martes, 15 de diciembre de 2020

LA INVASIÓN DE LOS ULTRACUERPOS

La Invasión de los Ultracuerpos, una película  1978, versión original de 1945 La Invasión de los Ladrones de cuerpos,  cada día es menos ficción. Si no la recuerdas o no habías ni nacido, búscala porque es maravillosa y el guionista un visionario. Una invasión alienígena llegaba a la tierra través de la atmósfera con una especie de organismos con forma de gota de agua que al caer reproduce  pequeños organismos vegetales que uniendo sus raíces al cuerpo humano que querían reproducir, tomaban la forma del humano y este se desinflaba, literalmente, no es que sean muy buenos los efectos especiales de la película.   

Este nuevo ser era exactamente igual al anterior por su aspecto exterior, pero no gozaba de sentimientos. Sus familiares y amigos pronto empezaban a sospechar que le pasaba algo, pero poco a poco, estos iban siendo reproducidos de manera que nadie quedaba que pudiera identificar la diferencia. 

Estos nuevos seres sin pensamiento propio actuaban de manera organizada y disciplinada. Esta nueva sociedad que nació en la película es la que estamos creando poco a poco actualmente.

Ahora no sé porque resuena en mi cabeza el Muro de Pink Floyd, supongo que porque todavía no soy una planta, puedo sentir.   

Esto nos está pasando, poco a poco nos está devorando el grupo, uno a uno. Los que nos resistimos somos los raros. 

 Yo seré la misma de siempre, ya llevo el cartel de loca desde niña, estoy acostumbrada.

 Ellos, los nuevos seres de la nueva normalidad, la nueva España, siguen aquí pero no son los que eran. Sonríen y hablan con amabilidad, pero son feos. Dan  miedo,  su mirada está vacía y en ocasiones olvidan fingir ser persona.

Tened cuidado, resistid no habléis con ellos, solo conversaciones de ascensor  para que no sospechen. No son de fiar, no merecen la pena, ya son plantas.

Con el paso del tiempo, la incomunicación y la falta de socialización, nos está convirtiendo en lo más parecido a una planta. Con la excusa del gran virus, ya no tenemos que ir ni a entierros ni nacimientos, ni bodas ni ningún acto social, qué será de la gente-planta cuando tenga que trabajar, hablar con otras personas. Se lo vamos a notar, como nos sigue el rollo, porque si algo tenemos los que todavía estamos humanizados es intuición.

Poco a poco se irá perdiendo el saludar, el escuchar y será una molestia que te hablen en persona. Se comentará en la familia el hecho de que un desconocido ha preguntado la hora.  La gente estará más cómoda como planta, porque como humano hay que preocuparse por los que están peor.

No, no, ¿hospitales? Ya no, ¡qué bien! Ya no hay que ir no a cumplir, porque a las plantas esto no les gusta compartir malos momentos. Una inversión de tiempo inútil, sin producir ningún beneficio personal, solo hay que plantearlo al grupo de plantas y todos verán como correcto lo de no ir al hospital. 

Después de esto habrá gente que cómoda con su nueva condición de planta, que no necesite sentir, ni dolor ni alegría, ni muchos menos penas compartidas que no son suyas.  Ahora bien, a esa persona vegetal le diré, que como buena planta, que ni siente ni padece, no espere de los demás ni agua.

martes, 8 de diciembre de 2020

YO ME CASO

 Es bien sencillo, quiero una relación animal en todos los sentidos.

Observa como es tu animal de compañía y busca a alguien que quiera eso contigo. Mi gato Blum es casi humano, pone su cabeza en la almohada y te pide que lo tapes. Moriarti es muy pesado, todo el tiempo quiere estar literalmente encima y si no lo consigue por completo, alarga los brazos y te abarca todas las tetitas, ideal si fuera un humano. Te mulle a barriga, te pega cabezazos en la cara, se coloca encima de to tu cuerpo y te mira a los ojos, así hasta que la muerte nos separe.

Es lo que quiero pero en humano. Mi gato se pierde, no está cuando le da la gana y hace su vida pero todos los días tengo su presencia física que me recuerda que me adora, que agradece que lo acompañe en esta vida que estará conmigo en la salud y en la enfermedad, para lo bueno y para lo malo, hasta que la muerte nos separe.

Yo siempre lo he dicho abiertamente, me gusta el matrimonio. No está bien visto decirlo, lo sé, pero siempre lo dije sin querer, así es mi lengua, más viva que nunca. 

Estar, cuidarse, aburrirse, ayudarse, tocarse el pelito, darse masajitos, follarse mutuamente, cocinarse o comerse crudo, eso es el matrimonio, lo que pasa es que la gente se odia y sigue casado y eso es lo que da mala fama. No cumplen sus votos, sobre todo en eso de prometo serte fiel, pero siguen ahí casados, dale que te pego con el odio, sin hacer nada de lo que prometieron en el altar.

Un matrimonio verdadero es lo que yo siempre he querido. Me hubiera quedado con el que tenía si no hubiera sido por los cuernazos y por la sarta de mentiras que había, pero fueron veintitrés años que acreditan cuales eran mis intenciones.

Yo busco marido, lo siento por los que no se quieran casar conmigo, ellos se lo pierden, pero nunca me escondí:

 -          Si no es contigo me casaré con otro - dijo aquella mujer.

El compromiso de amistad es uno, el que tienes con tus hijos otro, el que tienes con tus animales de por vida, porque ellos nunca te van a fallar, el que tienes con un amante está claro y el que tienes con un amor grande y verdadero ha de ser de por vida y para lo bueno, lo malo y hasta que la muerte nos separe.

Porque cuidar de un amor es cansado pero si es amor lo cuidarás con total devoción. Yo me lo paso bien en serio, cuando hay que cuidar se cuida y es lo que hay que hacer y debes sacar el máximo beneficio de esa experiencia. Tengo muy buenos recuerdos de momentos difíciles en hospitales. Para mí es parte de la vida.

También he acompañado en la muerte a mi padre y lo pasamos bien, él lo sabe. Cuando uno se va a morir te dejan hacer de todo, al menos los Barrancos así lo hicimos. El tenía una novia, heredera de su imperio, pero a la hora de la verdad se rajó, sencillamente porque no era su amor, no era su marido, era sencillamente el que le ayudaba a pasar el tiempo.

Y si nadie se quiere casar conmigo, juro que me caso con Dios. Las monjas de Santa Clara son la mar de divertidas, no digo na y lo digo to.

ECHA CUENTAS

 

Si todo es cuestión de echar cuentas tu  misma. Haz una T y pones arriba ¿soy buena o mala ? 

En un lado haz una lista de la gente que te ayudó en un momento de tu vida, a los que le debías algo y piensa si se lo devolviste o simplemente traicionaste.

Piensa, cuantas personas están en el debe de tu lista, no creas que es bueno tener a pocas, porque es señal de que no tuviste ayuda en los momentos que lo necesitaste.

Tengo un millón de personas a las que les debo mucho, desde mi madre a la que le debo la vida hasta mis hijos e hijos de hijos y cashijos a los que hoy en día les debo mi alegría y mi razón de vivir. 

Amigas y amigos de verdad, amantes agradecidos y un montón de simplemente conocidos. 

Amistades para  fotos en las redes sociales tenemos todos, pero amigos de los que te visitan en el hospital con un bocadillo, cerveza y plátano, menos. De los que te preguntan de verdad porque le interesa tu padecer y tus logros, de las que temes una llamada porque tienes horas y horas de cosas que contar… haz una lista, venga.

 ¿De esas cuantas tienes tú? 

Que no estén en nómina claro, esas no cuentan.

 En este momento me viene a la cabeza una persona, que fue buena conmigo en su día y eso no se puede cambiar. Una persona buena lo es y punto, otra cosa es que se rodee de malos que la hagan alejarse de todos y de todo. Fui a su boda,  a pesar de que los que conocían la situación no se lo explicaban, pero hasta el final no dejé que nadie dudara de mi devolución. Posteriormente, como suelo hacer cuando la deuda está saldada y la persona no me interesa, la maté. Yo simplemente devolví. Pero no todo el mundo estaba allí.

Una persona agradable como tú, no es buena, solo lo aparenta

Para ser buena hay que echar cuentas

Lo siguiente hacer la lista del haber, esas personas a las que ayudaste aunque actualmente no estén en tu vida, aunque no te hablen, aunque te den por muerta.

Esta es la lista verdaderamente difícil. Muchas de nosotras, las personas que acumulamos por vicio, nos sentimos en ocasiones como gilipollas y con razón. Yo no, he evolucionado o envejecido, soy consciente de que no lo hago por ellas, me reporta placer personal.  

-  ¡LO GOZO! - como dicen los Dixi King.

 Me siento muy orgullosa de tener una larga lista de asociaciones sobre todo de jóvenes en las que he participado haciendo cosas concretas y tangibles. Lamento los proyectos que dejé a medias y los que dejaré, porque sigo en la búsqueda de un nuevo lío que me haga feliz.

¿Y tú? ¿Desde cuando tu lucha por los demás? ¿Estabas ya en nómina?

Desde aquí mi pequeño consejo a los luchadores de retrataura, a los que salen guapos en todos los periódicos, los que se venden bien:

Echa cuentas y luego hablamos.

domingo, 6 de diciembre de 2020

TIEMPO MUERTO

 Mira, te voy a explicar como va la vida, por si no lo sabías o si no te has enterado todavía por tu mala cabeza o tu juventud. Esto es exactamente lo que estudiabas en naturales o cono, según edad: naces, creces, te reproduces o no y mueres.

Nada o casi nada de lo que te ocurre en la vida es responsabilidad tuya, seguro se le podría echar la culpa a alguien, pero si como lo asumas.

Mi nacimiento está marcado por la familia que me tocó y el lugar. Es bastante difícil que alguien que parte de cero se haga rico, más aún si es honrado y nace en un país pobre como el nuestro. Asume tu condición y busca la mejor vida que puedas tener tú y los tuyos.

Es complicado que naciendo princesa sientas la libertad, en tu mano está dejar todo eso cambiar de identidad y salir de esa vida, si no lo haces es porque no quieres, ahora bien, naciendo en un barrio obrero es imposible hacerte princesa.

Una vez conoces el abanico de posibilidades que te ofrece la vida, intenta jugar bien tus cartas y sé realista. No juegues a lotería, nunca te tocará. No intentes imitar a los que han triunfado, ellos no se lo esperaban cuando lo hicieron. No te frustres, vive.

Tumba cada día como si fuera el último, disfruta de cada minuto, ya sea comiendo pipas en el brasero o con una caña y una amiga. Piensa que todos esos momentos son los que te llevas.

¿Sabes eso que hacen los entrenadores en los partidos que ponen las manos en señal de T para parar el tiempo y hablar con los jugadores? eso es fundamental en la vida diaria.

Párate y piensa lo feliz  que eres con ese tiempo muerto, sé consciente de que puedes tenerlo y cuando no puedas no añores, recuerda y desea que vengan muchos tiempos muertos. Disfruta de los tiempos muertos como si no te fuera la vida en ello y no estés pensando en lo que tienes que hacer después.

Un tiempo muerto es para pensar y actuar.

Vivimos de una manera que al final, esperando este tiempo muerto te mueres, así es la vida. No piensas en lo que tienes que pensar, solo actúas según la vida te obligue y a máxima velocidad.

No por correr más llegarás más lejos. Si eres capaz de tomar minitiempos muertos a la velocidad de pensamiento, ya será la hostia.

Puede parecer que improviso en mi vida y que tengo buena suerte, pero no es verdad, no doy puntá sin hilo.

Un tiempo muerto si no haces nada después es un tiempo muerto y enterrado, pero si germina una acción contundente, más aún si es al día siguiente, bienvenido sea.

 Me encantan los tiempos muertos de horas y horas dedicados al sexo. O los tiempos muertos de tocar el pelito, o los de hablar de problemas y soluciones, o los tiempos muertos de caminar.

jueves, 26 de noviembre de 2020

SIGUE RASCANDO

Que no se puede.

Cuanto la vida se empeña en enviar penurias a una persona con espíritu ganador, no se puede.

Eres una niña a la que sacaron de un entorno con trabajo, juguetes y vida estable en una casa digna, y te llevan a una vaquería sin luz y ni agua, sin inodoro “OBVIAMENTE” (coletilla de los jóvenes de hoy en día, atrás queda el “EN VERDAD”), y te llevaron a un lugar donde antes vivían animales.

Otra quizás lloraría, yo,  la princesa de un cuento.

Mi entorno cargado de garrapatas y yo solo veía el montón de pienso que me permitía saltar desde lo alto de un lugar muy peligroso sin romperme un hueso.

Otra echaría de menos el inodoro, yo solo veía la suerte de bañarme en un barreño frente a la chimenea.

De  verdad que no veo el día que pueda ofrecer a mi nieta las experiencia vividas en mi infancia, todas de penurias, de frio... mi madre rompía los cuadros de aquellos de pelo que teníamos en Barcelona, porque no tenía mantas. Me encantaban aquellas mantas de princesa.  

Si después te crías en un barrio obrero, si además te empeñas en seguir viviendo en las zonas de la ciudad donde la experiencia de otros te hace ser cada día más dichosa.

¿Cómo vas a conseguir hoy en día que yo no sea feliz?

Si continuas relatando la larga lista de penurias que ha de pasar una madre trabajadora a jornada partida y con cuatro hijos todos amororsisismos y unos indios indómitos que solo hacen lo que yo les he dicho que hagan para ser felices, todo lo que se puedan llevar a la tumba, sin que los lleve a la tumba.

Además deberás añadir que por gusto también he tenido todo tipo de animales en mi vida, llito el pollito, llina la gallina, Berta la liebre, Vacarisa la cerda... y así hasta el día de ayer que me eché otra carga de la que arrepentirme el resto de mis días.

Porque pagamos toda la vida las cosas que hacen nuestros hijos, las que hacen nuestros amores y nuestros animales. Y pagamos con dinero, con disgustos y con tiempo.

 Pero, que sería de mi si no fuera tan feliz, tumbando así los días que me queden.

¡ Qué pena la que crea que puede conmigo, ni después de muerta!

viernes, 6 de noviembre de 2020

CITO, MI PECITO

 Y al final llega el final. Si alguien esperaba más de mí, lo siento. 

No cumplir las expectativas de alguien que te imagina es fácil. 

Esta frase puede ser difícil de entender a la primera, y podrías sugerir que la construya al revés, pero no es lo mismo decir que cumplir las expectativas es difícil, que decir que no cumplir las expectativas es difícil, y al contrario. No sé si e explico. 

Lo importante es cumplirlas para la gente que te toca, textual. La gente que está a tu lado en el sofá, los que te abrazan. 

¿De que sirve ser maravillosa, genial y una gran artista, si solo recibes palmas?

A mí que me aprieten los nudos de la espalda, que duele que te meas, pero al soltar te corres de gusto.

Para mi los besos y los abrazos, los cariños verdaderos y el toqueteo. Me encanta tocar, más si es invierno y tienes un pijama de coralina. Me gusta tocarme hasta a mí misma, aunque me desarma si me tocan el pelito los demás. 

Se que todo esto a ti no te interesa, estás leyendo y punto, no puedes sino imaginar, pero yo te lo cuento para que estés al tanto. Me gusta acicalar como los monos a todo el que tengo cerca, ya sea novio, hijo, gatito o pez. 

Me han traído un huérfano de la pecera de mi hija. Dice que no se muere ni a tiros, y yo le doy cariño. Vale, está muy mojado, pero a mi me gusta tocarlo. Me decían que estaba chalada intentando amaestrar a una tortuga americana, que son muy agresivas, pues no conocieron a la mía. Al final, increíble el resultado. 

Todo el mundo piensa que los cerdos son sucios y las tortugas americanas agresivas, pero yo decidí conocer a la mía. Me hacia ojitos y me pedía caricias. Yo, la liaba en una toalla y la ponía en mi regazo durante horas hasta que sacaba la cabeza para intentar huir, al final, conseguí que fuera cariñosa.

Pues mi pez, igual, y así todo bicho viviente. Yo sé que Pecito tiene miedo ahora, es normal, me está conociendo, a todo el mundo le pasa. Ya verás dentro de unas semanas, si no se ha muerto, como me quiere.

Esto lo escribo a modo de advertencia, para que no queden dudas de mi personalidad pegajosa, que luego no digan que no lo avisé.

Hay personas que se soportan toda la vida, solo tienen que echarse el culo en la cama y dar dos besos de "mejilla al aire" a la llegada y a la salida de casa. Eso, conmigo es imposible. Si no quieres sentirte atrapado como mi Guita, la tortuguita, pues mejor no te acerques. 

Yo siempre pensaré que te gustan mis caricias y mis besos con mocos, y por eso te dejo que me toques el culito para ver lo suaves que están mis mallas deportivas nuevas que me he comprado.  

Si al final de tu vida esperabas lo que todos tienen, pues no, te ha tocado lo que te ha tocado. 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

ANDE YO CALIENTE...

 

-          Ja, ja, ja, ja…

-          Je, je, je, je…

-          Ji, ji, ji, ji …

Con la o.

-          Jo, jo, jo, jo…

-          Ju, ju, ju, ju…

Ahora yo:

-          Ha, he, hi, ho, hu.

¡En andaluz!

-          Ha, ah, ja, ja – risa verdadera.

martes, 3 de noviembre de 2020

¡QUÉ SE MUERAN LOS FEOS!

Me enamora la ternura, la bondad y por supuesto la diferencia. 

El niño que en el patio del colegio está en el rincón solo, fantaseando y buscando hormiguitas para ayudarles con las miguitas de pan, ese, cuando se hace adulto, desarrolla un poder seductor irresistible que detecta a niñas como yo, fuertes y poderosas, caballonas y bastas, que se derriten con un puchero, solo con intuir un poco de dolor ajeno o un gesto de la cara, los ojos o las cejas, la frente e incluso la boca, que indica que debajo hay un alma maravillosa.

He conocido a uno de esos, dice ¿no? para afirmar, y siempre esconde su sonrisa intentando inmovilizar los pómulos para que yo no me ponga muy creidilla. Tonterías, pero seguro que bien estudiadas por la madre naturaleza para cumplir sus objetivos.

Me da coraje no ser como otras personas que visualizo en el mundo, que saben lo que les conviene y pujan por eso sin dejar que nada ni nadie las desvíe de sus objetivos. Me iría mejor en la vida, cierto, pero no sería yo. De hecho, creo que no me gustaría ser una de ellas.

Mis recuerdos de la infancia son muy parecidos a los de la actualidad que vivo, distintos personajes pero igual argumento. Me sale la violencia cuando veo de lejos abusar, cuando está cerca el abuso, no me doy cuenta, es como una garrapata en mi oreja. Rasco, lo intento, pero no me duele igual.

Ahora bien, si veo como a una niña le bajan los pantalones del chandal en el patio, no sé ni como, lo siguiente que recuerdo es tener debajo de mis rodillas la cara de la que lo hizo, no sin antes ayudar a María del Mar a subirse los pantalones. Recuerdo incluso que eran naranjas claritos con tela de aquella de toalla y una gomita muy débil en la cintura. Aquella niña larguirucha, rubia con el pelo muy lacio, con la nariz puntiaguda no le hacía daño a una mosca, pero mis amigas, las que a mí siempre me guardaban el aire, con ella eran muy crueles. Siempre que yo no estuviera cerca, claro. 

Me da lo mismo lo que pienses de mí, supongo que depende de tu poder de observación. Si, soy violenta, y me mira la gente a mí, por violenta. La loca, el demonio de Tasmania, sin comprender que ellos no tienen el botón de cámara lenta que yo aprieto de vez en cuando.

“Dicen que voy deprisa, que risa, eso es porque no escuchan mi pensamiento” - fragmento de una poesía que escribí un día de estos.

Y reviso la jugada con mi dedo inquisidor, y abro la boca y los agujeros de la nariz, aprieto la mandíbula y de pronto, aparece la otra, corriendo a cámara lenta con sus zapatones de charol del cuarenta o los tacones flamencos de hoy en día que rompen las baldosas que saltan por los pasillos con mi poder mental el peso de mis intenciones, cargarme a todo el que se menee.  Y salto sin mirar, ni como ni porqué, sin medir consecuencias, confiando tan solo en el todopoderoso que siempre me protege, a mí me ayudan vivos y muertos. 

El mundo en general solo ve el final, su nervio óptico no actúa hasta que su tímpano envía mensajes de alerta a su celebro. No tienen ni pause, ni reven, mucho menos el botón de cámara lenta. Solo reciben la imagen de la María Zapatones pegando gritos y con esos pelos, que como siempre, no se ha peinado esta mañana tampoco.

¡Bah! Ya a estas alturas de la película no me paro en explicaciones, el que quiera saber que se meta en Google.

Que se mueran los feos, que los perrillos de chiquitillos todos son bonicos, que la humanidad renazca y que no quedemos ni un adulto en el mundo. 

Ya, dirás, ¡qué bruta! No tengo culpa de que no tengas los botones que yo tengo para ver lo que yo veo. 

domingo, 25 de octubre de 2020

RECORTES NO

He conocido a una persona que dice que me quiere, que dice que soy un encanto, que lo pongo a mil… y yo no hago nada más que ser yo. Le cuento muchas cosas mías malas, le canto desde el principio para espantarlo pronto y no perder tiempo ni sentimientos.

Consigo todo lo contrario.

Su valoración es distinta y no lo entiendo.

Es más pesado que mi gato Moriarti que ya es decir, ya está aquí otra vez, ni me puedo sentar para escribir sin que me clave sus uñitas despacito mirándome a los ojos.

Él también es sorprendente, aunque no lo sabe, se oculta porque es más inteligente que yo.

Me habla de muchas cosas y no repite. Tiene mejor memoria que yo y muchas cosas que contar. Me gusta escucharle y me sorprende porque lleva mucho tiempo hablando y tengo la sensación de que solo he descubierto el azúcar de la magdalena.

No me provoca poesías a los tres días porque simplemente estoy en modo ahorro energía, esperando que llegue el momento en que empiece a recortarme las puntas, a limar mis asperezas, a tender los trapos al sol, a mostrarme mis partes feas para que aprenda y mejore.

Esperando estoy a que meta la pata para desaparecer, pero no hay manera. Me dice: piénsatelo. Y pienso, y espero, y esperando comienzo de nuevo a descubrir.

Releo la larga lista de cosas malas que van a pasar, deduzco por premisas de otras experiencias que después viene lo siguiente, pero siempre me sorprende. 

No, viene otra cosa que no es igual a la anterior y ni mucho menos lo que se esperaba. Todo esto me hace seguir investigando, gracias a la curiosidad que tengo por la humanidad en general y a mi exceso de tiempo libre.

Si, ahora trabajo poco dentro y fuera de la casa, me queda un poquito de obra, pero poca cosa. No escribo, no salgo por el asunto del virus, no voy a mi campo, no estoy acostumbrada a tanto pensar.

En el último tercio estoy, con la sensación de que este no tendrá nada que ver con los anteriores. Solo espero que me acompañe la salud o venga por mí la muerte, pero me huelo que voy a divertirme lo que me queda de vida.

No me quiero ni acordar de las personas que no son conscientes de que la vida se acaba desde el momento que empieza. Estas que están frustradas por asuntos de un día, cuando la vida es de muchos días juntos. Personas que valoran su felicidad con cosas materiales, con triunfos o fracasos en el exterior de su cuerpo, cuando lo verdaderamente importante ocurre en tu interior, cuando creces tú, no tu patrimonio.

A mi me gusta crecer pero no limar, no recortar, no pulir. Si algo no me gusta, lo guardo en mi interior y lo recubro con otra costra de cosas nuevas, pero me duele perder nada de mi persona, porque al final, es lo único que me puedo llevar a la tumba.

Si hay que sanear se sanea, lo sé. A veces es mejor una retirada a tiempo, pero soy de esas personas a la que no le importan los cepazos, los morados y los daños, me gusta dar un triple salto mortal para cruzar por el paso de peatones. 

Cada señal en mi cuerpo es un recuerdo de un intento más por cambiar mi interior. Me gusta eso: cambiar, crecer, aprender... pero no recortar que duele, ni las puntas.

sábado, 24 de octubre de 2020

PERDEDORES

Los que llevamos toda la vida perdiendo, no sabemos la suerte que tenemos. Perdemos al marido, perdemos muchas amistades indeseables, perdemos el poder adquisitivo y por supuesto la virginidad.

Perdemos tantas veces que nos encanta la vida que llevamos, porque solo nos queda lo que nunca se puede perder.

No se puede perder a uno mismo, y eso es un problema si no te gustas, es difícil perderte de vista.

Sabes que nadie te busca, que nadie comparte, que no te quieren y que a tus amistades solo las encuentras en los bares o ni eso. No sabes porque siendo tan maravilloso el resto te rechaza.

¡Coño, porque somos todos unos los perdedores!

Llegas a tu casa limpia y decorada, con todo lo que se puede adquirir con un buen sueldo y te paras a pensar y no sabes por qué pero te falta algo. Nadie te escribe, nadie te dice te quiero, nadie te echa de menos. Nadie te invita a su casa. No va nadie a la tuya.

Entonces ves a una perdedora nata, que canta como loca en el trabajo, que se alegra cada vez que le cuentan una conquista amorosa y se entristece sin tener porqué, aunque no sea suya la pérdida.

Te preguntas porqué es tan feliz a pesar de los pesares, porqué siendo tan caballona atrae de esa manera a los hombres, porqué siendo tan bruta, cantando tan malamente y siendo como es una gran perdedora, tiene siempre un montón de gente a su lado.

Te responderé querida, porque miro atrás y me gusto, miro hacia adelante y les gusto, las perdedoras con eso tenemos bastante. 

Siempre jugamos a ganar, porque algo tenemos que conseguir. Compramos a diario, productos frescos y a buen precio, no nos comemos las latas caducadas, solo los yogures.

Cuidamos lo que tenemos, porque si no lo hemos perdido es por algo.

Pena me dan los que llegan a viejos sin perder nada, teniéndolo todo, con una vida perfecta. 

Son los que nunca han estado malos, no han faltado jamás a su trabajo, normal, no tienen nada más que eso. Aparentemente su vida es perfecta, que otra cosa les puede quedar por hacer sino aparentar.

Tienen maridos maravillosos con los que se llevan muy bien y follan a diario, un trabajo donde se les valora como ganadores o ganadoras, sus amistades son “celebritis”, los perdedores no los soportamos.

No saben lo que es compartir una pena con otro, una enfermedad o un fin de mes apretado.

Que suerte tienen de tenerse a ellos, siempre que no se miren mucho.

Nadie les cuenta nada, porque sabemos que están bien. Tan bien están que no queremos que se enteren de nuestras pérdidas, nos da vergüenza.

Los perdedores nos juntamos con otros perdedores que a nuestras barbacoas traen productos frescos también, para echar a la lumbre, pacharán de Rute, patatas al oli oli y experimentos de cocina hechos con sobras.

Yo, perdedora soy, esperando estoy que pase lo del virus porque solo quiero que la ola que surja de la última chimeneíta de mi casa, me conduzca vencida hasta la siguiente.





martes, 20 de octubre de 2020

MERCENARIOS

Hoy he tenido pesadillas muy lúcidas, las recuerdo bien. En el mundo existen muchas clases de personas, respetables todas, pero debemos temer solo a las que no tienen nada que perder. 

Siempre he dicho eso de,  no tengo nada que perder, pero es mentira cochina. Tengo tantas cosas que me arrancaría el alma perder que cuando se refieren un simple empleo, dinero, objetos materiales… me da risa nerviosa. ¡And ya!

Un buen mercenario o mercenaria, no tiene amigos del alma, solo de copas, no tiene hijos ni nietos y si los tiene están lejos, no tiene amantes, solo follamigos, no tiene ratos agradables si no tiene dinero. Solo el dinero puede darle un poco de felicidad. 

Esos por dinero dañan, no tienen otra cosa. 

¿Van a intentar hacer amigos? 

Que va, no pueden, y los que tienen son de pago. 

Cuando les quitas su razón de vivir, el dinero, no tienen nada más que perder. Tampoco tienen nada ni nadie en quien apoyarse, pobrecitos. Solo se apoyan entre ellos, siempre y cuando no peligre su presa, son lobos. 

Me considero muy in: inoxidable, incorruptible, inolvidable, incombustible… pero sobre todo soy invencible.

El miércoles me dijo una amiga del alma:

-          Mañana nos va a pasar algo bueno.

Al día siguiente pasó una cosa muy mala según su valoración que para mí va a ser y será buenísima. Nos trae por la calle de la amargura, tenemos pesadillas, nos pincha el cora y hasta el apetito sexual se nos ha quitado. No, no, no, eso nunca, a mí no, a mí no, a mí no. Miento.

Esa cosa mala, solo mala, no muy, muy, muy mala, como pudiera ser enfermedad mortal o casi, nos ha hecho hablar más que nunca y nos ha unido a otras personas que también eran ignoradas hasta el momento.

Yo le digo chocha, que me dejes, cántame una de los Bee Gees. Y ella, con la voz de su experiencia, me dice de todo.

A mi me encanta, porque me hace casito, lo que me preocupa enormemente, es cuando no habla. Cuando no habla, algo pasa.

Así que fíjate, esa cosa mala, mala, mala, o medio mala, yo con mi barita mágica la hice buena, o por lo menos la neutralicé.

Cuando pienso el montón de cosas que la gente valora como malas que para mí han sido maravillosas: mi divorcio, mis momentos de locura transitoria, mis noches sin dormir escribiendo, mis viajes improvisados, mis amistades especiales… tantas cosas que los razonables, los aburridos de la vida pensarían que son malas y que para mí han sido maravillosas, y que hoy, como todos los días de mi vida, me despierto recordando con una sonrisa.

Tengo la casa patas arriba, para coser un tatami con piezas recicladas de una tapicería que me guardé de otra cosa, obra, obra y más obra. Para empezar, tendría que pintar la puerta, fregar las escaleras, limpiar polvo y coser. Lavadoras, fregotear los sofás de abajo, poner fundas, hacer un estofado…

¿Pero sabéis lo que voy a hacer hoy? Disfrutar de la vida.

Apreciar que mi hijo con casi dieciocho, todavía se mete conmigo en la cama, culito con culito:

-           ¡Ay mami! ¡Cuándo voy a tener novia otra vez!

Que mi gatito no me deja en paz, escribo con su cabeza apoyada en mi brazo, que mis niñas son maravillosas, que vuelvo a estar enamorada,  que tengo amigos y amigas de verdad, unos vivos y otros muertos, pero todos me ayudan a convertir cualquier cosa mala en menos mala. Porque, aunque te pase una cosa regulera, si no tienes cobijo, si no te aman, si no te abrazan, la cosa se convierte en mala malísima. 

Cuando uno es un mercenario o mercenaria, se mueren tus familiares directos con el paso de los años y solo te queda lo que se paga con dinero. Alguien habrá que se deje querer, que se deje invitar, que se deje mantener. Solos en la vida totalmente nunca están, porque si les queda dinero, alguien habrá que tenga necesidad. 

sábado, 10 de octubre de 2020

VENGO DE COMPRAR


 Mi niño desesperado, vale, cada día voy a peor. 

Si, lo reconozco, soy una obsesionada. Desde que hice aquella película en el año noventa y seis, donde todo el mundo, manipulado por la autoridad competente, se comportaba de forma extraña y beneficiosa para el ecosistema,  no he dejado de hacer lo mismo.

Cuando compro un pollo, lo miro y lo requetemiro, y lo vuelvo a mirar. No quiero que tenga golpes porque ese pollo estaba vivo cuando los recibió. No quiero que esté envuelto en plástico, por lo que busco la tienda de mi barrio que me lo da en papel de estraza de toda la vida. Por si algunos no sabéis cual es, es ese que lleva una película miserable de plástico y un poco de papel con el logo de la tiendecilla. 

Si me veo en apuros compro de los que vienen en bolsa solo, que como suele tener muchos dibujos amarillos por fuera, no puedo ver los golpes que recibió el animal antes de morir.

Vale, bien. Eso se traduce en una madre rebuscando entre los pollos, y tú con toda la vergüenza del mundo te vas a otras estanterías para que no te reconozca nadie. Al final no compra y dice: 

- Tengo pollo congelado de la bodeguita.  

Tengo mala suerte, un amigo trabajando en una fábrica de pollos, el pollero lo llamo.

Si en su defecto no me queda más remedio que comprar envuelto en plástico, pues intento que sea lo mínimo, pero lo que ya no aguanto es comprar más gramos de plástico que de contenido.

Si voy con mis bolsas, ya no me miran como tiempo atrás. Si llevo las cosas en las manos antes de admitir que no puedo hacerlo, pues piensan que soy muy rácana, que es por los cinco céntimos.

Ahora puede parecer moderno e incluso bien vista mi obsesión, pero en el año noventa y seis, cuando mis vecinos me decían que ya no tenía que salvar al mundo, y yo les decía que lo siento, con ojos de burro, pero que yo sigo reciclando y que ellos mezclen todo lo mío cuando llegue a la planta, que ojos que no ven corazón que no siente, y que me dejen en paz, ejerciendo la violencia contra el mobiliario urbano, porque a ver porque a mí me tienen que decir lo que tengo que hacer y cuantos hijos debo de tener: 

- ¡Qué suerte, la parejita, no tengas más!

¡Me provocan! 

Bueno pues ya está, no logré desempatar como algunos ya sabéis. 

Una vez que el plástico entra en casa ya no puedo hacer otra cosa. Lo mismo que en el super, lo miro, lo requetemiro y lo vuelvo a mirar. Tengo a la vista un puf de lanas recicladas relleno de relleno de los ordenadores, un campo lleno de ruedas, una bolsa con papel de la trituradora... que sí, que lo sé, que lo mío no es normal, es obsesión.

Pero es que me hace feliz. Bien, de acuerdo, lo admito. Me hace feliz regalar una cosa que no vale nada, solo es basura, esfuerzo y tiempo.  Vale de acuerdo, me alegra regalar botes de cristal reutilizados y llenos de vida. Solo utilizo los potos de toda la vida que no se mueren ni a tiros.

A ver, no sé, porqué soy y seré, una obsesiva compulsiva, que tiene un gato callejero más pesado que las moscas, azulejos en su cocina de los años sesenta, una mesa de tirar, cajoneras de tirar, un sofá que tiró alguien, una cocina reutilizada, tabiques con trozos de tabiques… y así todo, menos el colchón.

A ver, que culpa tengo yo, si me cuesta tirar las cáscaras de los mejillones, le añado a las sobras de los bichos, bechamel, angulas falsas y carne de cangrejo y me salen unos tigres maravillosos. Aclaro que nunca jamás compré pan rallado, que hago yo si no puedo tirar un mendrugo de pan.

Joder, que si, que me metas en un bote con formol cuando me muera y dejes mis sesos en un laboratorio con otros  individuos extraños de la naturaleza. 

Eso cuando me muera, que de momento, si no te gusta, te meto un meco que no lo cuentas.

Solo puedes huir, o quedarte y sufrir.

Que ya sabes que yo por las buenas, lo que quieras, pero como me vea en peligro, soy cerda.


martes, 6 de octubre de 2020

¿CERDA O CUERDA?

 Soy cerda.

En el horóscopo chino, cerda.

Admiro su fuerza, lo que son capaces de hacer con el hocico, su falta de modales a la hora de comer, su poder de escapismo tan impresionante, capaces de romper hormigón y alambre con los dientes, su insistencia… Soy cerda, estoy buena hasta después de muerta.

Tiene que ser duro ver como pasan los años por tu cuerpo y envejeces a pesar de tus cuidados y luego una cerda, que en la vida se ha peinado, que come sobras y vive libre por el monte, todavía hoy en día esté tan buena.

¡SABROSURA!

Se aprovecha todo de ella y es imposible conseguir que haga algo que no quiera hacer, la cerda digo, vamos, ambas dos.

¿Alguien ha probado a hacerle daño a una cerda solo? ¿sin armas?

Bueno, todos conocemos la poesía de Gloria Fuertes, la del oso. 

¿Tú no? Pues la buscas.  

Una cerda por las buenas puede ser llevada de la mano de una niña de seis años te lo puedo asegurar, y haría lo que fuera por amor, pero no le pidas que haga algo a malas, porque es una cerda, es capaz de embestir contra porcelana, aunque le cueste la vida.

Somos ratas gigantes, con un pelo muy desagradable al tacto, corteza para protegernos de las puñaladas, pero una piel detrás de las orejas que engancha. Nadie sabe que una cerda tiene esa piel, porque hay que saber dónde tocar.

Y luego están los otros, los no cerdo, los cuerdos. Respetos al máximo a los que sean preciosos de nacimiento, a los que sean perfectos y sobre todo, a las buenas personas. Las buenas personas que lo dicen muchas veces, para que nadie se olvide que son buenas personas. Esas, que continuamente ponen caras de buenas personas, que me miran y dicen:

-          Hay que ver con lo buena persona que soy.

Pues mira no. Sin ningún criterio:

-          Tú no.

Somos agua y aceite. Nosotros siempre seremos los que somos y ellos los que juzgan. Por eso, cuando un cerdo madura, calla, por si viene San Martín. 

Podríamos crear una escuela de cerdos que nos enseñara desde pequeños a esquivar las balas: si te preguntan esto, tienes que contestar esto…

En un mundo dominado por ellos, los pocos que quedamos debemos pasar desapercibidos.

Pero claro, esto, con lo que nos gusta a nosotros llamara la atención, es imposible. Para cuando tienes edad para comprender ya te han pillado. Con el paso del tiempo te das cuenta de que hablan a tus espaldas, máximo si no pueden contar con tu cercanía.

Porque si algo tenemos nosotros es mucho amor, mucho humor, mucho arte y mucha imaginación. Somos muy cerdos entre nosotros, y eso, cuando no se tiene, se envidia.

Comemos cualquier cosa, con el paladar adecuado, el tiempo necesario para degustarlo no tiene comparación con un menú degustación en un gran restaurante.

Solo queremos cerdos en nuestra vida, excluidos todos los demás. 

¡NO LO ENTIENDEN! ¡CON LO BUENAS PERSONAS QUE SON!

No tenemos problema, sabemos vivir solos en nuestro mundo, así que preferimos no ser aceptados por vosotros y ni mucho menos que nos igualéis, porque para eso tendríamos que rebajarnos mucho. Por si no lo sabes, los cerdos por carácter somos altivos, somos ágiles y no nos vemos para nada gordos como vosotros nos veis.

Vuestro objetivo es normalizar, unificar, igualar. Todos los que seamos extraordinarios, para ellos han de ser reducados y reinsertados.

Son buenas personas, pero tienen malafollá y eso se lleva muy mal, mucho peor que no tener sexo.

Solo sirven para imprimirnos fuerza, la que tenemos se la debemos, porque todo el tiempo tenemos que empujar en contra y eso nos hace resistentes.

¡Lo siento tanto! ¡De verdad qué me das lástima!

No te falta de nada, pero no te aman. No eres más que un simple cuerdo. Nadie se alegra de verte tanto como de nosotros, aunque a veces nos esquiven por falta de tiempo. Los cerdos dosificamos nuestra presencia, cada vez más que vamos para viejos, nos gusta estar al lado de los nuestros.

Cada vez os soportamos menos

¿Al final, quien te recordará? Tu papel es solo el de mantener el orden.

Yo voy a soñar toda la vida con un mundo donde seamos mayoría.

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lunes, 28 de septiembre de 2020

Preparados, listos… ¡YA!

 ¿Tú sabes ese momento cuándo empieza una carrera? ¿Dan esta señal de salida y corre todo el mundo intentando posicionarse? Pues yo soy la que embiste a izquierda y derecha sin ningún espíritu deportivo. Avanzando meto siete codazos, me paro en seco cuando veo a dos o tres que me quieren alcanzar por detrás, cabezazos que nunca se sabe quien es el que da, y un par de zancadillas.

A mi no me importa ganar o perder, mucho menos que me descalifiquen, lo que a mi me gusta es ofrecer un gran espectáculo. 

Esa soy yo, no lo dudes, si corres conmigo, que sea en mi equipo.

ÚLTIMA HORA

La última hora, compañera, solo se recuerda la última hora.

Por eso debemos resistir hasta que llegue, para que nos recuerden hasta ese momento y desde el principio. 

Porque somos cuidadoras del mundo y no mujeres entregadas.

Porque el diablo no quiere nuestra alma, si no la hubiéramos vendido.

¿Sí o qué?

Di que no que yo te crea, que sabiendo todo lo que sé de ti y lo que tú sabes, de sobra ambas la hubiéramos vendido más de una vez.  

Hoy estoy muy triste, me siento trasto viejo. Siempre fui un poco trasto y voy pa vieja lo sé, pero hasta la bolsa de tela del pan duro tiene más utilidad.

¡Qué triste amiga, qué triste!

Con lo que vieron nuestros ojos, con la de ilusión que le pusimos y la de ganas.

¡Qué triste, qué sola está cada vez más, la clase trabajadora!

GRANDÍSIMA HIJADEPUTA

Una vez contesté a una pregunta en la radio y me tocaron unas entradas de cine. Cuando fui por el premio, otra persona con mi nombre y mi primer apellido las había recogido. No me enfade, me dio risa y pensé que bueno, tampoco no era tan grande el premio. Fue la primera señal que me envió el universo. 

Era una niña y ya me estaba preparando para lo que es norma en esta vida llena de hijosdeputa.

No estoy enfadada, de verdad que es por la mañana temprano y han dormido mis ideas.

El universo me envía señales para que sea una grandísima hijadeputa y que sea lo último que se recuerde de mí. No para de decirme que la vida no es justa, por eso nos prometen la justicia divina, lo único que les queda al montón de tontos que se mueren esperando que les toque la racha buena en compensación de sus acciones.

Que va, no llega, debes ser tú el que ponga los medios porque si no, otros cobrarán por ti tus premios.

Me cambio de bando. 

No tengo la suerte de creer en Dios para continuar por este camino. Si muriera hoy, el cielo lo tengo ganao, pero a partir de ahora, me gustaría ganarme el infierno, consecuencia de que mis acciones en esta vida han sido más divertidas al menos para mí.

El que no me quiera no lo quiero y no me busques pal dinero.

jueves, 20 de agosto de 2020

FELIZ

 Todos estamos locos. Todos tenemos una peculiaridad en nuestro carácter que se puede considerar por otra persona como una locura. A todos podrían darnos tratamiento, unos para levantar el ánimo, otros para todo lo contrario. Lo que ocurre es que si eres un loco que pasa desapercibido, si mientes y engañas si es necesario, la gente te aceptará.

¿Vosotras no habéis visto películas futuristas donde la sociedad es obligada a cumplir una serie de normas por el bien común y los individuos que no están conformes engañan y mienten antes de declarar abiertamente cuál es su infracción? 

Pues igual. Ahora me escondo incluso para decir que escribo, porque todos me miran raro. No es mentira que he escrito muchas cosas, buenas o malas, poesía, guarrerías y algunos libros. Es cierto, pero me miran raro si lo cuento.

Ahora, cuando me preguntan siempre digo que soy oficinista. Que otra cosa se podría ser que no levante sospechas. Para nada hablo de ecologismo, ni de mi locura de utilizar basura para construir. 

Ahora me comporto lo más cuerda posible, no por mi gusto, solo porque me dejen en paz. No cuento ni que tengo hijos, menos que son todos unos artistas, ¿para qué? Todos dirían que es una locura tener cuatro hijos hoy en día, más si les cuento como los estoy criando. 

Cada día más cuerda, cada día más dormida, cada día más feliz.Cuando canto asumo la pérdida, cuando hablo asumo que hablarán de mí, asumo que soy peculiar y que no es fácil esquivar la soledad. 

martes, 11 de agosto de 2020

PERSONAJE

 No soy persona, soy personaje. Todo aquel que me conozca que busque la definición de la RAE a ver si es mentira. 

En ocasiones me pongo triste se me olvida quien soy y quien quiero ser. Entonces aparece la magia de repente, alguien me lo recuerda y lo que quiero ser de mayor.

-          No te compares con ellos, los que tienen suerte en la vida, tu nunca echas a la lotería.

Será el calor, que me va a venir la regla o simplemente que cada día estoy peor de la vista. Visualizo solo partes de la realidad y me entristezco. Entonces mi voz interior me pregunta: 

-          ¿Querrías estar en su lugar?

A pesar de su piscina, de su vida organizada, e sus viajes a la playa, de tenerlo todo hecho, la casa limpia, la ropa planchada y ninguna obra por terminar. A pesar de que parecen felices y nosotros desgraciados, de que nos toca trabajar mucho para conseguir las cosas, aún así, no me cambio ni con un golpe en la cabeza que me deje inconsciente y me produzca amnesia total.

¿Qué pasaría cuando me viera en su vida?

En  mi piscina, sola. Cuando me diera cuenta de que mi compañía no ayuda, que no consuela y no gusta.

¿Qué pasaría cuando intentase hacer reír y no funcionase?

Cuando mi pelo escaseara, mi veneno quemara mis encías, si me viera con los dientes negros y nadie me recordara, cando nadie le importase una mierda mi muerte si no es por la herencia.

Aún estoy reconocible, sigo teniendo un culo muy hermoso. 

¿Qué pasaría si no tuviese mi larga lista de cosas que conseguí?

¿Quién sería yo sin mis fracasos?

¿Y mis listas por hacer?

¿Y mis guerreros? los que aparecen bajo las piedras cuando hay que pegar tiros al aire o a dar.

¿Qué sería de mí si tuviera que cambiar mi alma a un cuerpo privilegiado?

Si me muriera sin poder decir que hice algo por intentar cambiar la vida de unos cuantos.

En ocasiones se me olvida quien soy y me pongo envidiosa. 

Entonces se cae un minion de la estantería, el viento pega un portazo y me llega un wasap que me dice que me quiere, que todo es gracias a mí o por mi culpa.

domingo, 9 de agosto de 2020

UNA HOSTIA CARIÑOSA

¡ Qué aburrimiento, cada día estoy peor !

No sé si es mi proceso de aprendizaje o la degradación de mi cerebro que camina hacia la muerte, el caso es que ahora, me parece un aburrimiento encontrar a una persona afín,  mejor todo lo contrario. 

Para que quieres a alguien que comparta tus aficiones, mejor alguien que te inicie en otras nuevas. Para que alguien que te conozca, mejor poder contar, tener de que hablar, secretos que nunca sabrá. 

Es que de verdad no tengo remedio. Cada día quiero algo nuevo. Cuando me preguntan que música me gusta, siempre contesto con otra pregunta: 

- ¿Qué música te gusta?

La verdad es que a mí lo que más me gusta es investigar, no veo ninguna utilidad en que la gente sepa de mí, de mis gustos...

- ¿Qué gano yo?

Cuéntame los tuyos que investigue, dame pistas para seguir tirando del hilo de forma aleatoria. Cuando me preguntan si tengo hijos, siempre contesto:

- Si, ¿quieres uno? 

La verdad que importancia tiene, que ya no tienes barriguita de joven, que tu umbral del dolor ha cambiado de forma exponencial, que es posible que se lleve una hostia cariñosa, porque una mujer con hijos se asalvaja notablemente. 

Yo no cuento, me jode que alguien sepa de mí. Olvido todo lo que puedo, cada día más cosas, para no tener que rendir cuentas. Me gusta conocer a otras personas, hombres y mujeres interesantes o no. No me importan que repitan las cosas, yo lo hice durante años, aunque siempre antes preguntaba si se lo había contado.

En fin, que aburrimiento de vida si no fuera por la investigación, por el crecimiento, por la ambición. Ahora me ha dado por decir que voy a construir más de cien casas, cuando termine esta. 

 De cierto mucho y de mentira nada. 

Voy a construir o a conseguir construir. Eh, que el curso de prevención de riesgos de la construcción lo tengo, así que a lo mejor soy literal, y hasta ahí puedo contar.

jueves, 6 de agosto de 2020

DESGASTADA

Si me pongo a penar desde cuando participo en asociaciones, me remonto a mi infancia, desgastada. 

Si hablamos de hijos, cuatro, desgastada. 

Si nombramos mi trabajo, casi treinta años, desgastada. 

Si hablamos de obra, muchos años, ni los cuento ya, desgastada. 

Si hablamos de amores, varios, más de los necesarios, desgastada.

Bailando: danza del vientre, flamenco, salsa, bailes de salón, desgastada.  

De viajar más no tengo ganas, desgastada. 

Solo me queda cantar.

Un canto rodao está completamente desgastado y aún así sirve para romper cristales, que nadie se confunda.

No quiero bailar, ya sé, no quiero tener más hijos ni animales, ya lo hice, trabajar poco, cuanto menos mejor, para eso lo hice en jornada de comercio y con cuatro hijos. 

Ya no quiero ni limpiar, estoy desgastada, ni coser, ni organizar, ni hacer casi nada de lo que he hecho durante horas y horas de mi vida.

Estoy desgastada. 

Bizcochos y croquetas, desgastada. 

Ahora, me gusta dormir, me gusta leer, aunque lo diga con la boca chica, porque me da un poco de pudor haber afirmado tantos años que no leo, cuando es mentira cochina. 

Me gusta dedicarme a mi persona, supongo que hasta que me desgaste de esto también.

Solo me queda cantar.

Procuraré no hacerlo públicamente, no se merece mi gente años de maltrato a sus pobres tímpanos. 

Para pulir un diamante tan bruto como yo, para domar esta personalidad mía, que trata en todo momento de desfigurar la canción original, tiempo hace falta. 

No quiero ni puedo cambiar. Aprender si, pero no ser.

 

 


viernes, 31 de julio de 2020

EL FINAL DEL TUNEL

Y sigo pensando que triunfaré, no podrán conmigo, triunfaré, como decía el monstruo que vivía entre los juguetes de mi hijo hace ya más de veinte años. 

En estos momentos ya estoy  viendo el final del túnel, me refiero a que tal y como prometí hace diez años, al final, los voy a poder abandonar. Esto no quiere decir que no seamos amigos, que no estemos para cuando se nos necesite, esto quiere decir simplemente que los dos cerros de ropa que hay por doblar, no estarán, que será como debe ser, un paraíso terrenal para mí. 

¿Dónde? El destino lo dirá, espero que sea lo más cerca posible, porque me agrada su compañía, pero no tanto así la guerra que dan. No todos por igual, tengo que decirlo aun a riesgo de ofender, los machos me han dado mucha más guerra.

Siento que en un año cumplo cincuenta, que en un años pago esta casa y una multa que no es mía, en un año y poco más me terminan muchas cuentas pendientes. El que no quiera vivir después de tener el nido vacío que se lo haga mirar, para mí empieza la tercera parte. El primer tercio nacer, crecer y reproducirse, el segundo tercio la muerte pelá hasta poner a los pollos a volar y el tercer tercio, incógnita total y absoluta, pero lo que si que es verdad que no será más de lo mismo y así hasta los setenta y cinco.

Estaré más sola que la una, que alegría por Dios, me aburriré más que en plena pandemia, que placer por la Santísima Trinidad, pero se acabaron obras, lavadoras, comidas y bizcochos. Se terminó comer cocinado, yo me lo como todo crudo, vivo o muerto.

Quiero encontrar un cortaúñas en su sitio y no tener que atarlo como hace la administración con los bolígrafos. Quiero poder hacer un huerto en la terraza, hacer lana, cantar, pasear a mi perro de peluche, porque animales de verdad no pienso tener. Tampoco deudas, ni una.

Como dice mi tan admirado Rober, yo solo quiero, que la ola que surja del último suspiro de un segundo, me conduzca vencida hasta el siguiente.


viernes, 26 de junio de 2020

Y SI


Un abrazo grande
siempre por escrito
no poder siquiera
entregar un libro.

Un beso en la cara
un beso de amigo
un preso en su casa
un juego de niños.

Un poder y no querer
un querer y no saber
un futuro ausente
un beso en la frente.

¿Y si no me acuerdo?
MUERE MI TESTIGO
¿Y si acaba pronto?
FIN DE SU DESTINO.

viernes, 19 de junio de 2020

PLUMAS Y MARIPOSAS EN EL PELO


Si buscas a un “hombre” bueno, busca a un niño. Sócrates.
Un adulto es un niño empobrecido, todos nacemos con actitudes artísticas. Dalí.
Todos los perrillos de chicos son bonicos. Mi padre.

Son los adultos que rodean al niño los que van desgastando y puliendo, moldeando a su imagen y semejanza.

A alguien se le ocurre preguntar a un niño ¿Por qué hace una cabaña, un agujero en la playa, un castillo de arena?

¿Se le explica que es efímero, que no tiene utilidad definida?

No es esencial, no es necesario, no le reportará recompensas materiales, solo felicidad.

¿Es necesaria la felicidad? ¿Se puede comer, tocar, chupar, saborear...?

No me tires de la lengua, Lengua.

Pues sí, aunque parezca cruel hay adultos de esos que de pequeños son bonicos y que cuando crecen se convierten en perros feos. No quiero utilizar similitudes con animales como se suele hacer, no son lobos, ni hienas, ni cerdos, todos estos me parecen admirables seres de la naturaleza, son simplemente perros feos, con perdón de los que consideren un perro feo, que no es mi caso, porque todos son increíbles, si no que se lo digan a mi amigo Kurro, la Pelúa, de belleza distraída, e increíble animal.

Feo es aplicable a cualquier ser oscuro, no hay nadie feo por fuera si su luz hace que los colores unidos den el blanco. Mi madre de pequeña me decía: 

- Con ese no te juntes que es feo. 

Yo no me junto con todo el mundo, me alejo de los feos en cuanto los veo, no tengo dificultad para identificarlos y a estas alturas de mi vida no pierdo el tiempo, pongo ojos de burro cabreao y actúo.  Mi "no presencia" es el resultado de mi libertad individual de hacer con mi persona lo que me salga del coño. Todos los adultos no son iguales, muchos tienen la mala suerte de tener por madre, padre, maestro, amigo ... a un feo, de esos que de pequeño le empezaron a decir: 

-        No tienes edad para hacer eso.

-        Que pavo tienes, pareces un niño pequeño.

-        Esta niña está loca, no madura.

Mensajes como éstos se reciben a muy temprana edad y van haciendo que el niño desarrolle su sentido del ridículo, su valoración exterior distorsionada y negativa, la sensación de que se ríen de él... y que finalmente deje de ser como era al nacer. Todo esto por la inteligencia que se nos supone a los humanos, porque a los animales no les pasa. Así ese niño o niña que bailaba,  cantaba, dibujaba, moldeaba y era feliz, pasa a ser un adulto que afirma no saber bailar, no saber cantar ni pintar... 

¡IMPOSIBLE! 

Todos sabemos, ponte y verás. Cantarás desafinado, bailarás para hacer reír o llorar, distorsionarás o pintarás figuras desproporcionadas... que más da el resultado si eres feliz y haces felices a los demás. 

Imagina estos mensajes emitidos con luz, con vibraciones positivas: 

¡Pareces un niño, que chalao estás, como me haces reír, estás como una cabra, que artista! 

Es una voz en off que está resonando en tus sesos, en tu recuerdo, en tu aprendizaje. Si la voz en negativa no sabrás bailar, ni cantar, ni follar, ni nada que tenga que ver con el arte de amar. 

¡Cómo me gustaría que todos tuvieran un equipo de megafonía incorporado de nacimiento y que me dieran los mandos! El mundo sería una locura, todos cantando, bailando, pintando, modelando y haciendo el amor. No te escandalices, hay que hacer el amor veinticuatro horas al día las 365 días, 66 en los bisiestos, con todos los seres que nos rodeen, humanos, animales y plantas. También con los objetos que sean cariñosos y con los que nos hagan la vida más fácil, que si no se rompen. 

Soy la voz en off para mucha gente, a la vista está. Resueno en el recuerdo de muchos niños y niñas, que no se creen eso que les cuentan los feos. No te digo nada cuando esté muerta, que podrán decir que estoy con ellos. Soy la que aplaude con energía y entusiasmo en su cabeza, la que da ideas no siempre buenas, la que a pesar de sus patas de gallo sigue con plumas y mariposas en el pelo. 






sábado, 23 de mayo de 2020

ALÉJATE


Tengo el poder de la luz, no lo digo yo. 

Para mí hacer reír a los que tengo cerca y lejos, es algo que ocurre sin explicación razonable.

Si tú ríete, ríete, pero no es fácil, es un gran poder. 

Ayer mandé un vídeo cantando a mi amiga Rosana y, leo textual:

- He visto cuatro veces tu vídeo y se me caen los lagrimones.

Como me lo ha dicho un día después, porque eso si, a mí la gente me hace poco caso, pues no sabía ni a qué se refería. 

A mi maestro de canto, que es un Angelico caido del cielo, siempre le digo que no piense que es un fracasado como maestro conmigo, que yo soy "COMIC SOUL". Canto peor imposible, pero la gente se ríe y se generan endorfinas de la felicidad igualicas a las de llorar, correr o follar.

Es un gran poder, el de hacer felices a base de endorfinas a los demás con risas, que puedes compartir con hombres y mujeres sin necesidad de follártelos.

¡Esto es mejor que follar! como diríamos en mi trabajo, uno que tuve donde fui muy feliz y del que todavía guardo buenos recuerdos y amigos. 

Cuando veo a un músico, un pensador o cualquier humano en cuerpo de hombre que me produzca admiración siempre pienso, yo me lo follaba. A veces lo verbalizo, pero solo me prestan risas. 

Hay personas que nacen con él sin poder evitarlo y que aunque le aconsejen no ser tan "así", aunque por la mañana decidan rotundamente ser de otra manera, por mucho que quieran no saben porque ni como les ocurre.

Otros todo lo contrario. No entienden porque los rechazan, porque la gente se distancia de ellos, son los seres oscuros, tienen el poder de la oscuridad, el de entristecer, el de descargar de energía a sus semejantes, muy a pesar suyo, o no, vete tu a saber si son felices así. Aunque no creo que sean felices de ninguna manera, conmigo no se reirían ni de coña, sobre todo, porque yo no suelo ser muy simpática con ellos. 

Cuando se dice que la cara es el reflejo del alma, es literal. 

Tú no has visto a personas que no parecen las mismas en según qué estado de ánimo estén. Enfermos mentales que reflejan a primera vista en su cara que padecen de un mal del alma, de la psiquis, incluso personas con la patología de personalidad múltiple, que no parecen la misma, todos conocemos el extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.

¿Alguien duda ya si la cara refleja nuestra alma?

Seguimos con el resto del cuerpo, según esté tu alma así estará tu espalda. Serás un jorobado o un cisne, todo depende de tu convicción de serlo. Las mujeres altas solemos ser un poco jorobadas durante la juventud y algunas nunca terminan de estirarse por muchos años que cumplan. 

Mujeres con o sin piernas, también depende de como está esa cabecica. Mujeres con o sin pelo, también depende, que no digamos que cuando pasa tu alma una racha mala, no empiezas con el corta y pega, con los tientes para disimular lo fea que te ves.

¿Y la ropa? Los colores, los accesorios, el maquillaje… todo es fiel reflejo de tu alma. Si está enferma, eres un ser oscuro, triste y deprimido, jamás tendrás valor de ponerte una flor en el pelo. 

Nunca sacarás las piernas. Los colores te harán más gorda, una creencia totalmente infundada, todo el mundo sabe que lo que hay que evitar es la raya horizontal. 

Imaginemos una persona con la piel oscura y los ojos negros. Ahora mismo me viene la imagen de mi hijo o mi sobrina, los indios de la familia. Preciosos, con esa sonrisa y esa boca gigante llena de dientes que muestran porque su alma está como tiene que estar. La piel chocolate al menor movimiento bajo el sol.

¿Cuál sería la otra visión? esa piel azul oscura, esos ojos apagados que parecen dibujados y esa mirada incapaz de fijarse en la tuya… 

Un alma oscura, quizás de forma permanente,  o por motivación externa. Si te acercas a ellas te oscurecerás, absorberá tu luz.

Ahora el otro extremo físico, el querubín, rubio, piel blanca, ojos claros… si su alma está con nosotros será todo dulzor su imagen, pero no queráis imaginarlo con los ojos desquiciados, la mirada fija y el semblante inmóvil y serio. 

¿Da miedito? A mí sí.

Lo lamento por ellas, las almas oscuras, algunas vuelven a ser de nuevo seres de luz, si se alejan de los oscuros o remontan la mala racha, pero muchos nacen y mueren oscuros. Aléjate de ellos porque no se alegrarán nunca de ningún bien que no sea para él, intentarán siempre superarte y para ello te harán creer mediocre, débil, que sin ellos no serías nada.

Las almas ruines solo se dejan conquistar por regalos(Sócrates).

Los amigos de verdad solo necesitan un bizcocho mal subido o un litro del moro para compartir contigo.

Si hay recompensa económica, no es amiga, es  doncella.

viernes, 3 de abril de 2020

LAS OCHO

¿Ya son las ocho?

Como pasa el tiempo, que de pronto son años.

Hoy me encontré un teclado, a lo mejor escribo a partir de ahora, me falla el teclado del portátil viejo salen dos caracteres cuando pulso una tecla y tengo que borrar uno, de vez en cuando funciona, de ahí el mérito de los dos o tres textos que anteceden a este. Se apaga en cuanto lo mueves y se pierde todo, pero como ya lo he escrito, me da igual. No veo las letras en un trozo de pantalla que tiene un agujero negro, así me gusta a mí escribir a ciegas, contra todo y contra todos. 

Bueno, pues como siempre, me van a matar, pero estoy disfrutando más que mi Vacarisa en un charco. Nunca hubiera imaginado algo más efectivo que lo que está ocurriendo para que las personas despierten. Por fin no voy a ser la radical. Pienso sinceramente que exigiremos a partir de ahora más respeto a la naturaleza, a la sanidad pública y al futuro planeta de nuestros hijos.

Sueño de verdad con un mundo evolucionado, si hace falta cada año una pandemia, por mi vale.

Justicia verdadera, que los humanos solo somos humanos. Multas gordas por no reciclar que se inviertan directamente en servicios para ayudar a nuestro entorno. Análisis en las aguas de nuestros ríos, con encarcelamientos de políticos y responsables de daños medioambientales, con cierres de empresas que dañan, con control para la utilización de automóviles, con trasporte público gratuito, aunque no tengamos un duro, como si fuera una necesitad básica, la de cuidar nuestro planeta.

El libre albedrío se terminó, por fin. Después de esto, ¿seguiremos buscando solo nuestro bienestar?

Vacunas para nosotros, medicamentos para nosotros, todo para que sigamos como la langosta acabando con nuestro entorno.

Nos ha cambiado la vida. Cuando nace un hijo lo decimos con convencimiento. A partir de ese momento se nos terminaron las tonterías. Ya no nos afectan nimiedades que antes parecían trascendentales. Ya solo temes una cosa, que le pase algo, que te pase a ti y lo tengas que dejar solo. 

Exactamente lo que todos piensan ahora mismo, es como si hubiéramos parido ayer todo el mundo mundial. 

El que a partir de ahora no aproveche el tiempo, no mire al futuro como algo lejano e inalcanzable, el que a partir de ahora no viva como llevo yo viviendo desde los once años, es porque de verdad, ha nacido para ser planta, con todos mis respetos a las hermanas vegetales. 

Ahora las riego con un pulverizador y he buscado el lugar más adecuado para ellas, no para mi que no me estorben. Ahora les pongo un poquito de agua, no como antes que las bañaba por si no me acordaba de regar los próximos quince días. 

He puesto una colgando cerca de mi, es la forma de acordarme de regarla y sinceramente, ellas, también perciben la energía. Anoche estuve fumándome un cigarro con la vecina de casquera y la planta le pegaba cogotazos en la cabeza. No es broma, me hizo mucha gracia, pensé:

- Mira que es cansina - la planta, la vecina es muy bonica.

Voy a respetarlas y a cuidarlas como si fueran mías, ya sabéis muchos cual es el sentido de la propiedad que yo utilizo. Espero no parir muchas que no tengo tanto tiempo, entre gatos y plantas, hijos, nietos y perros, más mi barco que voy continuar construyendo como ya sabéis algunos que hago, que no se puede contar porque quizás hoy en día tenga denuncia, pero que espero que algún día alguien con poder decida que es la forma de terminar con las ruedas que sus abuelos dejaron en el mundo.  

En fin, que no me leáis los que lo hacéis, tampoco digo nada interesante, es más para mí el placer de escribir lo que me sale del potorro y escuchar como suenan las teclas de este teclado, llenitico de polvo que me encontré en las bolsas de la mudanza de mi hijo. 

Por cierto, que también lo han despedido, me alegro por él. 

lunes, 30 de marzo de 2020

LAZOS DE SANGRE

Quince años estuvo mi padre con una señora después de divorciarse merecidamente de mi madre. Cuando llegó el momento de la enfermedad y la muerte, esta señora empezó a llamar a la sangre. No era el padre de sus hijos, no era su marido, el amor que le tenía se convirtió en desespero, ya no era el hombre entregado a la huerta y que siempre estuvo por ella y por nadie más. El año anterior viajaron juntos y se decían palabras malsonantes como: cariño, mi vida...

El olor a la muerte y a tener que cuidar al otro le hizo dar una llamada a la sangre.

Recuerdo cuando mi padre me preguntó estando en el hospital, que porqué tardaba tanto su compañera en el baño. Lo siento, soy muy salvaje y me arrancó una carcajada.

Sin embargo, nosotros lo disfrutamos. Nos despedimos de él como Barrancos, hicimos todo lo que no se debía hacer. Hasta el final le estuve pegando lenguetazos viperinos de los míos, como no, como para que se fuera al otro mundo sin saber lo que pensaba de él.

Pasamos de  la comida triturada a las cortezas de Casa Paco y actuamos con el automático puesto.

El amor es muy bonito pero si no se sella con sangre cuando llegan los momentos duros se convierte en agua de borrajas.

Por esta misma regla de tres supongo que algún día me tocará cuidar del padre de mis hijos, o que mis hijos cuiden a su padre con mi ayuda. ¡Es tan asquerosamente lógico!

No me importa, yo soy feliz siempre. Es parte de la vida que cuidemos de nuestra sangre, que le vamos a hacer, si no, seríamos malas personas. Supongo que los hijos de esta mujer cuidarán de su madre y así sucesivamente.

Cuando tenemos hijos nuestro instinto de protección se centra en ellos y después, sin más remedio cuando ellos son mayores nos centramos en nuestros mayores, en los más débiles de nuestra sangre.

Es que si no, el día sería muy largo. El curro, las compras, los cuidados, las cañas con amigas, los viajes al río, el campo... Que sería de nosotros si no tuviéramos todas esas cosas que hacer? estaríamos como en estos días que están pasando. Raros.

Nos peleáremos por ir a comprar a partir de ahora. Pensaremos en el cuidado de la sangre como algo bueno, auténtico, un tiempo bien invertido. Si además sumamos un poco de tonteo, follisqueo que no falte y buenos ratos con amigos, rutas por la ciudad o por el campo, compras de pequeños caprichos, ya no como antes, que vivíamos para consumir. El caso es que todo será valorado en su justa medida.

Pienso sinceramente que un bicho microscópico nos ha cambiado la perspectiva, o al menos ahora pensamos más.

A veces la sangre no lo es todo, tengo en mi cabeza algunas personas a las que cuidaría hasta el final sin sangre de por medio, pero eso soy yo que soy que disfruto de la vida hasta el final, me lo paso bien.

En su mayoría, las personas que deambulan por el mundo, solo cuidarán de su sangre el día de mañana.