron a pasar la noche allí. Por la mañana, ya verían la forma de salir cuando la actividad del edificio volviera a la normalidad.

-          ¡Anda vamos!
-          ¿A dónde?

Recibió la callada por respuesta. Estaba realmente enfadado. Ella aclaraba una y otra vez que no tenía la culpa y que ya la conocía. La risa estaba siempre presente en su vida, a pesar de que a veces era muy inoportuna y solía molestar, no podía evitarlo.

-          Si sigues enfadado, me dará más risa. ¿Qué quieres que te diga? Lo siento. Yo no tengo la culpa de que hayan cerrado la puñetera puerta.

Y al terminar cada frase, una risilla nerviosa.

La condujo por varios pasillos, sin mediar palabra. Abrió con su propia llave un pequeño despacho separado por mamparas de otros. En su interior tan solo unas estanterías cargadas de objetos, archivadores y libros. Una mesa, un sillón y poca cosa más.

Él se acomodó en su sillón y encendió un pequeño radiador que tenía bajo la mesa. Cruzó los brazos y cerró los ojos, muy enfadado.

Ella caminó unos momentos por el despacho, curioseando fotografías y carteles que colgaban de sus paredes. No había sitio para sentarse, no se atrevía a mediar palabra.

Su insolidaridad hizo que también ella se enfadara. Se sentó sobre la mesa, de espaldas. Pasado un tiempo, subió las piernas, buscó unos libros para apoyar la cabeza y se recostó de lado, de espaldas a él.

Apagaron la luz para intentar conciliar el sueño. Imposible dormir en estas circunstancias. Ella no paraba de moverse, era dura la mesa para sus anchas caderas. Conocía ese cuerpo desnudo y lo que podía hacer. Conocía sus movimientos. Conocía sus ternuras. Añoraba las noches en vela con ella. Sabía también que era orgullosa, jamás movería un dedo para provocarle el deseo. Debía ser él quien diera el primer paso.

Sentado en su sillón, apoyó los brazos sobre la mesa para recostar su cabeza. La tenía tan cerca. Reconocía el olor de su pelo. Ella no dormía seguro, pero no se dejaría hacer tan fácil, más aún después de su enfado. Su pelo, largo y desaliñado, caía sobre la mesa. Podía tocarle las puntas del cabello, sin que ella se percatara. Así lo hizo.

CONTINUARÁ…

jueves, 15 de noviembre de 2012

MIS SILENCIOS

Los que ya me conocéis sabéis que no me gustan mucho las normas para escribir. Me gusta juntar palabras, poner acentos donde no corresponde, escribir palabras en andaluz, hacer de verbos sustantivos y no se cuantas cosas más que se me ocurren para comunicarme, como a mi me gusta, hablando con vosotros.


Pero aún me faltan muchas cosas. Echo en falta al menos dos muy importantes que en música, si se representan. Los matices: aquello de piano, forte, pianissimo y los silencios.  No encuentro en mi teclado nada que pueda representarlos, solo las mayúsculas cuando grito. Los puntos suspensivos no me sirven, porque ya representan otra cosa. Si pongo puntos suspensivos, podéis entender que no me quiero parar a contar más cosas y que espero las supongáis. Las comas o el punto y coma, tampoco me sirven. Solo duran, lo que dura un respiro. Necesito más tiempo para representar mis silencios.  

Este es el símbolo que más se parece a un silencio en música _ y es el que utilizaré.

Tengo algo preparado, pero estoy cansada y no he podido terminar, mañana será otro día, queda dicho, mi nuevo invento para que me entiendas y te acerques más a mis letras.

lunes, 12 de noviembre de 2012

LA REINA DE MI CASA



Yo soy la reina. Me encanta llevar mi capa en invierno. Tú me dirás que es una manta vieja de pelo, pero, es mi capa, con broches dorados y todo. Se que tú verás una pinza de la ropa y por corona un pañuelo del cuello pero ese es tu problema, yo soy la Reina.

Nadie puede sentarse en el sillón de la reina. El que olvida esta norma en casa, friega los platos. Si viene un invitado y hace el ademán de sentarse en mi silla, todos dicen:

¡Noooo, que es la silla de la Reina! – gritando como locos y aplaudiendo como sordos.

Mientras, desde la cocina observo silenciosa, traidora de mí, a ver si cae la presa y me friega los platos. En realidad es simplemente la silla más cercana a la cocina para trapichear, pero eso solo lo dirás tú que eres mu listo.

Me siento superdigna, estirando mi capa para que no ser arrugue antes de sentarme.

Mis hijos se pelean por ella cuando la cedo, y es que, esa porción de poder que da estar sentada en esa silla, suele ser contagiosa, si no, que se lo pregunten a nuestros políticos, ¿porqué quieren el sillón a pesar de la ruina que tenemos en este puñetero país?

Me encanta caminar agarrando el filo de mi capa con ambas manos y terminar las discusiones con un: LA REINA HA HABLADO.

(En este momento, solo con letras no podéis escuchar mi tono reina, mi voz reina, ni mi mirada reina, pero yo si escribo en lenguaje reina, que para eso soy la Reina de mi casa).

Mis adornos en el pelo: lápices, coleteros, agujas de croché y todos los objetos que puedo sujetar cuando voy barriendo.

En mis bolsillos, cientos de monedas, normalmente de las rojas, el oro está muy cotizado.

En mi castillo se sigue reciclando por orden de la Reina. Supongo que dejarán de hacerlo en cuanto alguien les cuente aquello de que mezclan las basuras en el vertedero, que es lo que se cuentan todos los que quieren apagar su conciencia con ese tema.

Sigo reciclando a pesar de que me recogen la basura de la puerta, sigo llevando el reciclado a tres calles, no hay contenedores en mi barrio(ahora utilizo el tono rin tintín).

También reutilizo, pero por puro vicio. La curiosidad me ha llevado a romper un colchón viejo, para hacer un cabecero impresionante. Otro lo tira, yo no, yo lo abro, lo destripo, lo quemo y lo reutilizo. Así gasta la mala leche la Reina.

Este cabecero será de pelo, con florecillas y mariposas. No es para mí, yo soy más de espejo, aunque últimamente creo que se me ha suicidado la lívido.

Tanto hablar de cansancio de vida le ha afectado, a mi coño digo, está mustio, tristón.

Yo le digo: anda no seas así, anímate, si quieres te pelo.

Pero que va, espero que sea solo catalepsia. Con lo Barranca que yo era, hace tan solo un mes y mira pa lo que he quedao.

¡Pero estoy feliz, como no! Si es que la vida me ofrece momentos para reaccionar y sonreír, aunque sea sola y por la calle. Hace un rato paseaba yo muy seria cuando un ciego de mi barrio, le ha metido un pedazo de ganchazo a un canalón de aluminio y se ha asustado hasta él, ha pegado un pingo que no veas.

Mira tú, el Águila Blanca.


domingo, 11 de noviembre de 2012

ESTA SEMANA NO QUIERO MORIR



Tengo una amiga tan positiva, que no se puede tener en cuenta su opinión. Todo le parece bien. Tú le dices: “nena, que me divorcio”.

Y ella contesta: “muy bien, muy bien, eso me parece FANTAAASSTICOOO”.

Como será la cosa, que el otro día de bajón, le comento:

- Fea, estoy cansada. No es tristeza ni depresión, es simplemente cansancio. He llevado una vida doble, tengo mi casica terminada prácticamente, tengo un seguro de vida. A veces pienso, que sería un buen momento para descansar.

Y va la tía, y en lugar de quitarme esas ideas de la cabeza, me dice:

- Y yo, y yo. Yo también, la verdad. Me parece una idea FANTAAASSTICA, pero tienes que esperarme, que yo me voy contigo. Nos pegamos un viaje a lo thelma y louis, y nos vamos juntas a descansar.

Pasamos toda la mañana imaginando fórmulas para que pareciera un accidente para que nadie nos echara nada en cara, el día de mañana: - tiene que parecer que ha sido sin querer – decíamos. Todo así de natural, todo fantástico.

Intentamos hacer un viaje de esos de chicas cuando me divorcié, y llevamos proyectando ya va dos años. Ten amigas para esto. Ni siquiera me lee, dice que pa qué, que me tiene todos los días en directo. Yo le digo: - nena, si yo lo entiendo, si lo que entiendo menos es porqué la gente me lee, lo tuyo es normal.

Cada vez que alguien me dice con pudor, que no me ha leído, me hace gracia, porque la verdad que yo lo entiendo, sinceramente. Aunque también pienso que si no me leyera la gente, dejaría de escribir, seguiría como siempre hablando sola y ya está.

Bueno, esperemos que también los planes de suicidio conjunto se nos entorpezcan, como pasa con el viaje: - Nena, esta semana no podemos suicidarnos, que mi chiquillo tiene futbol… esta semana imposible, ingresaron a mi padre…me voy yo de viaje… esta semana no quiero morir que tengo una cena con amigos, la que viene ¿si?

Solo estamos esperando el momento.

viernes, 9 de noviembre de 2012

DESCANSE EN PAZ


Recuesto mi cabeza sobre la almohada. Estoy cansada. Mucho.

Peinas mi pelo hacia atrás con un dedo, mientras escuchas mis quejas y lamentos. No me arrepiento de nada, nada pude evitar. Mi vida es esta, la que me tocó vivir, con sus pequeñas variantes.

Yo misma la tejí diariamente con mis movimientos, detalles de los que hoy me quejo. He vivido doble, estoy mayor y cansada.

Tu codo sobre la cama, en tu mano recostada tu cara. Afirmas con la cabeza como si me escucharas, sonríes y me regañas. Pero no es tan importante lo dicho como las palabras, el movimiento de mis labios al expresarlas, mi lengua, mis dientes, mis gestos y mis lágrimas, las que escurren por mi cara. Cómetelas saladas, no hay como las mías, mis lágrimas, para dar más sabor a mi boca.

¡Qué te la comas de arriba a bajo! acaricia mi cara con mis labios.

Poco a poco me acurruco en tu pecho, te ofrezco mi nuca, mientras escondo pensamientos. Rastreas mi pelo mordiendo,  mastica mientras puedas, me voy venciendo, me alejo. Te quedas mi fuerza, no voy respondiendo, acaricias mi espalda, me envuelves con tu cuerpo.

Aséstame siete puñaladas con tu daga, y que parezca un accidente.  ¡Muerte de mierda! que vienes por mí solo a medias. ¿No ves que no respondo? Estoy muerta.

¿Qué esperabas, respuesta? ¿Qué quieres pelea? No tocaste el resorte necesario, no me enfadaste con tus palabras. Afirma de una vez que tengo la vida que merezco, verás como después de una mamada complaciente, con caritas de ángel de la guarda, te muero la polla al instante, escupo un cacho de tu carne.

Agarro tu mandíbula con una sola de mis manos, apago mi rabia besando. Uy! perdón, te mordí un labio.

Rabiosa, si estoy rabiosa. Es como mejor hago las cosas. Como mejor manejo la cama, cuando la tengo ocupada.

Peléate a vida o muerte, muerte. Soy yo la que te desvirgo esta noche, yo la que manejo tu vida de mierda, muerte. No seré dulce en mis embestidas, chupar, mirar, arder en tu infierno, esta noche tú, desearás estar en el cielo.

Vengativa, si, por tantas veces que me viste casi morir, ahora que ¡Muerte de mierda! Ensancho mis narices, busco pelea.

Lárgate que aún me quedan más vidas, espérame cuando mi cuerpo no te atraiga, cuando mi vida esté acabada. Esta, la última oportunidad que me diste, por mi parte no está terminada.

¡Qué me dejes! Ahora es cuando tú te vas de mi cama, descansa. Que termines y te largues. ¿Te debo algo? Cóbrate.  No te tengo miedo, tú me das paz ¿dónde estás?

jueves, 8 de noviembre de 2012

TUS SILENCIOS

Yo te quiero, yo te quiero, te quiero
resuenan tus palabras en mis sesos,
y yo te amo, y yo te amo y te amo
¿O serán de las mías recordando?

Yo te añoro, yo te extraño, te espero
no escucho, imagino si será cierto
tu espíritu viene y silba en mi oído
¿O será mi pensamiento cansino?

Tiempos  felices se mezclan con feos
lucen por tristes de los malos momentos
de esperas y muchos proyectos rotos
castillos de naipes que hacen los locos.

No puedo pelear contra el silencio
me acrecienta los malos sentimientos
me llena de rabia y de tu desprecio
Me puede, me gana, con él pierdo.

Es el olvido,es eso y más, es el silencio.


martes, 6 de noviembre de 2012

domingo, 4 de noviembre de 2012

OTRA VEZ FOLLANDO SOLA

Todos los días invertía un ratito en follarte en silencio. 

Dejaba de lado mis quehaceres para recordarte. Tu cuerpo desnudo, tus movimientos, tus gestos y tus palabras malsonantes.

Te comía la boca hasta hacerte partícipe de mi afición. Te hablaba al oído palabras sucias mezcladas con mordiscos. 

La excitación me hacía descontrolar mi saliva, que recuperaba de tu piel con mi lengua.

Aprendí a escupir, aprendí a insultar, aprendí a hacer tantas cosas en la vida, que en la cama no podía ser de otra manera. 

Te daba órdenes sin recibir respuesta, te hacía preguntas y nada. Te regañaba, te golpeaba, te pellizcaba con fuerza cerca de tus debilidades, agarrándote por los huevos. 

Una y otra vez me devolvías respuesta incorrectas, para que siguiera formulando preguntas, golpeando y amenazando.

Aplastando tu cuerpo contra la cama impidiendo tu movimiento, agarrándote las muñecas, apretándote con mi peso, apresándote con mis piernas, amarrándote con mi pelo.

¡Termina de una vez, lo que viniste a hacer!

En cualquier momento podías soltarte y palmearme. 

Devolverme unos cuantos de los recibidos, agarrarme a traición y sin pedir permiso, poseerme.

Exprimirme sin piedad, salvaje, pensando solo en tu propio bienestar, olvidándote de mí, sin querer, sin control, sin poder evitarlo.

Descubrirías mi enfado al terminar y te invadiría el temor a mi respuesta. No lo dudes, te reprenderé  fuerte, con violencia física y verbal.

Descubriré tus ojos de sorpresa ante mis ataques despiadados. Como niegas con la cabeza para intentar evitarloS. Que tu juego se te escape de las manos y comiences a lamentar haberlo empezado.

Al principio un poco de juego tiene su gracia, su morbo.

Si sigo adelante tengo la sensación de que me quedaré sola.

Si te largas de nuevo, será para siempre, ¡piénsalo! ¡eh!

¿Me escuchas?

¿Hay alguien?


sábado, 3 de noviembre de 2012

ASÍ ME VA

Como una niña pequeña soy, lo reconozco. Tuerzo el hocico y no puedo enderezarlo. Que pena no poder esconder mis adentros, que se me note tanto en la cara los enfados.

Que práctico sería poder fingir simpatía. Yo no. Yo pongo unas caras salvajemente serias cuando algo no me gusta. No guardo espacio de tiempo para la reflexión.

Simplemente un día me levanto y me tiro cuesta abajo, con peso a la cabecera de mi carromato. Se que finalmente me espera el cepazo, pero asumo que es mi freno, el único que tengo. El panzazo no duele tanto, mucho más quedarme quieta.

¿Miedos? Muchos, pero juntos no pueden con esta voluntad temeraria que me dieron al nacer. Si es que no puedo evitarlo, tampoco que mi lengua diga cosas que debo callar.

Me defiendo a puñetazo limpio, sin querer. Escupo a la cara de los que me dañan, aunque solo sea por un día.

Puede que al día siguiente me esperaran un montón de tesoros a su lado, pero si me dañas yo te escupo y si me pierdo algún premio, mala suerte, ya te he escupido.

Así me va.

viernes, 2 de noviembre de 2012

AMIGOS



Y les temes más que una vara verde. Te obligan a quitarte el chándal y a salir de casa sin penas y si de pronto estás mustio te dicen ¡eh! ¡eh! ¿ya ta dao el bajón?  ¡eeeeeeh!

Los amigos, no atienden a razones. Te cuentan tonterías que apenas escuchas y otras que te hacen comprender lo bonita que es la vida.  No tienen protocolo de actuación ni orgullo. Te llaman, te sacan de la casa y te obligan a no pensar en tonterías. Tu melancolía le suda los cojones, solo quieren verte bien y que superes esa tarde con éxito emocional. Mañana, ya estarás tú solo para que te den por culo.

La familia a veces no está cuando la necesitas, o incluso a veces no quieres que esté aunque la necesites. Valoramos a la pareja, amante o amigo especial, por encima de la amistad.

No es cierto, los amigos son muchos y están organizados. Están si o si. Si no uno, otro. 

No digo que sean cientos de amigos los que llaman a mi puerta cuando intuyen que estás pasándolo mal, pero aunque solo sean dos o tres, merecen ser correspondidos, quizás más que las personas que pasan por tu vida para un tiempo y luego si te he visto no me acuerdo. 

Ellos están ahí para cuando caes una y otra vez.

Gracias a todos por vuestros cariños, ya me pusisteis melancólica ¡so gilipollas! quizás será porque como me obligasteis a tomarte una última caña y ya estaba en mi límite, ahora tengo la fase borracha llorona. 

- ¿Dónde estáis ahora?

Claro, cada uno en su casica durmiendo la mona. Y la Mona, durmiendo sola.