jueves, 20 de agosto de 2020

FELIZ

 Todos estamos locos. Todos tenemos una peculiaridad en nuestro carácter que se puede considerar por otra persona como una locura. A todos podrían darnos tratamiento, unos para levantar el ánimo, otros para todo lo contrario. Lo que ocurre es que si eres un loco que pasa desapercibido, si mientes y engañas si es necesario, la gente te aceptará.

¿Vosotras no habéis visto películas futuristas donde la sociedad es obligada a cumplir una serie de normas por el bien común y los individuos que no están conformes engañan y mienten antes de declarar abiertamente cuál es su infracción? 

Pues igual. Ahora me escondo incluso para decir que escribo, porque todos me miran raro. No es mentira que he escrito muchas cosas, buenas o malas, poesía, guarrerías y algunos libros. Es cierto, pero me miran raro si lo cuento.

Ahora, cuando me preguntan siempre digo que soy oficinista. Que otra cosa se podría ser que no levante sospechas. Para nada hablo de ecologismo, ni de mi locura de utilizar basura para construir. 

Ahora me comporto lo más cuerda posible, no por mi gusto, solo porque me dejen en paz. No cuento ni que tengo hijos, menos que son todos unos artistas, ¿para qué? Todos dirían que es una locura tener cuatro hijos hoy en día, más si les cuento como los estoy criando. 

Cada día más cuerda, cada día más dormida, cada día más feliz.Cuando canto asumo la pérdida, cuando hablo asumo que hablarán de mí, asumo que soy peculiar y que no es fácil esquivar la soledad. 

martes, 11 de agosto de 2020

PERSONAJE

 No soy persona, soy personaje. Todo aquel que me conozca que busque la definición de la RAE a ver si es mentira. 

En ocasiones me pongo triste se me olvida quien soy y quien quiero ser. Entonces aparece la magia de repente, alguien me lo recuerda y lo que quiero ser de mayor.

-          No te compares con ellos, los que tienen suerte en la vida, tu nunca echas a la lotería.

Será el calor, que me va a venir la regla o simplemente que cada día estoy peor de la vista. Visualizo solo partes de la realidad y me entristezco. Entonces mi voz interior me pregunta: 

-          ¿Querrías estar en su lugar?

A pesar de su piscina, de su vida organizada, e sus viajes a la playa, de tenerlo todo hecho, la casa limpia, la ropa planchada y ninguna obra por terminar. A pesar de que parecen felices y nosotros desgraciados, de que nos toca trabajar mucho para conseguir las cosas, aún así, no me cambio ni con un golpe en la cabeza que me deje inconsciente y me produzca amnesia total.

¿Qué pasaría cuando me viera en su vida?

En  mi piscina, sola. Cuando me diera cuenta de que mi compañía no ayuda, que no consuela y no gusta.

¿Qué pasaría cuando intentase hacer reír y no funcionase?

Cuando mi pelo escaseara, mi veneno quemara mis encías, si me viera con los dientes negros y nadie me recordara, cando nadie le importase una mierda mi muerte si no es por la herencia.

Aún estoy reconocible, sigo teniendo un culo muy hermoso. 

¿Qué pasaría si no tuviese mi larga lista de cosas que conseguí?

¿Quién sería yo sin mis fracasos?

¿Y mis listas por hacer?

¿Y mis guerreros? los que aparecen bajo las piedras cuando hay que pegar tiros al aire o a dar.

¿Qué sería de mí si tuviera que cambiar mi alma a un cuerpo privilegiado?

Si me muriera sin poder decir que hice algo por intentar cambiar la vida de unos cuantos.

En ocasiones se me olvida quien soy y me pongo envidiosa. 

Entonces se cae un minion de la estantería, el viento pega un portazo y me llega un wasap que me dice que me quiere, que todo es gracias a mí o por mi culpa.

domingo, 9 de agosto de 2020

UNA HOSTIA CARIÑOSA

¡ Qué aburrimiento, cada día estoy peor !

No sé si es mi proceso de aprendizaje o la degradación de mi cerebro que camina hacia la muerte, el caso es que ahora, me parece un aburrimiento encontrar a una persona afín,  mejor todo lo contrario. 

Para que quieres a alguien que comparta tus aficiones, mejor alguien que te inicie en otras nuevas. Para que alguien que te conozca, mejor poder contar, tener de que hablar, secretos que nunca sabrá. 

Es que de verdad no tengo remedio. Cada día quiero algo nuevo. Cuando me preguntan que música me gusta, siempre contesto con otra pregunta: 

- ¿Qué música te gusta?

La verdad es que a mí lo que más me gusta es investigar, no veo ninguna utilidad en que la gente sepa de mí, de mis gustos...

- ¿Qué gano yo?

Cuéntame los tuyos que investigue, dame pistas para seguir tirando del hilo de forma aleatoria. Cuando me preguntan si tengo hijos, siempre contesto:

- Si, ¿quieres uno? 

La verdad que importancia tiene, que ya no tienes barriguita de joven, que tu umbral del dolor ha cambiado de forma exponencial, que es posible que se lleve una hostia cariñosa, porque una mujer con hijos se asalvaja notablemente. 

Yo no cuento, me jode que alguien sepa de mí. Olvido todo lo que puedo, cada día más cosas, para no tener que rendir cuentas. Me gusta conocer a otras personas, hombres y mujeres interesantes o no. No me importan que repitan las cosas, yo lo hice durante años, aunque siempre antes preguntaba si se lo había contado.

En fin, que aburrimiento de vida si no fuera por la investigación, por el crecimiento, por la ambición. Ahora me ha dado por decir que voy a construir más de cien casas, cuando termine esta. 

 De cierto mucho y de mentira nada. 

Voy a construir o a conseguir construir. Eh, que el curso de prevención de riesgos de la construcción lo tengo, así que a lo mejor soy literal, y hasta ahí puedo contar.

jueves, 6 de agosto de 2020

DESGASTADA

Si me pongo a penar desde cuando participo en asociaciones, me remonto a mi infancia, desgastada. 

Si hablamos de hijos, cuatro, desgastada. 

Si nombramos mi trabajo, casi treinta años, desgastada. 

Si hablamos de obra, muchos años, ni los cuento ya, desgastada. 

Si hablamos de amores, varios, más de los necesarios, desgastada.

Bailando: danza del vientre, flamenco, salsa, bailes de salón, desgastada.  

De viajar más no tengo ganas, desgastada. 

Solo me queda cantar.

Un canto rodao está completamente desgastado y aún así sirve para romper cristales, que nadie se confunda.

No quiero bailar, ya sé, no quiero tener más hijos ni animales, ya lo hice, trabajar poco, cuanto menos mejor, para eso lo hice en jornada de comercio y con cuatro hijos. 

Ya no quiero ni limpiar, estoy desgastada, ni coser, ni organizar, ni hacer casi nada de lo que he hecho durante horas y horas de mi vida.

Estoy desgastada. 

Bizcochos y croquetas, desgastada. 

Ahora, me gusta dormir, me gusta leer, aunque lo diga con la boca chica, porque me da un poco de pudor haber afirmado tantos años que no leo, cuando es mentira cochina. 

Me gusta dedicarme a mi persona, supongo que hasta que me desgaste de esto también.

Solo me queda cantar.

Procuraré no hacerlo públicamente, no se merece mi gente años de maltrato a sus pobres tímpanos. 

Para pulir un diamante tan bruto como yo, para domar esta personalidad mía, que trata en todo momento de desfigurar la canción original, tiempo hace falta. 

No quiero ni puedo cambiar. Aprender si, pero no ser.