sábado, 1 de junio de 2024

QUE YO ME RINDA!


A veces pienso que sigue ocurriendo como cuando mi Lolo difundió por el barrio, que a mí no se me podía pegar porque era invencible y todos los chiquillos, niños o niñas, venían a medirse conmigo.

Sigo sin comprender por qué vienen, si ya me conocen. 

A la edad que tengo mi fama es mundial.

Ni podía dejar de defenderme entonces, ni puedo ahora, ni voy a poder el día de mañana. 

Me imagino en el Asilo arrancándome el pañal a puñaos.

Soy una desquiciada por lo que dicen, pero para mí realidad lógica y trascendental, los que no se defienden, es porque han sido sometidos y se lo creen, como el elefante y la cadenita.

A mí ni el Barranco, que tenía dotes de domador, consiguió ponerme ni una guita imaginaria. 

Ahí están las fotos de mi primera comunión que lo demuestran. Para cortar la tarta, mis hermanos tuvieron que sujetar mis dos manos, con sus cuatro y el Barranco, hecho un chaval, también ayudando a que la niña, enfadada, cortara la puñetera tarta, después de perseguirla por todo el restaurante, y que la trajeran presa los mellizos. 

CUCHILLO EN MANO! , con el cabreo que tenía, lo único que pude hacer, es poner mi peor cara, esperar y continuar mi protesta hasta el final.

Ni recuerdo quién ganó. 

Soy muy salvaje, en todos los sentidos, por eso me llevo bien con los animales, y las cerdas son mi gran debilidad, porque son fuertes, se puede comer todo su cuerpo, pero como tú quieras que a huevos haga algo, te destroza to el sembrao. 

Y si, sigo en tiempos de Marcelino, y de Josefina, que no se nos olvide, ni me doman, ni me solventen y ni mucho menos, me van a domesticar, con lo cerda que soy, en todos los sentidos. 

Y no, no, te equivoques, los cerdos son animales muy escrupulosos, carecen de glándulas sudoríparas y no emiten olor corporal por si mismos ni tienen pelos, solo en el lomo, el resto es una piel suave como la de un bebé. 

Siempre se darán baños en arcilla limpia si tienen oportunidad, nunca jamás mezclada con sus excrementos, suelen cagar a escondidas en lo más apartado de la finca y siempre en el mismo sitio, nunca donde comen, ni donde duermen, ni donde suele haber gente que pueda pisar su mierda. 

Basado en conocimientos empíricos, juro. 



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