jueves, 18 de agosto de 2016

YO ME CALLO


Yo me callo que luego ofendo, yo me callo.

Hoy llevo callada todo el día, porque estoy enfadada con Anónimus, que solo sabe meterme el deillo en el ojo de continuo.

No sé quién es, pero es un hartible. Es broma.

Y me callo pero no dejo de pensar. Me callo porque soy una tía sin personalidad, a la que le dicen que usar el término subnormal  para definir a un gilipollas está mal y se calla. Y pide disculpas.

Le dicen que no vale una caca lo que escribe y deja de escribir, por infantil.

Soy muy infantil, cierto, me enfurruño y como me sua el coño todo, el blog, los libros y absolutamente todo lo que hago relacionado con el asunto de escribir, pues me callo.

Pero hoy me llega un mensaje recordándome que García Lorca fue asesinado un día como hoy hace ochenta años, como si no lo hubiera visto ya en las noticias.

Cierto es que fue así y que era un poeta grande. He leído una poesía y reconozco su naturalidad. Sé que escribía como yo, según respiraba. Eso solo puede saberlo el que escribe poesías sobre la marcha, si tú sabes hacer eso puedes decir lo mismo, si no, pues te callas.

Pero no deja de ser un ser humano, como los entre 2000 y 4000 que mataron en Badajoz tal día como hoy hace ochenta años también.

No tuvieron que esconderse como hicieron con Lorca, nadie quería protegerlos por ser hijos de buena familia. Los metieron a todos en la plaza de toros y con 3000 testigos de la alta sociedad de la ciudad, fueron matando a bayoneta desde los caballos la Guardia civil en persona (dicen las malas lenguas que el ejército moro no estaba por allí) La misma que hoy tiene una estatua homenaje en mi ciudad, que es la más facha del mundo, toma ya, ofensa a la ciudad.

Es facha porque esos guardias civiles, no son de salvamento, no son de los modernos, el homenaje a la guardia civil que pusieron hace un par de años o tres en mi ciudad,  lleva capa y tridente.

Imagen que lo demuestra, esta estatua se ha puesto en mi ciudad hace dos o tres años.

Continuo.

Siento mucho la muerte de Lorca, no llego seguro a la suela de sus sandalias pero puedo identificarme en algunas cosa. Soy poeta aunque algunos digan lo contrario, porque mis romances se los dedico a mi consolador. Soy poeta aunque les ofenda, soy escritora, aunque sea de las malas, de las que utilizan palabras del pueblo, de las que dicen polla, coño o chocho en lugar de sexo. Las cosas claras, identificadas, sexo puede ser acción, puede ser femenino, masculino.

Vale, habrá quien describa bien previamente a quien pertenece el órgano y no hay más que hablar, pero yo prefiero ir al grano y llamar a las cosas por su nombre. Una polla es una polla y el sexo son muchas cosas.

Si, claro, ahora me dirás eso de gallina joven que leíste en le diccionario de chico.

Bueno, siento mucho tu muerte, querido Lorca. Siento mucho que sigan buscando tus huesos, no creo que hagan lo mismo con ellos. Reconozco en ti un igual, aunque claro, tu mil veces mejor que yo, pero tú no vales más que la vida de otras 4000 que murieron hace también 80 años por hoy. Tú no vales más porque entre esos 4000 seguro había poetas, escritores, maestros, albañiles de los buenos, costureras , y seguro que también algún que otro mariquita.
Lo siento, querido Lorca, pero solo te distingues porque además de poeta eras un señorito. Como era Che, médico y señorito. ¿Cuántos combatientes cayeron en el frente bolivariano? Pero no eran hijos de los señoritos. Como era también San Francisco de Asís, el que le da nombre a nuestro nuevo Papa, un santo que lo dejó todo para dedicarse a los pobres, a los más desfavorecidos.

¡OLE! Ese fue su mérito, esa  fue su distinción, su extravagancia, que teniendo todo, lo dejara por el pueblo. Etéreamente agradecidos, como dicen los muñequitos verdes de la película de Toy Story.

Conclusión,

Mejor me callo.

LLORO DE EMOCIÓN

Ea, no digo na!!

jueves, 11 de agosto de 2016

LA MALA PRENSA

Si, la mala prensa o lo que tu quieras, pero somos es culo de Andalucía.

¡Viva la independencia, viva el Gobierno Andaluz, Viva Andalucía Libre!

¿Yo no sé para qué lucharon los maquis contra los franceses? 

¿Por qué en la transición pidieron para nosotros también la independencia si no nos querían?

Es por tradición que nadie nos quiere, somos el lugar donde nadie quiere ir. 

¿Por qué no nos sacaron del mapa directamente?

Mejor nos hubiera ido siendo franceses, o con el gobierno central de la dictadura. Solo con la caridad cristiana ya se hubiera hecho algo por nosotros, porque a peor, particularmente, nuestra provincia y concretamente nuestra ciudad, a peor no puede ir.

Es cierto que debían meterle fuego, que declaren zona catastrófica y nos ayuden desde Europa. Vergüenza les tenía que dar hablar de nosotros a todos los políticos andaluces, que ya reniegan de nosotros, que ni acento tenemos, somos la puta puerta, el culo, el ojete de nuestra tierra.

Por suerte este año saco de aquí a otro de mis hijos, ya van dos para Málaga. Siento mucha pena por mí, siento mucha alegría por ellos. Cuando pasan días conmigo y me acostumbro a su presencia, me duele mucho la despedida, lloriqueo, respiro con fatiga, me da ansiedad, pero es lo que debo hacer, cambiar su suerte de nacimiento.

Mi hijo terminó Ebanistería Artística y ahora va a ser luthier, ni niña continuará con lo suyo, al menos están junticos.

Yo, me quedo aquí, esperando mi oportunidad, nuestra oportunidad, la de los míos.

Gracias a Dios que yo no me siento de ningún sitio, y si me preguntas de donde soy, como mucho de mi cerebro me sale Puerto Alto. Siento orgullo de ese trozo de mi tierra, pero está también completamente abandonada.

Los políticos de Jaén se echan las culpas unos a otros, pero no la tienen, ninguno de ellos, la culpa es del resto de Andalucía, que mira a otro lado, sonríe y se mofa, alegrándose de la suerte de no ser de aquí.

Hoy me levanté con el pie torcido, sin ánimo de ofender, pido disculpas de antemano.


miércoles, 10 de agosto de 2016

LA MANO TONTA


Hoy no sabía si escribir sobre el Facebook o sobre las collejas.

Esta mañana dos abuelitos hablaban de que la hija de uno le había puesto en el farbus.

-          Si, si, te he visto.

-          ¿Me has visto? ¡Qué vergüenza!

Es que el Facebook no es más que el periódico de los pobres, es un sitio donde se hacen famosas hazañas como hacer unas buenas lentejas, donde la crónica social se superpone con las noticias, unas falsas y otras no, llamamientos, política, amor…

Todo eso está ahí en el Facebook en el  Twitter, el Istagram…

A algunos se les crea mala conciencia a veces, piensan que son adictos, se quitan, se ponen, se borran, se cambian el nombre, se niegan a poner nada, lanzan mensajes al viento esperando que una persona concreta se dé por aludida, cotillean y no le dan al megusta para que no se sepa.

A mí me parece maravilloso, yo estoy muy reconciliada con este medio, no me castigo, no me quito, no me borro, no borro a nadie, no bloqueo,  en definitiva, estoy en paz con el Face.

Pero hoy mejor que de esto, que me aburre, os hablaré de las collejas.

Es que cada día pienso más las cosas de las que hablo y al final ni escribo, ¿para qué?¿ Encima de que no cobro, de que por mucho que yo quiera nunca sacaré un euro por esta profesión frustrada, tengo que darle vueltas a las cosas?

Si yo fuera valiente os contaría que sí, que yo si meto pescozones a mis hijos, pocos, pero certeros. No hay nada como un pescozón a tiempo, la impresión que les causa una buena colleja cuando están cogiendo aire para llorar a moco tendido con el objetivo  de conseguir su capricho.

La cara de ese chiquillo que ha dicho dos veces que quiere una cosa, que ha recibido el “NO” y se dispone a cargar los pulmones de aire parar soltar un alarido con esas cuerdas vocales que Dios le dio y ese tono de voz de pito que los caracteriza.

En ese momento, se les mete el pescozón que se  tragan todo el aire, ya saldrá por algún sitio, el cuerpo humano es sabio.

Mis hijos, nunca lloraron. Bueno, una vez el mayor, por un tambor. Me dio tan ataque de risa ver los mocos verdes colganderos llegándole a la boca, que de la flojera que me entró no pude ni meterle un pescozón.

No lo hizo más.

En serio que no lloraron para conseguir nada. Tenían técnicas mucho más certeras, me decían, mirando el juguete con cara de lástima:

-          Para Navidad le pediré a los Reyes Magos esto ¿Crees que podrán traérmelo?

¿Una pelota de sesenta céntimos? Al final lo conseguían, pero buscaban otras fórmulas, la  técnica del niño tirano no les servía conmigo. Les abría los ojos y sigo haciendo hoy,  para que se me vea lo blanco y con eso van servidos, saben que detrás va la colleja.

El otro día le metí una colleja a mi hijo, con trece años, pero no es el único, hasta después de cumplir la mayoría de edad han recibido gritos y collejas. No sé educar de otra manera, no lo estoy haciendo bien, lo sé, pero es que me nace de dentro, va la mano sola, cuando veo que los gritos y las palabras hirientes no valen, le meto una y se termina.

Pero las collejas deben ir unidas a muchos “sies”, a muchos “vamos” a muchos “vale” y a muchas conversaciones de mesa y mantel. No se puede prohibir por prohibir, no se puede negar por negar, hay que dar una de cal y otra de arena, una orden y una respuesta. Si tú no estás nunca, si siempre pones excusas para no hacer, para no ayudar, para no jugar con ellos por pereza simplemente, porque es muy sencillo decir que no,  luego no tienes autoridad para discutir.

Hay que hablar mucho, es la mayor de las torturas, la machacona voz de tu madre encaminando tus pasos. Hay que convencer y dejar que ocurran las cosas para luego meter la cuña publicitaria, la nota al pie de página.

Yo, en ocasiones meto collejas, aún hoy en día lo hago. No puedo escribir sobre esto, no es correcto pero mi lengua es así, tiene vida propia, como la mano tonta.  

Todavía el otro día, durmiendo en la terraza con mis niñas, me pidieron la mano tonta. Casi veinte años que va a cumplir la mayor:

-          ¡Qué sí Mami, que me sube la adrenalina!

Así los dormía yo a los cuatro, en mi terraza se han criado, bajo las estrellas y con edredón todo el verano. ¡Qué me perdonen las buenas madres!

 Me ponía en el centro, les gritaba

-          ¡POSICIÓN DE DORMIR!

Los dos chicos debajo de mi sobaco, los otros a continuación.  Los dejaba que dieran cincuenta mil vueltas, a veces más de media hora, esa gimnasia era buena para que se cansaran.

Cuando me decían que estaban preparados, después de preguntar varias veces si estaban seguros, y de volver a dar otras quinientas vueltas antes de conseguir la posición, en ese momento, la mano tonta se elevaba en las alturas, despacio, con el sonido  mecánico de un robot, y se quedaba arriba esperando, tenía sus propios ojos, a veces bajaba a ver si el niño estaba dormido, le olía el pelo y volvía a su posición. Arriba, amenazando, inspeccionando cualquier mínimo movimiento. Un despiste, un descuido podía desencadenar el ataque de la Mano Tonta, que dejaba caer todo su peso sobre el sublevado.

Cualquier movimiento podía desencadenar la bajada de la mano tonta, con colleja incluida, a veces con el dedo acusador clavándose en las paletillas mientras les gritaba a la oreja con voz de camionera:

-          ¡Tú te has movido!

Otras veces la mano tonta dejaba marcados los tres dedos.  Cada verdugón que les salía, a culo visto que les metía collejas, sin previo aviso, la mano tonta. Yo no, yo no, la mano tonta.

Risas, muchas risas con la mano tonta que son el mejor somnífero.

lunes, 8 de agosto de 2016

DOMINANTA EN BRUTO


No quiero que nadie me pula, no quiero mejorar.

Pasa mucho que al poco de conocerme, surge la necesidad de cambiarme, mejorarme. Es como si encuentras por la calle algo que es bonito pero que está sucio. Estaba allí y no te pidió que lo llevaras a tu casa, pero tú piensas que es una pena que acabe en la basura, que mejorando un poco se le puede sacar partido. 

Pero es que yo quiero  que me dejes allí, donde estaba. Que mi vida transcurra donde sea y si es en un vertedero pues por algo será. Anidarán pájaros en mí, o ratas, quién sabe. 


Hoy vi a un gato callejero, más seco que el ojo un tuerto, joven, corriendo por la calle detrás de una pelusa, un muerto de hambre.
Tengo claro que seré siempre una muerta de hambre libre. Seguiré trabajando y renegando, como todos, ¿Tú no?
Ni progreso adecuadamente, ni necesito mejorar. ¿Si?

Sé que podría ser mejor, no necesitas hacerme comprender, desiste, no estoy sorda, te escucho, pero no quiero.

Soy bruta y muy dominanta, no llevo razón, lo sé, pero soy yo y mi cuerpo, mi mente y mi alma de la que estamos hablando.

Soy yo la que debo pulirme y no quiero.

Dominanta no existe, lo sé, el término correcto es dominante pero no quiero hacerlo bien, no sería yo, sería otra, un producto de calidad.

Cuando abro un libro de música, siento la necesidad de aprender porque es algo nuevo. No quiero mejorar, solo aprender. Cuando bailaba flamenco y aprendí no quise mejorar, es imposible que yo mejore en eso por mucho que siga puliendo.

No me interesa para nada mejorar cuando escribo. Lo siento. No lo intentes,  púlete tú, mejora tú y a mí me dejas, confórmate con leer a alguien que es libre y si no, no leas, es tu elección. 

Sigo sin poder ver la tele, lo intento, pero me aturde, me duele, me molesta los sesos, sigo sin poder hacer lo que hacía antes, sigo viendo más allá, sigo siendo una dominanta en bruto.


viernes, 5 de agosto de 2016

MORRIÑA

El inconformismo es necesario para crecer, pero también la resignación. Todo es necesario en su justa medida si quieres vivir tranquilo. 

Conozco personas que hacen la misma vida desde que nacen hasta que mueren. Trabajan, no salen de su barrio, mucho menos de su ciudad,  si lo hacen van al mismo sitio de vacaciones cada año, no aprenden nada, no crecen. Sus años transcurren resumidos. Necesitan una inyección de inconformismo para reactivarse y vivir más.

Otros, a pesar de hacer muchas cosas, de estar metidos en cincuenta mil proyectos diferentes, de estudiar cada año algo nuevo... viven con una inestabilidad tan grande en su interior que solo una inyección de resignación podría curarles.

¿No os ha ocurrido que una persona con el pelo precioso y rizado, reniega y se echa de todos los potingues del mundo, abrasándoselo,  porque no está conforme con su imagen y quiere un pelo lacio?

Otras no: - ¡Envidia de mi pelo!

¿Se puede luchar contra uno mismo?

Mi ciudad es pequeña, es sucia, es un pueblo agotado por el inconformismo, desde pequeños los niños escuchan eso de:

-          Tenía que caer una bomba que ardiera la ciudad entera desde El Castillo al Políogono.

Ahora en nuevas versiones, se escucha hasta el Boulebar.

Yo misma odio mi casa, o la odiaba, pero al ver cual es la reacción de otras personas cuando están en ella me hace dudar¿Qué tiene mi casa que gusta?

Estoy aprendiendo a quererla. Ella me da independencia, la convivencia es pacífica aquí gracias a su espacio, la intimidad es para todos. Al mismo tiempo es un lugar de encuentro de reunión, es un nido grande donde caben todos.  Gracias a mí, está en continuo cambio, por mi culpa, por mi inconformismo, pero la verdad es que es un lugar hecho para vivir.

Está adaptada al medio, tengo agua caliente por el sol,  paso frío todas las noches cuando duermo en mi terraza y busco el calor de su chimenea en invierno.

¡Más bonita no puede ser una casa! Está en el centro y sus sonidos son de pueblo, campanas, gatos y algún que otro vecino cantando.
Bueno, esta noche han visto los niños una rata y andan gritando como locos, pero es divertido para ellos.

Debo aprender a quererla porque es mía, como debo aprender a querer a mi ciudad y al trabajo que me da de comer.

Además, claro está, este próximo curso seguiré aprendiendo, viajando y trabajando en mis proyectos, los iniciados y los nuevos. Seguiré resolviendo cosas y metiéndome en líos.

A diario necesitaré con un poquito de resignación, para evitar ser un ser atormentado, triste y con una vida que odia a pesar de lo preciosa que es.

Tengo unos hijos maravillosos, que están crecido cada día, una familia que está siempre que se la necesita, unos amigos fantásticos, de verdad que no los merezco y un chico que me inyecta a la fuerza un poco de realismo pero que al mismo tiempo me lanza para que vuele como un autillo que vimos ayer que dieron la libertad en el río.

Fuimos a los Cañones, a nueve minutos de la ciudad. Alucinante para los ojos que nunca lo vieron. Nadamos en el Chilanco el Civil y volvimos al refugio que me arropa cada noche, mi casa, esta torre de marfil, cada día más mía.

En ocasiones me pregunto ¿Qué pasará cuando deje mi casa?

Nada, que quedará hecha, para el que venga. Yo quiero hacer muchas casas, quiero seguir construyendo, aprendiendo, viviendo, viajando, follando, comiendo... todo para mí es igual de necesario para ser feliz.

Tengo morriña de no tenerte esta noche aquí, ni mañana, mucha, pero solo gracias a ella, escribo.

BE ALL RIGHT

Soy un pizco a tu lado.
Eres un ser tan  inmenso que ni se te ve, lo ocupas todo con tanta luz que cuando te vas se necesitamos un rato hasta que nuestras pupilas pueden captar alguna imagen.

Cuando te alejas nos quedamos helaicos, quietecicos esperando que vuelas.
La vida es una prueba límite, muchos pensamos que somos fuertes y que podemos con todo hasta que te conocemos a ti. Por muchas cosas difíciles que te pasen seguidas, algo no te permite tocar fondo.

Tú no lo sabes, pero eres tú la que lo impides.

Estás hecha de un material ignífugo si tienes fuego cerca, eres corcho para el agua y el aceite en el pan.  

En este tablero que es la vida, no importa las veces que te lleven a la casilla de salida, las que te caigas al pozo, a la cárcel, o si nunca te encuentras una oca para compensar, tú sigues tirando el dado y llegas, las veces que haga falta, aunque no ganes, aunque todos hayan terminado hace rato, tu sigues porque eres incombustible.
Que mosquita muerta me siento, que moco en el pañuelo, que pequeñísima cuando veo que las cosas que yo supero son obstáculos de guardería, encima tú, ahí, ayudándome a mí. Escuchándome, aguantándome y animándome para que siga haciendo el circuito de vida que me pusieron, de parvulitos.

Yo que sé, es imposible que pueda ayudarte, a no ser que haga el payaso para que te rías, que te caliente la cabeza con mis aventuras, que no te deje hablar ni pensar ni respirar con mi presencia, que te vuelva loca con mis fantasías.

Te quiero, te necesito, todo irá bien.

miércoles, 3 de agosto de 2016

MI ALMUNIA

¡Estoy muy contenta!

Estoy construyendo una Almunia dentro de mi casa, con habitaciones conganderas hechas con paredes de  madera, puntas y cemento blanco, con azul xauen, marrón calabaza y rojo moruno, que no sé como se llama ese rojo pero sé cual es.

La culpa la tiene mi chico que me mete esas cosas en la cabeza mirando panza arriba como un avión se estrella contra mi toldo, además de un cielo lleno de estrellas y una peli en mi supertele.

Antes de ayer estaba cansada, el día de antes cabreada, ayer me sentía mayor pero hoy, después de poner unas ventanas, pegar un fregadero y  una noche en mi terraza con muchos besos y abrazos, ya soy otra vez la misma.

Estaba como cuando subes la cuesta de San Andrés con el contrabajo en la espalda en los últimos pasos, pero ya estoy de nuevo en Martienez Molina.  

Tengo guardada la tela que le compré a Blanca para hacer una Jaima, era carísima pero la pille de oferta y compré mucha, por lo menos tengo ocho metros doble de ancho, con sus listas naranjas, transparencias marrón caca…

Lo veo ¿Vosotros no?

El hotelito va a ser moruno, para eso estoy en el barrio que estoy y tengo de vecinos los baños árabes.

¡Qué bonita va a quedar mi casa!

Después me largo

La felicidad no está en el lugar donde estés sino con quien y como.

Jaén es un pueblo muy chico, pobre y polvoriento, es casi un desierto ahora en verano, le faltan los pinchos rodando, pero lo mismo no es ser feliz que no serlo, estés donde estés.

Yo soy mayor, estoy cansada y soy feliz.

Además me he dado un corte de pelo, yo sola, quien va a ser, mu reprecioso y tengo el pelo muy bonico, he ido a darle sobras a mi cochina y a bañarla. 

Ya estoy aquí, cansada pero contenta. 

lunes, 1 de agosto de 2016

ESTOY MAYOR

Estoy mayor. 

Desde que cumplí los cuarenta voy para abajo. Si tú quieres engáñate a ti mismo, pero estamos en el camino de vuelta. Estoy contenta de no haber muerto hasta ahora, enterré a varias personas de mi edad y más chicas, pero estoy cansada, de verdad que me gustaría terminar algún día.

Cuando digo terminar, descansar, hablo de no tener nada que hacer. Hablo de que no se me acumule la mierda en el frigorífico, o en el microondas, o en el cubano del reciclado. Hablo de bajar a la calle con una bolsa de basura solo, no cinco. Hablo en definitiva del día en que termine mi labor de madre.

Es mucho curro ser madre. De verdad que el que se plantee que termina cuando el niño hace pipí y caca en el orinal, va listo, que cuando se ven grandes se ha terminado, apañado va.

Estoy cansada, porque es que además quiero dejarlos con una profesión, que además tengan un techo digno donde cobijarse, quiero simplemente que me dejen descansar tranquila, aunque sea debajo de un puente, o en un nido hecho con ruedas, que es mejor.

Cuando me planteo porqué me hice madre, si volvería atrás y haría lo mismo, no tengo respuesta. Es algo que hice como todo por instinto. Nunca pienso mucho los pasos que doy en la vida, unos son productivos, otros completamente inútiles. No sé aún si ser madre fue algo productivo o inútil, solo sé que me gusta tenerlos cerca, o lejos pero felices, que cuando no están me aburro, a no ser que no esté yo tampoco, fuera de la casa nadie se aburre.   


Estoy mayor de verdad, que me veo en las fotos y en las fuerzas.