Todo el mundo en Navidad tiene una tripa rota. Unos porque
viene mucha familia a la que tienen que atender, que tienen que cocinar, que
tienen que limpiar y que están deseando que pasen estas fiestas para volver a
la normalidad.
Otros tienen problemas con sus parejas, están más quemaos
que la pipa un indio y encima tienen que sonreír cuando lo que tienen es ganas
de meterle una patada al chiringuito.
Otros porque ya no tienen familia o la poca que le queda
está cada día más dispersa. Odian estas fechas porque se encuentran solos, con
lo a gusto que se está.
Es importante haber pasado un año malo para ser mucho más feliz que una mierda que te comas. No hay circunstancia que pueda con tu felicidad interior. Por muy mala que pienses que es tu vida, es la que tienes, de nada sirve renegar.
¿Cómo lo hago yo?
Compramos comida, la que más nos gusta a cada uno, la ponemos en la mesa y se sienta todo el mundo, no se cocina, no se recoge y se come lo que cada uno tiene ganas y el que no quiere o no puede venir, no viene. El día que venga, se hace la misma operación así por los siglos de los siglos aunque estemos ya en agosto.
Se trata de disfrutar de lo que te toca en cada momento y
pensar que quizás este sea el último año que estés así, en la circunstancia
que te toque vivir.
Si estás solo, disfrútalo, que lo mismo el año que viene te echas un novio con muchos hijos insoportables, un montón de nietos que gritan y que te vuelven loco o loca.
Levántate por la mañana, sal a la calle y no vuelvas, llama
a quien de verdad te importa y pasa las horas como si fueran las últimas de tu
vida.
Compra cosas precocinadas, no cocines ni vistas la mesa, alguien
lo hará por ti. Si estas solo solísimo, canta fuerte y tomate unas cervezas de
más, que para eso está el resto del año para mantener tu dieta.
Se firme en tu intención de ser feliz, ya sea caminando al
sol o bajo la lluvia.
No limpies, no recojas que tu casa sea un puto desastre, no
hagas la cama, como mucho organiza y barre un poco y a la calle.
Si tienes canas, ponte el tinte, no te mires al espejo
diciendo que vieja estoy, que fea me he puesto, el año que viene estarás más vieja todavía, alégrate este año que estás solo vieja.
Si tienes mocos, toma para la
alergia, el resfriado y lo que te echen, abrígate y sal a la calle que se cura
todo con la mera intención.
Si te duele algo, toma analgésicos y deja de pensar en eso.
Si estas en un hospital, líala parda, porque estás vivo,
otros no pueden decir lo mismo.
Si no tienes pareja, pajéate esa noche coño, date un gusto
pa ti y relájate. ¡VIVA EL SUBCIONADOR!
Si, he sido yo la que he regalado esta Navidad a mis hijos
guarreridas para que vivan su sexualidad en libertad y en soledad.
Si tienes pareja, disfrútala que el año que viene a lo mejor
no tienes. Si estás enfadado o enfadada, tómate la pastilla y tócale el culo.
Si tus hijos están fuera, alégrate de lo que vivan, mejor
fuera que en casa parados.
Si perdiste a seres queridos, piensa que así es la vida y
que un día serás tú la que no estés, por lo tanto, mete el máximo de ruido
mientras estés viva.
Joder, a ellos no le gustaría verte triste, piensa que es
por ellos también, que aunque estén muertos siguen cerca siempre.
Así podría seguir escribiendo hasta el infinito y más allá. Supongo
que muchos de vosotros estaréis maldiciéndome, pero es lo que hay, no estáis
obligados a leer.