sábado, 30 de abril de 2011

REGRESO A MI FUTURO (amor)

¡Y no se pudieron contener los amantes!
Consumieron
Se consumieron
el uno al otro,
y el otro al uno,
y los dos a una
como en Fuenteovejuna.

Solo espero
que comprendas madre, madres
que sin querer nos buscamos
y vuestro apoyo necesitamos
Nos encontramos
y nos amamos
y consumamos.

Seguiremos consumando
por los siglos de los siglos
En futuras reencarnaciones
nos encontraremos.

Se retrasó  trece años nuestro reencuentro
pero lo esperaba
Todo ocurrió según lo previsto
con un trasquilón de trece años
¡que se le va ha hacer!”

Entro en la máquina del tiempo...
y regreso… a mi futuro.

viernes, 29 de abril de 2011

LUNAS BOCABAJO

Sin censura

 Alfonso | jueves 28 de abril de 2011
Abrimos la persiana de nuevo, colgamos el cartel de abierto y limpiamos las ventanas para dejar entrar los rayos de luna, aunque estén bocabajo. Pocas cosas han cambiado, mi corazón está ocupado, mi cabeza está ocupada, mi cuerpo se preocupa, pero se afana en mejorar.

Por lo demás, sin censuras de ningún tipo. Lengua, jamía, aquí seguimos, a los demás: esto no termina.

1 comentario

Anónimo lenguaviva dijo...
Abrazo puzzle, a terminar que son cuatro mil piezas.
28 de abril de 2011 00:41

 

Conseguí que volviera a abrir su blog por fin, aquel que cerró cuando le dije que solo podíamos ser amigos...

Él dijo (1) http://www.youtube.com/watch?v=zZvocEJYKTA

Cuando le borre de todos mis sitios, pero no de mi memoria...

Él dijo (2) http://www.youtube.com/watch?v=9Mtsdo-kgi4

Así presenta mi chico, un catálogo de arte. Pulso de titanes, nooo, abrazo puzzle entre obreros de las letras. Te quiero. 

Lunas bocabajo

El crítico y el síndrome del gorrión.

Alfonso| martes 1 de marzo de 2011

Entro en la sala y enseguida noto que me viene el primero. Intento contenerme pero sé que es inevitable. Primer orgasmo, mancho mis calzoncillos pero afortunadamente no se me nota en los pantalones.
Me acerco rápidamente al primer cuadro, a ver qué ha hecho el tío este… joder, no, no puede ser. Noto que me viene otra vez, ¡pero si es una mierda de cuadro! Bajo la cabeza para ver si se puede ver la mancha de la segunda venida. Nada, aún estoy “limpio”.

Camino por la sala a paso forzado, apenas me paro en observar los cuadros; veo un grupo de gente admirando uno en concreto y me acerco. Un joven de gafas de pasta y pelo grasiento explica a un grupo de jubilados la importancia del arte y sobre todo del artista. Escucho solo unos segundos, me muevo al siguiente cuadro y noto como empiezo a correrme de nuevo. Esta vez no hay remedio, la cantidad de esperma derramada se filtra inevitablemente hasta llegar a la tela del pantalón, que para más inri es de color claro.
Pienso en salir de la sala y fumarme un cigarro, pero desecho la idea y opto por terminar de ver la exposición. El grupo me alcanza y el joven guía con pinta de voluntario universitario me mira para que me aparte o me una… y me uno a ellos. Me mezclo entre la gente y pongo cara de prestar atención. 

“Las ideas revolucionarias del artista se plasman con belleza desgarrada en estos lienzos temáticos que…” 

Una señora me mira el paquete, deja de prestar atención y se fija en mis pantalones. Me sonríe y saca un pañuelo del bolso. Me lo da y vuelve a mirar al cuadro.  

“En esta obra podemos ver el compromiso del artista con la sociedad y como pelea para rechazar los valores generales de…”

Sin que nadie me vea me coloco el pañuelo dentro del pantalón y me escapo del grupo. Me acerco a los dos últimos cuadros, un díptico horrible y mal presentado que no evita que me vuelva a pasar. Esta vez se me escapa un leve gemido que coincide con un silencio en la sala. Todos me miran mientras mi cuerpo se mueve a ritmo de convulsión. Noto el semen bajando por mi pierna izquierda. Es el momento de irse.
A zancadas grandes abandono la sala pero antes la misma señora de antes me para; lleva algo en la mano. 

-Se te ha caído el pañuelo. 

La miro con resignación y le doy las gracias. Abro la puerta de salida, enciendo un cigarro y empiezo a escribir en mi móvil.

“Señora delegada, la exposición es preciosa. Enhorabuena. Mañana tendrá el texto en su despacho.”

Empieza a llover, pero ya no corro para volver a casa, necesito recuperarme y dormir: mañana tengo otra exposición. Soy un eyaculador precoz del arte. Y crítico funcionario, para más señas. Mierda de vida.


jueves, 28 de abril de 2011

QUE GUAPO

¡Qué guapo! ¡Qué labios tan gorditos y rojos! Tan guapo como mi niño… será el niño, el hermano, el amigo, el nieto... de alguien. Con sus zapatillas Reebok, espera voy a ver como se escribe, con dos ees. Lo tengo delante, voy al médico para una tontería y me encuentro un adolescente que podría ser mi hijo, con su piel blanca, sus mejillas sonrosadas y sus cejas... no existen…

De su cuello cuelgan unos cascos de oreja, rojos. Su sudadera con cremallera y gorro, negra con cuadros blancos, muy grandes. Solo líneas se ven. Líneas blancas como la que sigue, como la que le conducirá a la vida o a la muerte.

Cómo me gustaría hablarle ahora mismo, contarle que volverá en otro niño, o que todo va a salir bien. Decirle que soy medio bruja que tengo intuiciones del 15 e inventar que me vino  la imagen de él con el pelo largo, una melena lisa ondeando al viento, persiguiendo una muchacha preciosa por un prado verde con amapolas rojas. Que le veo haciendo el amor, que le veo haciéndose viejo junto a ella.

Él pensará que el parado está en la tierra. No le mentiré nunca, solo disfrazaré la verdad.

Él nunca pensará en la muerte como respuesta a mis palabras. Pensará que mi intuición dice que se quedará entre nosotros. No podría seguir viviendo si no fuera así.

Me mira, escribo, ¿se da cuenta? No. Solo lo miré un segundo. Bostezo para disimular, se contagia de mi bostezo. Con su gorra negra con dibujos y letras blancas y muchas rayitas difusas… tanto como su futuro.

Mira la ventana, pensativo.

Una vieja se escucha en el interior de la consulta, se queja, protesta y se…

¡Maldita sea! ¡Que no tenemos derecho!.

Sorpresa, no va al médico para él… ¡acompaña a su abuela!. Una enfermera les explica, los pasos que han de dar para solucionar un tema de una prótesis para ella. El solo acompaña ¿no tendrá bastante con los médicos que ha de ver a la fuerza? No, además, va con su abu, a echarle un cable.

Salgo del médico impresionada, acongojada, admirada y lo encuentro fumando un cigarrillo. Para que dejar el tabaco ahora. Le pido fuego para por lo menos hablarle y me ofrece su cigarro, no un mechero, su colilla.

Este hombre en pequeño provoca tanta ternura como admiración.

Que pequeños y viles los que gozamos de salud y nos quejamos de vicio.

¡Qué fuerza! ¡Qué grande! ¡Qué gran hombre!.

miércoles, 27 de abril de 2011

¿ FRUTA DE HOTEL ? O TOMATE DE HUERTA



El otro día me dice una “fruta de hotel”: 

- El marrón no pega con el rojo.

La miré de arriba a bajo y de abajo arriba:

- Con este culazo ¿crees tú que se fijarán en los colores? - le contesté. 

Y es que la raza humana está dividida en dos subespecies claramente diferenciadas:

1.- Fruta de hotel. 
2.- Tomate de huerta.

No hablamos de género en este momento.

Independientemente del sexo, serás fruta o tomate. 

La fruta de hotel es perfecta. Su piel está impecable, sus formas ideales y sus colores homogéneos. 

Su cuerpo limpio y abrillantado se presenta en una cesta adornada con lazos y papel de celofán. 

Siempre disponible.

El tomate de huerta suele tener formas retorcidas, tumores en sus carnes, picaduras de pájaro y su color según le atice el sol. 

Su piel está rota por el centro, con heridas que van directas a su corazón duro, difícil de roer.

Revientan de lo rápido que crecen, lo grandes que son y lo denso que es su interior. 

¡INTENSO! 

Las personas que son fruta de hotel, no salen a la calle si no es perfectamente maqueadas.

Siempre piensan en ellas. 

Se las ve venir, van de cacería. 

A ellas se arriman otras frutas de hotel y cuando se fijan en un tomate de huerta, no pueden entender que con lo preciosas que son, ese tomate pase de su culo.

¿Por qué? 

Porque si la muerdes solo masticarás materia y tragarás a duras penas y a veces tendrás que escupir el bocado. 

No tendrás ninguna sensación de sabor, mientras que...

Un tomate de huerta se ha criado con estiércol y aguas sucias. 

De  su interior una explosión de sabor reventará en tu boca y sus fluidos y sus pepitas te chorrearán. 

Un tomate de huerta no está en una cesta, es difícil de arrancar de la mata, tus dedos has de clavar para conseguirlo, esta caliente por el sol, no refrigerado.

Él es  feliz siempre, solo con estiércol y agua, no sabe lo que vale, lo que atrae, no necesita hacer nada para gustar. 

Es un tomate de huerta, todo el mundo lo sabe, todos intuyen su sabor. 

Has de llenar tus pies de barro y no olvides que tiene mierda para alimentarlo.

Si dejas en paz a un tomate de huerta, muere feliz y de su interior, simientes de labor volverán a hacer más matas de tomates que continuarán con su vida. 

No morirá nunca, porque está sembrado. 

Si lo arrancas y si lo muerdes, ten cuidado que su caldo ácido que puede generar alergias, escoceduras y sufrimientos en tu piel.

Una  vez que se prueba un tomate de huerta, ya nada sabe igual. 

Y morderás pensando en él y comerás buscando aquel sabor,  y comerás por aburrimiento, porque hay que comer y ya está.

¡Y todavía la fruta no entiende como siendo más guapa, puede generar menos deseo! 

Es que la fruta de hotel en general no entiende.

Yo, tomate de huerta quiero ser, y fruta de hotel parecer.

martes, 26 de abril de 2011

ATANDO CABOS

Recuerdo cuando me enteré. Le dije a mi madre:

“Mamá, ya se porqué nos fuimos de Barcelona. Si te digo un nombre, ¿me dirás si o no?

Y pronuncié tu nombre...

Y me confirmó con una pregunta. ¿Cómo te has enterao?

“Atando cabos, máma... atando cabos”. Ahora le digo mamá, pero entonces, continuaba con mi acento catalán, con artículos delante de los nombres, y llamando a mi madre “la máma” y a mi padre “el pápa”. Con un caramelo gordo en la boca, de piñones, mmmm

Ella utiliza mucho esa expresión, desde pequeña la conozco, y desde muy muy chicos, mis hijos saben perfectamente lo que es, atar cabos.

Ese verano te abracé pero no sabía nada. Yo tenía 11-12, tu 5-6. fue el mismo verano
del baño mortal. No sabía porqué, no recuerdo bien, mi cabeza tiene demasiados resets.

No se si fue en ese viaje o en otro. Si, si, ahora recuerdo bien. Después de ese verano,la gran pregunta y a los tres o cuatro años, vuelvo a mi tierra. Bueno, a donde nací..

Donde naciste tu. Donde nacimos todos. Todos, menos nuestros padres y madres.

Yo tenía 15 años, ya le conocía a él. Tu seis menos, nuestra diferencia de edad. Me fui de vuestro lado el día de tu nacimiento. El día que tú naciste, se descubrieron todos los secretos, todos ataron cabos. Tú, delataste a los amantes. Eras tan igual a mi.

¿Sabes? Me cuentan cosas de ti, se que siempre cuidas de todos. Se que adorabas a tu verdadero padre... el que te crió. Lo se porque fui a su entierro y te vi. Y desee abrazarte como hermana. No me dejaron. Decían que ya tenías bastante con perder a tu padre en un día. Dos veces no...

Yo no quería eso, yo no quería que perdieras a tu verdadero padre, solo quería que
ganaras una hermana. Un apoyo.

Se que puede ser difícil para ella, tu madre. Se que puede pensar que te lo cuento por venganza. Será uno de mis pocos relatos que no lleven venganza.

Te lo cuento porque la sangre tira y necesito que sepas que te admiro por todo lo que me dijeron que hiciste. Aquí tienes a tu hermana para cuando la necesites.

Las distancias son muy cortas ahora. ¿sabes? Hay amigos en Facebook, que me hablan desde la otra parte del mundo. ¿Porqué tú no?

Hablarnos algunos días, contarnos nuestro problemas, las cosas buenas, las penas...

Siempre desee tener una hermana, hasta que me enteré. Entonces desee no tenerte,
porque es peor, tener y perder. Quiero recuperarte. Ahora tengo una nueva hermana, mi manager y amiga, pero me faltas tú...

Otro recuerdo me viene de pronto. Yo 15 tu 9, un abrazo en la playa...

Un abrazo bajero les llamo yo. Están los abrazos puzzle, que se encajan cuellos y
cabezas a la misma altura y los bajeros, que son los que dan, niños y niñas a gente
mayor o más alta.

Éramos dos niñas, pero yo estaba muy alta. Me abrazaste desde abajo, con tu cabeza en mi pecho, tus bracillos por mi cintura. Yo te abarcaba toda... hombros, espalda, toda.

Entonces ya sabía que eras algo más que un familiar. Un impulso eléctrico me recorrió,parecido al de los amantes. Yo siempre digo, que la vida es una gran orgía, yo amo a mucha gente.

No me dejan que te moleste, que te perturbe, que salgas de tu ignorancia.

No se si es lo mejor que sigamos así hasta la muerte, por eso, necesito que seas tú, la que ate cabos... Y me llames... Y me busques.

¿Tú recuerdas ese abrazo? Ata cabos, por favor.. ata cabos.

sábado, 23 de abril de 2011

!! ABLÁZATE TU LOS PUTOS GÜEVOS”¡¡ (protesta)

La definición de ablación es: extirpación de un órgano del cuerpo.
¿Por qué siempre lo relacionan con nuestro clítoris? pobrecito…
Hay muchos a los que le diría “ABLÁZATE TU LOS PUTOS GÜEVOS”, algunos muy cercanos a mi, pero otros, están muy lejos.
A ellos dedico hoy mi relato. Ignoro a los cercanos. Lo mejor que puedo hacer por mi, es considerarlos desaparecidos. Reset pa vosotros. Ahora hablaremos de los otros…
Hoy no quiero criticarlos, hoy no quiero hacer lo que todos hacen. Solo me gustaría, tener un gran deseo. Que despierten todas de la pesadilla, hijas y madres que deciden. Lo meteré en mi caja de los deseos. No soy optimista. Hasta 2001 no lo ilegalizaron. Para que llegue la pena de cárcel ¿Cuánto queda? Y una vez hecho ¿donde estarán los testigos?

PAPEL MOJAO, CRITORIS ABLAZAO.
¿Como puede una cara reflejar tanta vitalidad y alegría después de lo vivido? http://www.youtube.com/watch?v=7memsRzMGFI
Esta cara, no lo ha vivido, no la muestran después. http://www.youtube.com/watch?v=rMQb9YEpfVQ

viernes, 22 de abril de 2011

ANTES DE MORIR...(erotismo)

ANTES RECOMIENDO LEER... BUEN PROBECHO

¿Erotismo? Como puedo hablar de algo que ya ni recuerdo, que no se si he vivido o solo en sueños, en cuentos chinos, en relatos escritos por otros. Podría hablar del ansiaviva, eso si, EL ANSIA VIVA DE LENGUAVIVA ... pero ¿erotismo?

Me pongo las gafas y pienso. Se que no debo extenderme, en un blog no se debe. No es un libro. Pero no. Hoy dejaré volar mi imaginación hasta el orgasmo literario. No se si solo mío… o vuestro. Esta vez no lo haré en dos partes. El que se canse que no lea. Los demás que sigan el impulso irrefrenable de un orgasmo, esta vez figurado. No se si dejaréis de leerme a mitad del camino, como cuando uno se rinde sin conseguir el orgasmo deseado ¿os ha pasado? seguro que alguna vez. No se si lo deseáis tanto como yo…Tanto como aquellos dos jóvenes deseaban vivir. En aquel agujero regalándose su último beso antes de morir...

Caminan por el bosque, totalmente a oscuras, no hay luna, ¿bueno? ¿malo? Nunca se sabe. Bueno para no ser visto. Malo por no poder ver que se le avecina. Malo para no ver donde ponen los pies, incluso casi imposible de encontrarse entre ellos. De pronto un grito de los dos, casi al mismo tiempo. Una gran caída, entre matorrales. ¿Donde está? están en un gran agujero, escavado en la tierra. Magullados, exhaustos, golpeados y aturdidos por la caída, se miran a los ojos. Y se abrazan, con miedo a su alrededor ¿que es esto? ¿donde están?

Mientras tanto, en el agujero, consigue balbucear alguna palabra con ella. “No podíamos salir de nuestra cabaña, pero tampoco quedarnos. Uno a uno fueron matando a todos… a todos. Yo me escondí, pero también nos mataran. Estamos aquí para eso, para ser su alimento. He visto como entre varios devoraban a un compañero, como si de un pollo asado se tratara. Peleando por las mejores partes de su cuerpo. Delante de los demás, sin ni tan siquiera intentar pararnos. Se toman su tiempo. Conocen el bosque y somos un juego de niños para ellos...” un llanto impotente se apodera de él. Se rinde.

Un ruido fuera, se abrazan, esperan... Están aquí. Ya van a por ellos, ha llegado su momento....

Abrazados, tiemblan. Se miran. Sus caras de horror, de pronto, se relajan. Piensa, al menos, moriré abrazado a una chica. Igual ella. Su deseo consigue evadirlos de la situación y por un momento, un momento antes de morir, se rozan la cara, se aprietan los cuerpos, con miedo. Sus ojos transfieren la información necesaria para conocerse en segundos. Para desearse al momento. Sus labios… tan cerca. Ellos también están mirándoles ya, desde la boca del agujero. No piensan, en segundos morirán, pero antes.. un  tierno beso. Lento. Dulce. Susurrante, les hace olvidarse de todo. Un beso de amor indefinido, que perdurará en el aire, tras su muerte. Sus labios adolescentes, se funden. Como cuando un niño cierra los ojos antes de tirarse a una poza en el río. Como si pusieran la venda negra del condenado a muerte en sus ojos. Un beso venda. Un beso de luto ya.

El beso se torna, pasión y sus cuerpos despiertan, se aprietan con fuerza.  Ya deberían de estar muertos, pero les dejan unos momentos más. Y más. Más pasión. Sorprendidos, miran hacia arriba y descubren muchas frentes blancas y ojos grandes y negros observando embelesados la escena. Hipnotizados. Ocultas sus bocas, parecen más humanos… Y de pronto, se alejan. Tienen más comida. Les dejarán más tiempo.

Horas después, siguen abrazados. Sentados en el interior de una caverna aledaña al agujero. ¿Un refugio allí adentro? Escavado en la tierra, como si lo hubieran habitado antes. La tierra arcillosa del suelo, muy aplastada, casi hecha cerámica. Varios tronco, apuntalaban aquí y allí. Alguien más vivió en ese sitio mucho tiempo. Es definitivo.

Hablaban, hablaban abrazados. Sus manos enlazadas. Sus ojos esquivos. Avergonzados. Eran dos extraños momentos antes de morir y ahora....

“Por el momento, seguimos vivos” le dijo antes de coger su mejilla y acercar su boca a su frente. Esta vez no era un beso desesperado. Era… voluntario. Después de su frente besó sus ojos, su nariz. “me encanta tu nariz” le dijo, para arrancar una sonrisa. Sus mejillas blancas eran tan tiernas, tan suaves. Baja un poco mas y la mira a los ojos.

“No dejes de mirarme, no cierres los ojos”. Sus bocas se funden. Con los ojos abiertos, mirándose alerta. Solo se cerraban involuntariamente, cuando la pasión no les dejaba pensar....

Un golpe en seco les frenó. Cómo si un cuerpo muerto golpeara el suelo con fuerza desde lo alto. Se esconden todo lo que pueden. Con su cabeza en el pecho, escondidos el uno con el otro..... pasan segundos interminables. ¿qué pasa? poco a poco, comienzan a deshacer el nudo que se hicieron. Asoman un poco la cabeza fuera de su refugio.

Un gran bulto circular, atado, en el centro del agujero. Se acercan al rato, sigilosos, temerosos a sus trampas. Pero no, no hay nadie afuera. No se escucha nada.

Comienzan a deshacer nudos... una colchoneta envuelve mil cosas necesarias para sobrevivir. Antibióticos ¡que no falten!. Como saben las criaturas que las heridas pueden hacer que se les muera la comida. Comida, agua, mantas de abrigo… todo lo necesario para mantenerlos vivos. Hasta que les llege su momento.

“Quizás hubiera sido preferible que nos mataran, yo no quiero morir”- dijo ella.

“No pensemos más. Pensemos que estamos juntos de acampada, que tenemos un fuego, que pondremos las risas. Tienes que hacer un gran teatro, para ti, para mi… ¿si?”

Se quitan las lágrimas, ahora tú, yo. Sonríen con mocos en la cara y comienzan a preparar la zona de acampada.   

La comida, el fuego. Si, tienen hasta su fuego. Se curan las heridas. Se asean. Hasta ropa le enviaron los amigos. Que no les falte detalle.

Después de la cena, no saben si la última, comienzan de nuevo las confidencias. Ambos habían tenido sus experiencias. No sería una primera vez. Todas las primeras veces, son ... las primeras veces. No se por qué le ponen romanticismo a eso ¿alguna primera vez fue romántica? ¿fue bien? nooo, son un trámite que hay que pasar, para conocer la verdadera primera vez. La de la compenetración... la primera vez que lo sientes, que sientes que tu cuerpo convulsiona y que tu mente no está.  Que tus ojos no ven y tu alma… tu alma se funde con la suya. Eso no ocurre la primera vez.

Ellos ya tenían cubierto el trámite. No estaba asegurado el éxito pero tampoco
el fracaso, como la primera vez. A un metro del fuego… su colchón. Uno solo.

Sentados, sobre él, se miran de frente y poco a poco se abrazan. Ella abre sus piernas para sentarse sobre él.  Pecho con pecho, vientre con vientre, sexo con sexo. Convexos. Conbesos. Con muchas más cosas… Comienzan a desnudarse. Hace frío pero el fuego lo mitiga. A la luz de una lumbre, la piel adquiere muchos colores. ¡Que espalda tan perfecta la de ella!. Llena de lunares, lunas para él. Su pecho, pequeño, natural, lunas crecientes. Es muy joven.

Ella se quita la camiseta de un golpe. Tiene el pelo demasiado largo, casi melena. Muchos días de campamento ¿eh? el pelo cae, tras salir del agujero de la camiseta, pero antes, ese cuello desnudo, sin ropa ni pelo ni suciedad ni heridas… Es irresistible. Ella, lo besa mientras termina de quitarse la camiseta.

En su oreja descubre un anillo. Un pendiente de pirata, pequeño, que no había apreciado hasta entonces. “Me encanta tu pendiente” le dice. Es verdad que es sexy un pendiente en su oreja. Ellos se lo ponen para transgredir las normas. Pero luego, se encuentran doble premio. Mordedura con pendiente, atakkkeee mortal.

Desnudos sus pechos y sus vientres, el frío desaparece. Sus besos se tornan pasionales, mucho y a cada beso… un pellizco, un impulso eléctrico al estómago. Se podría medir. Cómo cuando te hacen un electro. Una ventosilla de esas justo en el esternón, detectaría el impulso eléctrico de sus besos. Cómo baja como un rallo hasta sus sexos. Sus sexos, palpitan. Despiertan.

“No dejes de mirarme, no cierres los ojos” el pudor de ella contrasta con los ojos de él. Su mirada se torna perversa, casi malvada. Y luego vuelve de nuevo él. Es excitante ver esos cambios de mirada. El primer cambio… al bajar su cremallera. Vuelve el adolescente, pero cuando ella toca su sexo, de nuevo esa mirada adulta, extremadamente malvada. Ella se excita, busca esa mirada, como si necesitara verla para confirmar que lo está haciendo bien. En medio, risas, bromas y miradas de complicidad. Si mantuviera esa mirada en el tiempo, se asustaría, pero vuelve una y otra vez a decirle, que soy yo, solo que estoy tan excitado, que no controlo mis gestos.

Desnudos por completo, sus sonidos ya no se pueden controlar. Menos mal que no están en un campamento de verdad, con casas de tela, si no despertarían hasta a los cocineros.

Todo el tiempo se dedica a ella. No quiere que se descentre. Solo quiere dedicarse a ella.

Ella le dice “¿y tú? “

”No pienses en mi, no pienses en mi. Yo solo quiero mirarte, mientras eres feliz”
“¿si? Ahora soy feliz aunque mañana esté muerta”

Continúan una y otra vez, tocándose, como si no fuera necesario nada más. Se tocan, llegan por separado, no a la vez. No como está establecido. Juntos al unísono ¡Nooo! ahora tú, ahora yo, ahora los dos… Tienen todo el tiempo del mundo. No tienen quehaceres, no tienen nada. Solo se tienen el uno al otro.
Y después de muchos, muchos incontables. Agotados..  exhaustos…  duermen. Pero antes de dormir, él se acerca y sin mediar palabra la penetra. Mirándola a los ojos. Sin ningún preámbulo… bastantes fueron ya. Sin nada de por medio  ¿para qué?. Si no llegaría a término. Morirán antes.

No pesa sobre ella, no entiende como lo hace, pero la deja libre para moverse y respirar. Despacio, lento, mirándola a los ojos, gesticulando, sonriendo, con la risa de un niño travieso. Comienza el final. Ahora sí. Ahora, cuando no se lo esperaba, consigue llevarla más allá de donde nunca fue. Llenarla por completo. Con su correspondiente orgasmo ¡como no!. El de los dos. No al mismo tiempo ¿por qué? Primero yo,  tú me miras. Luego tú, que yo te miré como convulsionabas. Los dos a la vez, no vemos nada… O si, qué mas da. Nada está escrito.,, 


CONTINUA EN... SIGUEN ALLÍ, VIVOS Y COLEANDO



jueves, 21 de abril de 2011

YOOOOOO, YO SOY OBRERO

Abre el enlace y canta desafinando y altoooo… si quieres…


Yo no maldigo mi suerte
porque obrero nací.
He disfrutao toa la vida
y así me siento feliz

Otros hacían puzzles de cuatro mil piezas.
Desde chica me ponía,
Con una buena protesta.
Con una buena protestaaaa

Bajo al encierro jugando,
porque del cole volví,
Mi mare está protestandooo
“veniros a come aquí” ( Iartel con fartasss a la puerta de mi casa).

Y cuando tengo una pena
Lanzo al viento mi cantarrr

Soy obrero, y forjé mi corazón con una protesta.
Soy obrero, y si esto te molesta tira de esta.
Soy obrero porque a mi nadie me manda…
Y solo quiero el sonioooo… de mi gargantaaaa.

Compañero… que te van a dar lo mismo pide lo tuyo!!.
Y al patronnnm decir  yo quiero y  repetir al mundo entero:
Yoooo… yo soy obrero.

Yo soy obrero porque a mi nadie me manda
Y solo quiero el soniooooo deeeeee mi gargantaaaaa

Compañero… que te van a dar lo mismo pide lo tuyo!!.
Y al patronnnm decir  yo quiero, repetir al mundo entero:
Yoooo… yo soy obrero.

Yoooooooooooo ooo oooo ooo, soy obreroooo.


Los que protestan oficialmente no son los mismos de antes, pero tampoco nosotros somos los mismos, tampoco nosotros tomamos la iniciativa de protestar, descargar rabia, liarla...

Bueno, no todos. Algunos no se conforman con tener presa su libertad, presa de nuestras deudas. A precio de oro pagamos nuestras casas. Oro del que cagó el moro. Mira estos, como se lo pasan, yo quisiera estar en sus filas...


LENGUAVIVA, obrera de las letras quiero ser.

miércoles, 20 de abril de 2011

BUEN PROVECHO

EL PRINCIPIO DE TODO ESTÁ EN ... EXHAUSTOS

Aliviados sonríen y todo son palabras de aliento. Cógete esto, que no se te olvide lo otro, venga, os esperaremos aquí. Os queremos mucho, todo saldrá bien. Mil palabras en pocos segundos, sin perder tiempo, sin tiempo para arrepentimientos.

Aterrorizados caminan. Avanzan varios pasos fuera de la cabaña. Miran a los lados, asustados y comienzan a coger confianza. No hay nada. Desde la puerta sus compañeros los miran. Ninguno quisiera estar fuera, pero todos también lo quisieran, porque al menos, ellos puede que consigan volver a casa.

Caminan, de espaldas ya. Terminaron las despedidas. Mientras sus compañeros los miran alejarse. El guía voltea la cabeza una vez más, un último vistazo. Levanta la mano y saluda. Les quiere dar un último adiós. Ha dividido el grupo y tiene miedo de que solos no sepan organizarse sin autoridad. Voltea, abre los cinco dedos, su compañero camina delante, levanta la mano ... y siente un fuerte dolor en la misma. Fuerte, seco, un gran dolor. Al mismo tiempo un grito horrorizado y múltiple de sus compañeros. Mira su mano y una flecha gruesa y corta, atraviesa todos sus huesos y tendones. La sangre chorrea brazo abajo y no sabe ni si quiera como corre de nuevo hacia la cabaña. Antes alcanza a ver a su compañero que se vuelve a los gritos… mira atónito la escena, solo lo vio unas décimas de segundo.

De pronto un terrible sonido de hojas pisadas, muy rápido y unos brazos que abrazan por detrás al chaval. No le dio tiempo ni a gritar. Sus ojos abiertos como platos, blanco por todas partes en esos ojos y una cara de incredulidad que se alejaba en el bosque.

Corrió con todas sus fuerzas, ya no le dolía la mano para nada. No sentía dolor, el apego a la vida y la fuerza de la situación lo obligaba a correr, a correeerrr hacia su salvación: la cabaña no estaba lejos, pero parecían kilómetros. Escuchaba pasos detrás, fuertes, contundentes, corrían hacia él...

Mas rápido, mas rápido, sus compañeros saltaban gritaban, diosss, vienee,  que vieneee, decían, correeeee,  corrreeeee ¿que es eso? Correeee ...

Lo abrazaron muchos, todos… y cerraron la puerta, apuntalándola con todos los cuerpos. Corre, muebles, corre ... todos trabajaban en equipo, apuntalando puertas y ventanas, sin pensar. Y afuera…el silencio… Esperaban golpes, gritos, esperaban intentonas de acceso, esperaban tantas cosas… Pero no. No fue así.

No gritaba. Era el guía. Tenía que ser duro ante los ojos de los demás. Pero el dolor, volvió de pronto y golpeó su garganta. Tenía que gritar, pero no quería asustar. Gritos con boca cerrada descargaban su garganta. Como gritos de un parto, con dolor al límite.

Todos lloraban, gritaban desesperados, pensaban en su compañero, vieron como se lo llevaban las criaturas. Eran seres altos, blancos y desnudos. Su piel recubierta de un polvo. Piel blanca con niebla. Eso es…solo vieron eso.

Al finalizar un alarido cerrado, consiguió sacar su voz fuera con un grito: ¡¡ya estáaaaaa!!

“Si, ha pasado lo que ha pasado y hemos visto lo que hemos visto. Si, pero ahora hay que intentar salir de aquí y tenemos que mantener la calma. Lo primero, esta flecha. Necesito que me ayudéis. Una ampolla, vamos.... todos están paralizados. .... ¡¡vamoooos yaaaa!! Una ampolla. Tú, eres el siguiente, si me pasa algo, tú tendrás que coger el mando. Tienes que ayudarme a quitarme esto”.

¡Qué lástima!. Un adolescente tan joven y de pronto asumir el cargo de presidente.

Le dieron la ampolla, algo que morder pero él no estaba tan débil como kike, él no se durmió y se dejó hacer. Solo el dolor se mitigó con la ampolla y una pequeña borrachera le invadió.

“Venga, vamos, tienes que romperla”- decía, mientras su boca dormida no  retenía las babas. Babas mezcladas con lágrimas y sudor – “A la de tres ... Una, dos, .... “

“ Espera, espera,”decía el chaval.

“Noooo, vamos sin pensarlo”. Lo mira a los ojos para que coja confianza. El chaval asiste con la cabeza. Unaaa, dosss y tres…

Crackk, casi al mismo tiempo el sonido de la flecha y un gran alarido de dolor. No pudo evitarlo… no esta vez. Todos lloraban y se abrazaban, mirando hacia las ventanas y las puertas.”Ahora sácala....  aaaahhH”  un alarido de nuevo, pero algo más controlado.


El botiquín, su gran aliado. ¿Quien prepararía ese botiquín? ¿Quien viviría en esa casa?. ¿Lo habrían matado las criaturas? Seguro que si. Todo estaba como si el habitante de la casa acabara de ser cazado. Sería eso… Era imposible que siguiera vivo.

Todos durmieron esa noche juntos, muy juntos. Nadie salía del grupo. Ni para ir al baño. Al baño… juntos también. Es curioso pero pasas totalmente del derecho a la intimidad en esos momentos y te da igual oler la mierda de otro, mientras cuando te toque no le importe oler la tuya. No se separaban para nada.

Habían visto muchas películas de terror donde siempre había un tonto del grupo que salía a fumar o a la cocina por algo o al baño.... no, no, no… eso no les pasaría. Juntos todos… a todos sitios.

O todos a la vez, o todos o ninguno.

Así pasaron los días. Agotando toda el agua y comida que les quedaba. El guía pasó fiebre, sudaba, temblaba. A pesar de los antibióticos esa flecha tenía algo más que le hizo rozar la muerte con los dedos. Todos pendientes de él. Era su fuerza. Era el único que podría sacarlos de allí. Si él moría estaban perdidos. No tendrían fortaleza para intentarlo siquiera.

Caminaban por un camino empedrado de horas, minutos y segundos. Los segundos transcurrían lentos, muy lentos y formaban horas, cada día y medio. Y las horas días, que duraban meses y así pasaba el tiempo allí…. Sin ver la luz del sol.

Un día, el Guía, cuando el hambre ya no le dejaba ver, decidió abrir aquella puerta e intentar algo, esperanzado en que las criaturas no estuviesen, no habían dado señales de vida en todo este tiempo.

Todos discuten ¿salir? ¿Quedarse y morir de hambre? ¿De sed? Sus fuerzas se merman y el pánico a la muerte comienza a ser su amigo. Ya no es tan duro morir mientras sea de forma rápida. Si en ese botiquín hubieran podido encontrar algo para ayudarles en ese trance… lo hubieran utilizado juntos.

Venga, hay que intentarlo. Voy a salir. Buscaron entre todos algo con lo que defenderse, una barra de hierro de una cortina, una punta para ponerla de lanza, amarres, escudos, todo de forma casera para vestir a su guerrero. ¿Quien? quién iba a ser… no admitía ninguna otra propuesta.

Preparado frente a la puerta todos lo tocan por última vez. El hombro, la espalda, no hay mas abrazos… ya los hubo pero además es como tocar a un muerto. Pensaban.

Abre la puerta despacio, mira desde dentro por una pequeña raja, a los lados, al frente, hacia abajo. Y al mirar al suelo, no consigue comprender lo que ve.

¿Que es eso? –dice-, todos le preguntan, cada uno con palabras distintas. ¿el que? ¿que ves, que es?

Es... no puedo creerlo ... es ... comida.

No la toques, no la toques, seguro está envenenada, seguro que es una trampa para que salgamos, no... cierra, no la toques…

Así fue, cerraron en seco. Y volvió a pasar el tiempo. Mil quinientas conjeturas de nuevo, por siete, siete, los que quedaban vivos. Pasaron varias horas más, hasta que el hambre volvió a cegarles y abrieron la puerta. Todos avisados y rápidamente acapararon toda la comida y agua que pudieron y cerraron de nuevo. Así varias veces, hasta tener todos los víveres con ellos.

Eran manjares extraños. Frutas que nunca vieron. Carne, verduras, agua, pan, de todo.

Era como un sueño dentro de una pesadilla. Pensaron… si tiene veneno, pues mejor, terminará esto. Y comenzaron a comer con ansia.

Pasaron de nuevo los días, largos y lentos. Y de nuevo rondó la idea de intentarlo. Esta vez saldrían todos, equipados para la batalla. Se prepararon, se entrenaron, hicieron todo tipo de armas con los muebles y los utensilios que pudieron encontrar. Siete adolescentes que habían visto muchas películas de acción se envalentonaron y se animaron los unos a los otros. Todos menos uno… No podía caminar. Debía permanecer allí hasta su regreso. Con él, una chica, la que lo cuidaba con esmero desde siempre. Pequeña, delgada, al contrario que él. No les unía una relación de amor, si no reconocer en el otro a un igual, igual en debilidad respecto a los demás. Temía a la oscuridad, temía a los ruidos, tanto miedo no se puede llevar en el camino. No puedes conducir un coche si tienes miedo a estrellarte a cada momento.


Llego el día de la partida. Todos acojonaos, para que mentir. Vigilantes caminan y caminan, no les queda más remedio. Y sorprendentemente, los dejan caminar…
Pasan días caminando. El mapa señala la salida, claramente. Todos están eufóricos, van a conseguir salir del bosque, según el mapa. De pronto, a la vuelta de un recodo en la montaña, escondido como mísera alimaña, un muchacho de su edad. Ensangrentado, con los ojos vacíos, mirando a ninguna parte., con la mente muerta y el cuerpo paralizado.

¿Quién es? ¿Será el morador de su cabaña? Lentamente se acercan. Se encaja más aún en su refugio, con los ojos abiertos como platos, pero sin ver nada. Muerto de miedo.

Una muchacha valiente, la única del grupo. Se acerca “ssss, no te haremos daño, sss”

Su cara desencajada, refleja el terror vivido pero ante la imagen de ella se relaja y las lágrimas brotan de sus ojos, sin gesto alguno de dolor. Solas escurren por su mejilla, hablando de todo lo que le pasó. No dijo palabra.

Ella limpió su cara con un pañuelo. Sangre y lágrimas. Y le ofrece agua.

No comprendía su ofrecimiento y el agua brotaba por su boca, sin tragar ni gota. Solo húmedos sus labios, al quitar la botella saboreó.

¿Quien eres? ¿Que haces aquí? ¿Que te pasó? ¿Estas solo? ¿Vives en la cabaña? ¿Donde están los demás? ... esa fue la pregunta que le hizo reaccionar. Giró la cabeza, miró uno a uno a la cara, a los ojos, y volvió a la cara de la chica. Muy lentamente dijo: “muertos”

Esa palabra golpeó uno a uno todos los corazones. Lo sacaron de su agujero y le dijeron que estaba cerca la salida, que estaba todo controlado, que viniera con ellos. Casi sin fuerzas, accedió. No le quedaba otra. Y caminaron juntos los seis.

Se hizo la noche y pronto el frío se apoderó de ellos. Juntos, muy juntos, acomodaron sus cuerpos en un lugar más o menos seguro. Un ripio les protegía la espalda y ella hace la primera guardia. Con su lanza alzada, esperando avisar si algo se movía en la noche.

Duermen todos, menos él. El nuevo no confía en la destreza de estos supervivientes y comienza su huída. Ella se percata y  le sigue de cerca. Lo llama intentando que entre en razón. Pronto se alejan del grupo. No se acuerda de avisar a los demás. Todos duermen indefensos..

Caminan por el bosque totalmente a oscuras, no hay luna ¿bueno? ¿Malo? Nunca se sabe. Bueno para no ser vistos. Malo por no poder ver que se les avecina. Malo para no ver donde ponen los pies, incluso casi imposible de encontrarse entre ellos. De pronto un grito de los dos… casi al mismo tiempo. Una gran caída entre matorrales. ¿Donde están? están en un gran agujero escavado en la tierra. Magullados, exhaustos, golpeados y aturdidos por la caída, se miran a los ojos y se abrazan, con miedo a su alrededor
¿Que es eso? ¿Donde están?

Mientras tanto, todos duermen indefensos, confiando en su guardiana. Espalda con espalda, alineados de espaldas al ripio. El primero, tranquilo, acomoda su postura y voltea hacia su compañero. Cara con cara, sus respiraciones se juntan. De pronto un sonido los alerta. El grito de sus compañeros. Abren los ojos de golpe, se miran, y un tirón en seco del primero hace que su cara desaparezca en segundos. Arrastrado de los pies, golpeado como a un animal muerto, desaparece entre los pinos. Golpe a golpe. Ante la atónita mirada de sus compañeros que se ponen en guardia para la defensa.

¿Que defensa? están como peces en una pecera. No debían haber salido de la casa, nunca lo conseguirán.

A la mañana siguiente, otra vez dos mil conjeturas, por tres que quedaban. Debemos volver, no tenemos ninguna posibilidad. A lo mejor no han muerto, a lo mejor alguien los tiene solo secuestrados.

Mientras tanto en el agujero, consigue balbucear alguna palabra con ella. “No podíamos salir de nuestra cabaña, pero tampoco quedarnos. Uno a uno fueron matando a todos, a todos. Yo me escondí, pero también nos mataran. Estamos aquí para eso, para ser su alimento. He visto como entre varios, devoraban a un compañero, como si de un pollo asado se tratara. Peleando por las mejores partes de su cuerpo. Delante de los demás, sin ni tan siquiera intentar pararnos. Se toman su tiempo. Conocen el bosque y somos un juego de niños para ellos...” un llanto impotente se apodera de él. Se rinde.

Un ruido afuera, se abrazan, esperan. Están aquí. Ya van por ellos, ha llegado su momento....

Amanece. Deciden volver a la cabaña. Esperan encontrar alimento o al menos agua y refugio allí. Vuelven caminando. Ya no se esconden. Saben que si quieren los atraparán… para qué guardar silencio. Están convencidos de su presencia. Los escuchan seguir sus pasos, en los árboles, en el suelo, por el aire. Han escuchado alas planear, como las de un búho, una vez vieron a uno en el bosque y conocen ese sonido.

¿quien será el siguiente? pregunta. “¡Cállate! no digas eso, llegaremos. Sigue caminando”

En todas las películas de aliems y fantasmas habían visto como siempre atrapaban al último de la fila, cuando de pronto, ante sus propias narices y sin mediar un segundo, algo se descuelga de un árbol, delante de sus narices abraza al primero tapando su boca, y desaparecen los dos. Segundos de silencio. Petrificados quedaron. Tragando saliva y cerrando los ojos rezaban, no les quedaba más remedio que creer en Dios en esos momentos. Unos segundos más. Otro momento y .... el esperado grito atronador de su compañero.... silencio de nuevo.

En ese gran nicho circular, la noche da para mucha conversación. Conectan. Se encuentran. El miedo les une. Saben que no les queda mucho tiempo. Han de hablar de lo que hicieron y lo que no harán jamás. Están muertos en vida. Lo saben. Están en su nevera. Hace mucho frío allí. Se abrazan. Se acercan. Se miran con lágrimas en los ojos y sus labios se funden en un beso definitivo. El último que darán en su vida. Lo saben, son conscientes de que la muerte está cerca y la reciben con dignidad y valentía. Ni tan siquiera intentaron salir, era imposible. Para que perder el poco tiempo que les quedaba.

Abrazados escuchan sus pasos, se miran a los ojos, se abrazan y esperan. Ya está. Han llegado. Muchos además. Son muchos. En la boca del agujero pelean por el festín. Ellos son la cena. No miran hacia arriba. Solo se miran, se besan y se rinden.

En el otro escenario de la tragedia, consiguen llegar a la casa. La puerta está abierta… mala señal. Al entrar en la cabaña,  horror, horror, horroroso. No hay rastro de sus amigos, al menos de sus cuerpos, pero su sangre y algunas vísceras están por todas partes. Por todos sitios. Que horror. Están muertos…

Entran en pánico. Cierran todas las puertas y ventanas. Apuntalan. Lloran. Risa nerviosa también. Locura. Inmóviles escuchan los sonidos de afuera. Pasos, respiración, rastreo de un animal buscando a sus presas. Piensan… entrarán en cuanto quieran.

Estaban equivocados... ya estaban dentro.

No hubo tiempo de despedidas, devoraron al último de sus chavales, no quedó nadie, nadie. No tendría que dar explicaciones a los padres, sabía que él estaría muerto también.

Sale corriendo de la cabaña y desde el cielo una criatura, cual halcón lo divisa y cae en picado. Imposible huir. Se voltea, abre los brazos en cruz, cierra los ojos y piensa: “será mi último vuelo. El vuelo final. El vuelo de la muerte”. Siempre quise hacerlo, volar desde un peñasco,desde lo más alto de aquella colina que culminaron todos con cansancio, risas, sudor y satisfacción. Imaginó que ese momento había llegado y mientras, la criatura hacía realidad ese sueño. Divisó desde lo alto el bosque. ¡Que bosque tan extraño¡.  

En el centro, un gran palacio. Con caminos que conducían desde todos los puntos del bosque, como ríos desde su nacimiento. Muchas criaturas, recorriendo la muralla, vigilantes, expectantes, viene algo de comida. Hay que ser avispados para no perder un buen bocado de carne fresca. La mía.

Ahora lo comprendía todo, ataba todos los cabos. Las botas, aquella mañana, para que no salieran unos días más. Las cosas meticulosamente ordenadas, como el que ordena una casa de muñecas. Ajenos a esos utensilios. Solo era un escenario para su comida. Comida viva. Una jaula para sus conejos. Nosotros.

¿Donde estará este bosque? ¿Donde?... caminamos mucho hasta llegar. Ya les dije que ese no era el mapa que teníamos al principio. Que no coincidían las coordenadas ni las escalas con el que me dieron con el material de acampada. Todos se rieron de mí cuando dije que no era mi mapa… varias veces lo dije. Ahora lo comprendo todo.

A lo lejos alcanza a ver una excursión de niños perdidos, que se acercan a una cabaña ¡noooo es una trampa, es una trampa!,  les dice ¡Noooo!, son simplemente tramperos.

Revolotea vigilante una criatura a lo alto, ellos no la ven. Ahora comprendo todo, se nos perdió la brújula... desaparecía nuestra comida, nos echábamos la culpa unos a los otros.  Ahora comprendo. Ahora comprendo…

Cazadores, tramperos. Somos su comida. No es la única cabaña, tienen trampas por todo el bosque y las chimeneas humean y ....están bien alimentados, por eso aquella comida cuando estábamos tan hambrientos. Durante todo el invierno, las criaturas, duermen y al llegar la primavera, sus alacenas están llenas.

Ellos se encargan de que se llenen. Somos solo..... comida. Caza. Buen provecho compañeros ¡¡ Vamos!! ¡¡ A comer!!.

CONTINUARÁ EN ... ANTES DE MORIR

martes, 19 de abril de 2011

EXHAUSTOS

Quién dijo que la ruta estaba controlá. Quién dijo que llegar al refugio era fácil.

Exhaustos, sin comida y derritiendo la nieve para beber ....

Llegaron equipados con todos los pijoteríos del mundo, raquetas, botas ... poco a poco habían ido tirando lo prescindible, poco a poco el mejor equipo se volvía en su contra, pesaban las botas, se rompían sus raquetas y al final un rastro de material, un dineral.

No pudieron tirarle a él… era un amigo, aunque en varias ocasiones lo pensaron, lo hablaron e incluso lo intentaron. Pero los gritos desesperados de kike, se les clavaba en la sien y en el alma y volvían a por él. Una y otra vez…

Sus narices peladas, sus labios ensangrentados, secos, sus dedos morados, sus orejas insensibles y caminando… hacia alguna parte. El guía, el que más fuerza tenía, no podía rendirse, él no. Tenía que llevarlos sanos y salvos. Era su responsabilidad.

De pronto, divisaron a lo lejos humo de una hoguera ¿entre la nieve? ¿Un fuego? Aceleraron el paso, poco a poco, lento, aceleraron lo que las fuerzas les permitían, lento muy lento.

Conforme su retina alcanzaba a ver, euforia y alegríaaa, el refugio, ¡! Siii ¡! Salvaron la vida por fin. Abrazos, llantos, gritos desesperados. Se aferraban a la vida, sin decir a los demás como temían perderla. La vieron cerca, cada noche la muerte dormía con ellos. Acurrucados unos junto a otros, no acertaban a adivinar quien despertaría con un cadáver al lado.

Todos a salvo, todos bien, menos él… Gritaba de dolor todo el tiempo y cuando no gritaba, gemía inconsciente como viejo moribundo en el asilo. Terminal.

Al llegar gritaban a voces para que alguien saliera en su ayuda. Estaba habitado el refugio, el humo salía con fuerza, la hoguera estaba atizada. Nadie salió a su encuentro.

Al empujar una puerta, estaba abierta, les sorprendió. Pero la euforia les invadió de pronto. Abrazos, llantos de emoción, besos en la boca, de amor, entre dos. Con dolor, por las heridas, pero con esperanza por poder continuar amándose para siempre.

Sobre la mesa, comida. Pan fresco recién hecho. En la chimenea, una parrilla de carne, con dos chuletas. La cama hecha, todo meticulosamente ordenado, como si pudiera disponer de todo el tiempo del mundo. Sus libros organizados, documentos sobre una mesa, un mapa, una brújula, un camino a seguir. El baño impecable. El albornoz húmedo. Zapatillas de estar en casa, al lado de la cama, colocadas.

¿Donde estará? pensaron. Solo unos segundos después el hambre les hizo encontrar pronto la alacena, cargada de víveres. A cocinar, a comer, a vivir, volver a vivir…

Un botiquín completo, con todo tipo de cosas para curar. Ordenado, con notas y manual. Parecía que lo dejaron para ellos. Para cualquiera que encontrara el refugio en apuros.

Tal fue su euforia que olvidaron a kike en la calle, gimiendo. Un grito les alertó de ello y salieron todos a por él. Le contaron que estaban salvados, que todo había terminado, que por fin llegaron al refugio. Él sonreía sin ganas, con la poca esperanza que le quedaba pero no dejaba de gemir. Sus botas, habían hecho un cuerpo con sus pies y sabía que eso tendría un buen final, para todos menos para él.

“Quitarme esto por favor… mis pies… los pies. No los siento, no los siento.  Ahhh!! No, no, no, no toques ni no me las quites, déjalas, nooo”

Hicieron de tripas corazón y sortearon, quien debía ocuparse. Pero el guía, el mayor, dijo:  “no,  he de ser yo… vosotros traer el botiquín”.

En el botiquín, una ampolla de cristal, con instrucciones. “Anestésico: puede producir la pérdida parcial o total de la conciencia o de los recuerdos. En concentraciones suficientes evitan temporalmente la sensibilidad en el lugar del cuerpo de su administración. Su efecto impide de forma transitoria y perceptible, la conducción del impulso eléctrico por las membranas de los nervios y el músculo localizadas, temporales o parciales. Las contraindicaciones son .....”

“Venga kike, pa dentro, que te vas a poner bien”.

Pasado un rato, el valor ¡hay que tener el valor! Y el guía lo sacó de donde no lo tenía. Teniendo en cuenta que le tocó llevar a estos chavales, siendo tan solo cuatro años mayor, este guía, en su familia era el benjamín. Bajó la cremallera de la bota solo hasta la mitad, no podía más. Con un bisturí, recortó el resto y comenzó a abrir. Sonaba como cuando abres un embase a medio descongelar, para cocinarte unas verduras. No olía a nada, estaba totalmente conservado.

Un tirón, un sonido seco, como de leña rajada. Como cuando robábamos tirajitos para la lumbre de los árboles. Todos, un pellizco, abrazos, quejíos comunitarios.

Un vómito, en la puerta, un llanto. Dios, no querían estar en su lugar, se alegraban que fuera a él y no a ellos. Al quitar la bota hasta hueso se podía ver. Ningún dedo por supuesto, es lo de menos, pero la planta, pelada de músculos y los tendones a la vista.

      “¡Suero, venga, suero calentito. Vamos todos al trabajo, antes de que despierte!”.

Mientras unos se encargaban de este horror, el guía, el fuerte, el niño, lo hacía con la otra bota. Esta vez, peor aún. Su imagen estaba tan reciente. No pensaba “a ver que pasa” sino “esto es lo que va a pasar”. Que asco, que fuerte, que dolor reflejado en la cara de kike, que no estaba del todo dormido. Pero no tenía fuerzas para gritar, ni gemir.

Otra vez todos con el otro pie, los dos por igual. Alguien tiró las botas a la nieve, con fuerza con coraje, con terror de ver lo que dentro quedó.

      “Ya está, ya está… saldrás adelante. No te preocupes. Tus pies están bien. Podrás     hacer lo que hacías antes kikeee, mira, te has quitao un número de pie ¿no decías que tenías un numero difícil? El cuarenta y seis. Pues ahora veras. Jajaja, venga kike”.

Risas para camuflar el llanto y el horror. Kike sonríe complaciente, para evitar mas dolor y también balbucea bromas. Claro, ahora verás en la playa, jajja un número. ¡Eso si que va a ese un número! Voy a parecer un mutante nadando por el mar. Como en la peli... dicho esto, se durmió. Durmió varios días. Sus compañeros, le acercaban comida y agua en pequeños sorbos y seguía durmiendo. Pero todo iba bien. Su piel comenzaba a regenerar, poco a poco. Ayudado por el botiquín que les aconsejó antibióticos y unas curas muy sencillas. Poco a poco se recuperará.

Mientras, las horas pasaban despacio. Momentos alegres, preocupados. No tenían ninguna forma de avisar. Solo esperaban la vuelta del morador de aquel refugio. Pero nunca lo hizo ¿que pasaría con él?

Poco a poco la nieve se retiró y comenzaron a recuperar las esperanzas. Ya la comida escaseaba, eran un grupo numeroso. Debían intentar la vuelta a casa.

Una noche, cuando planeaban su vuelta con mapas y material del refugio, escucharon un grito atronador, escalofriante, un grito de muerte. Un animal, no os preocupéis será un animal.

Hasta ese momento, se escuchaban muchos sonidos en el bosque. Nuestros amantes, en más de una ocasión, volvían blancos de sus incursiones en el bosque. No por la falta de fuerzas y la entrega. Si no por sonidos que ellos decían no haber escuchado en ninguna de sus rutas ni acampadas, que eran muchas desde niños.

Era como si algo o alguien escuchara sus planes de huida y se preparara para el ataque. O como si alguien que hasta el momento estaba hibernando, despertara ante el olor a carne fresca.

Continuaron con sus planes. Eligieron a dos valientes, el guía por supuesto era uno de  ellos. Instrucciones para los que quedaban. Racionamiento del agua, conseguir comida extra. Todo controlado.

Se despedían de ellos en el interior de la cabaña con un buen desayuno. Fuerzas para la ruta, decían. Va a salir todo bien.

Al abrir la puerta, despistados, sus caras chocaron de frente con algo pestilente. Todos se echaron la mano a la boca. Su olor invadió la estancia como si de una bomba nuclear se tratara. Una bomba de olor a muerte. Colgaban del quicio de la puerta, unas botas devoradas en parte. De ellas salía ese olor y también algo blanco que se movía al unísono…

Eran.... ¡¡las botas de kike!! O lo que quedaba de ellas. La carne putrefacta colgaba de los agujeros hechos por mordiscos de un animal. Los gusanos caían al suelo ante sus ojos. ¿quién colgó eso ahí?


Cerraron corriendo, dos de ellos apuntalaron con sus cuerpos. Los demás gritaban. De nuevo el pánico les invadió. Pasaron las horas. Volvió la noche y después el día. Mil conjeturas, ocho mil posibilidades, mil por cada uno. Ninguna racional. ¿ donde estaba el habitante de esa casa? ¿por qué salió cuando llegaron? ¿quién colgó las botas?

Se envalentonaron y abrieron la puerta aquella mañana, despacio. Tenían que hacerlo, ya casi no les quedaba comida ni agua. El miedo les atenazaba. Poco a poco el haz de luz de la puerta, comenzó a abrir y un sol resplandeciente les llenó de esperanza sus almas. No había nada. Más conjeturas, sería la imaginación, sería ... no se. No estaban y todos comenzaron a olvidar, ayudados por el hambre que les perseguía más que los fantasmas…

CONTINUARA EN ..... BUEN PROBECHO 

lunes, 18 de abril de 2011

ESTO ES QUE TE CAGAS


¿No te ha pasado que te vas de viaje y no puedes cagar?

El agua, las comidas... no sé, pero no puedes. 

¿A que a ti te ha pasado?

Pasan los días y tu vientre se rellena, poco a poco, desde el café de antes de salir de casa hasta la última ración de chopitos.

¡Hala! todos ahí, en fila india, por el intestino, queriendo salir y nada, que no hay manera. 

Que no. Que no es mi water, ¿que tendrá de especial? 

Blanco y de porcelana,  pero no hay nada como el water de uno.

Yo tengo un relato a mi water. Si queréis lo añado. Me va a regañar la jefa, por largo. Dice que no me leéis cuando lleváis un rato. Hay gente que cuando habla, al rato se pone en modo yoga. ¿si? ¿eso hacéis? Contestad malditos, aunque sea en anónimo.

El último día, el de vuelta a casa, ya te empieza a dar el apretón. Tu water desde casa te llama, te echa de menos. Pero tú no, ahí duro, dura diciendo: 

- Para lo que me queda, ya cuando llegue a casa. 

Y cargas tus maletas con dificultad, con el culo en el logopeda, diciendo:

- uuuuuyyyy, uuuuu yyyyyy, uuuuu...

¿Te empeñas en aguantar? 

Tus intestinos se revelan y dicen: 

- Ahora veras. 

Y viajas a casa apretando los cachetes. 

¡Ay perdón, ahora seré yo!

Apretando el ojete, descompuesto ya, con sudores de la muerte. Entras en tu ciudad, ¿trafico? ¡no!¿aparcamiento difícil? ¡no! todo se vuelve en tu contra. 

Abres el maletero y pasas de las maletas, que las roben, ¡ Qué me cago ! 

Perdón, hacer aguas mayores.

Llegas a casa y te das cuenta que no eres el único con esa manía. 

Una manada de cagalets corren hacia tu baño, como si de un maratón de San Antón se tratara, todos por el pasillo, corriendo, con el asterisco amenazando, con el zorullo sacando los ojos. 

Coges el manillón de la puerta y miras al otro cagalet con cara de desesperación y lástima ...  suplicando, sacando el interior del labio de abajo y subiendo las cejas por el centro.

Por fin entras, abres su tapa, esa tapa blanca, ovalada, tan distinta a las demás ¡que tendrá que no puedo mirar a otra! ¡ que tendrá!.

Te sientas, pero antes, te da tiempo de coger tu revista ¿eh? caducada desde hace un año, mojada y reseca, con las hojas revueltas. Así fuera el último suspiro de tu culo, el primer peo con peso considerable, ten daría tiempo, mmmm, que alegría! ya está aquí! ¿cuanto ha pesado?

Te sientas y ¡ah! lo dejas hacer. No tienes ni que pensar en apretar. Tu cara se relaja como después de un orgasmo, es lo más parecido, cagar en tu casa después de ocho días. Siempre hay cerca un espejo donde ver tu cara de felicidad. 

¡Y que la gente necesite dinero para ser feliz! 

¡Con lo bueno que es echar una cagada a gusto!

Si, todos cagamos, hasta la reina. Con el rey no te metas, que es mi padre.

P

domingo, 17 de abril de 2011

LAPÍDAME ¿ TIRARÁS TU LA PRIMERA ? (protesta)

No pienso desvelar los secretos de los sucios. Los que se esconden para pecar. Los que hacen cosas sucias a escondidas, y luego muestran su cara mas tierna. Yo no. A mi me hicieron buena, y despacio, como decía Gloria. Que no se os olvide, que soy buena.

Si, sigo siendo una buena persona, aunque, ahora, cante a los cuatro vientos mi dolor. Aunque he decidido vivir libre, y decir lo que pienso en cada momento.

PEAZO POLLON, nos se dice, lo se. Pero detrás de estos tacos, está un canto al feminismo y mansculinismo.

A la gente, que necesita tener alguien con alma para hacer el amor.

Solo verán los tacos, no leerán entre líneas, la mayoría, me lapidará.

Y sufriré el dolor en mis carnes.

Tengo miedo que mis hijos, lo sufran, pero, no puedo hacer otra cosa, siempre fui así.

Tan libre de hablar y decir, que a todo el mundo, molestaba. Nunca miento, es un problema, a la gente no le gusta escuchar la verdad.

No me refiero a decir, ¿ te gusta como me queda esto ? contestar, pues no, de puñetera pena te queda. Ahí si puedo mentir, para animar, y aunque te vea peor que un tiro mierda, te diré. Pues claro, no ves que vas preciosa o precioso. Y sonreiré y te animarás y seguirás el día animado. Eso si, si te veo un moco te lo digo. Que no se rían de ti.

Me refiero, a cuando un sucio, me diga, .... ¿eres como yo?, y yo le diga, no eso tu.

Yo sigo siendo la misma. La que adora a los niños y me adoran. La mejor madre del mundo, si lo soy. Solo que ahora, necesito doblar mi dolor, mi rabia y mi pena, con palabras.

No me preguntes, quien ni como me hizo daño. No ensuciaré a nadie para limpiarme.

Yo hago lo que hago porque quiero, y podía haber callado, y vivir una falsa.

Pero así soy, temeraria y suicida.

Solo espero que entre los “lapidaores”, uno, tan solo uno consiga ver más allá de los tacos y las obscenidades que digo, y vea, algo o alguien, que busca la libertad.

Ayer fui libre, con el viento de cara, hoy me doy cuenta que sigo aquí. Y seguiré aquí en pro de los lapidaores, los limpios ... aparentemente.

Esta noche, sigo aquí, en mi torre de marfil, retransmitiendo.

Y mi perro, al que voy a echar de casa, porque no puedo con tanto trabajo, aquí, pendiente de mi, to el tiempo, contento de que ponga un pie en su colchón, para poner su cabeza encima. Y mi Lola, comiendo. Pobretica que hambre tenía.

Mi pequeño homenaje, a las mujeres que sufren la muerte, no solo de su alma, sino que además terminan con sus cueros, ahorcadas, lapidadas, quemadas, violadas, ..todo adas, que poquitos ados. No creen en las hadas, estos que sentencian, que vengan por mi. No me importa morir, ya lo he hecho tantas veces... otra más, otra muesca en mi revolver.

sábado, 16 de abril de 2011

FUE SIN QUERER LO DEL CASCO

Sin casco (1)


¿De qué te ríes, tontita?
No me hizo Praxíteles, ni Escopas,
ni fui esculpido por la mano de Fidias;
fue un campesino el que cogió un tronco en bruto
y me dijo: Tú, sé Príapo.
Pero ya veo que me miras y te ríes.
Debe parecerte muy sabrosa esta cosa que
se eleva como una columna entre mis ingles.

Poema latino acerca del dios Príapo 

Se hicieron de juguete los edificios y a la luna le faltó un bocado para no estar descompensada; rugían del terror las tripas y los dientes, pero todo cambió, ¡ah! cuando ella apareció. A mi espalda, bajo una luz cegadora, revoloteaba su cabello haciendo de su sombra semblante místico de dificil olvido. 

Un abrazo, sus manos rodeándome, su piel tan cerca... no eran píxeles esta vez, sino vientos palpables. Nos besamos, céfiros anclados, crucifijos blasfemos sonrientes por no haber despertado aun del sueño.


Un casco para dos, una anécdota más, risas, ningún llanto; solo un amigo en pijama, preguntando por los escarabajos peloteros.

lunas bocabajo
LENGUA at: 16 de abril de 2011 08:08 dijo...
FUE SIN QUERER LO DEL CASCO.
Menos mal que la poesía no es tuya, empecé a pensar que otra vez no te entiendo. 

Por fin tus letras, alto y claro, ahora si. 

Momentos extraños, como surrealistas las llamadas recibidas, un padre buscando a su hijo, una niña su corpiño ¿ corpiño ? si no tiene ninguno, a que se refiere, y para que lo quiere si se va al campo? Madre mía cuantos secretos. Cuantos secretos entre madres e hijas. Yo tengo un problema, no guardo ninguno para mi madre, y ella se cabrea.

Fue un reencuentro de dos amigos que llevan mucho tiempo sin verse, corte los primeros momentos, mil palabras y anécdotas que nos pasaron, en este tiempo que no nos vimos.

Ayer me diste carta blanca para hablar, y me dio miedo. Hubiera preferido un As. 

¿ Publicar a los cinco vientos, todas las cosas que siento ?

No mejor ya te lo cuento

Esta tarde con ¿ un café ?


Puntadas con hilo


Serán miles, las canciones que coincidirán y a cada instante, nos vendrá a la mente, esa banda sonora tan peculiar.

Por lo demás, yo tampoco doy puntá sin hilo... siete casas encendidas, siete farolas, siete horas, para mi ataque de corazón.
lunas bocabajo
LENGUA at: 16 de abril de 2011 08:22 dijo...
Las farolas de mi calle, las horas interminables desde mi respuesta, y las siete casas, las verás, y atónito quedarás. Todo esto es tan extraño. Tantas puntás con hilo, bordá me tienes.



Fumando


Tres de la mañana, faltan cuarenta para las en punto y me fumo mi último cigarro del día; cansado, exacto, exhausto, robado desde el punto más alto, devuelto a la tierra, esa que parece hervir, a punto de explotar fuego y roca, que se difumina tranquila hasta el negro olivo. 

Ya llega, huelo su perfume, oigo sus pasos marcar el territorio a golpe de tacón del siete. Arde su pecho, pelo, plácido; y su sonrisa me impide escribir cosas tristes, decadentes, estúpidas, hoy estúpidas. 

Se acabó el cigarro, cenicero lleno de noches en vela y sordera selectiva... faltan treinta y nueve para las en punto, las esperaré tumbado con los ojos cerrados de par en par.
lunas bocabajo
LENGUA at: 16 de abril de 2011 09:41 dijo...
Te la bailaré. Cenarás en casa.
Esto no se puede corregir, es un copia y pega, solo le queda añadir a esta lengua ...

Comienza de nuevo la cuenta atrás.


PD: me diste carta blanca ¿recuerdas?