Tengo amigos hombres divorciados y padres de los que estoy
muy orgullosa. Rehacer su vida no significa para ellos empezarla de nuevo, sino
continuar con su tarea como padres simplemente acompañados de otra mujer. No
intentan cambiar de ropa y rejuvenecerse como si fueran quinceañeros, siguen
siendo ellos, cargados de hijos como siempre.
Algunos se me quejan de no poder rehacer, los hijos se le
pegan al culo y no le dejan intimidad. Doblemente orgullosa por buenos y por
astutos.
¡Hale, a rehacer en el coche como adolescentes!
Los pollitos sigan a
tu lado, en su casa, que son la verdadera inversión de nuestras vidas, las personas aseguradas, las que no se aburrirán de ti, las que siempre te quieren si eres bueno con ellos.
El secreto está en que después de una ruptura de pareja, tus
hijos sigan siendo una pesadilla. Que sigas con muchas ganas de que crezcan y
se larguen, o de abandonarlos tú como es mi intención.
Hoy a los otros ni mencionarlos, hablemos de esos padres que
no escurren el bulto porque en realidad siempre lo llevaron con gusto, los que llaman
a sus hijos aunque no tengan nada que decirles, los que no necesitan de hijos
sustitutos a los que aconsejar y apoyar porque con los suyos ya tienen
bastante, a esos de los que yo al menos conozco un par, os felicito, habéis
tenido premio, vuestra propia estabilidad mental, ellos, nuestros hijos, nos van
a volver locos, pero sin ellos, ya lo estaríamos hace tiempo.
Yo obligo a los míos a contarme algo tres veces al día, como
una receta médica, cada ocho horas, en la merienda, la comida, la cena y el
café de las siete de la mañana.
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Dar conversación a la Reina – les digo, y como es algo que vienen haciendo desde que
comenzó todo esto de la nueva familia y el nuevo orden social dentro de la
casa, pues se resignan y hablan.
Hoy los mayores me contaron que en su escuela de arte han
colocado un pollón gigante. Claro, si somos de Jaén ni pollas, pues que van a
poner los chiquillos.
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Es una polla en 3D, con mucho realismo y grande hasta el
techo. Se puede uno sentar en los colonazos, mami - me contaba la niña.
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Es que las
nuevas generaciones no están acostumbradas, no es normal, se están criando en
una sociedad muy conservadora, no están acostumbrados a ver una polla.
¡ Ahora solo falta que además la pongan en movimiento!