Es todo mentira, no puedes defenderte si no tienes dinero. Ayer
hablé con amigos que se habían metido en abogados para hacer justicia: mil
euros, dos mil ochocientos, cuatro mil… yo no puedo hacer eso, no tengo.
Tengo buenos amigos que me ofrecieron prestado el dinero, no
puedo aceptarlo, va contra mi ley. Pero además ¿de qué me serviría hacer
justicia si debo dinero? paso, no me gusta deber a nadie, menos que me lo
regalen, para eso, prefiero que me engañen.
Anoche tuve una pesadilla, me grababan en video para
extorsionarme por tonterías como querer construir con ruedas, tener una
cerda, o sacar agua… me siento
delincuente, siento que todo lo que estoy haciendo solo servirá para perder,
que me multarán, me denunciarán, no podré pagar un abogado y al final, ganaran
los poderosos.
De nada mi obsesión con las tres erres, ni voy a reutilizar
ruedas haciendo una covacha, ni voy a reducir basura metiendo cada cosa en su
sitio y solo me queda reutilizar lanas haciendo mantas de croché.
Vamos, lo tengo claro, a mí cualquiera puede hundirme, si
tiene dinero. Puedes estar luchando por tu casa toda la vida que te la quitarán
como te metas en un proceso con ellos, los que tienen dinero guardado en botes
de mermelada por toda la casa.
La única inversión segura que hice en mi vida es la
educación de mis hijos, convertirlos en gente libre económicamente es mi
objetivo.
Esta casa es como la que hizo mi padre en el campo, un
marrón. Todo lo que ha pasado con mi campo me ha servido para aprender la
lección y actuar de forma diferente con esta casa, ya sé lo que debo hacer,
asumo el fracaso absoluto de todos mis proyectos de reciclado, de mi afán por
ser escritora verdadera, asumo que el triunfo solo llega si tienes un buen
padrino, que si en lugar de ser mi padre un albañil hubiera sido un “hombre de
bien” hubiera apostado por sacar pasta con mi habilidad con las letras.
A nosotros solo nos
queda la lotería, que se debería ilegalizar, porque solo sirve para exprimirnos
más y mantener nuestra esperanza viva.