jueves, 13 de febrero de 2014

NO ME RINDO

Yo no me rindo. Aunque me cierren una y otra y otra puerta, yo no me rindo. Aunque tenga que abrir el hueco poner el marco y abrir otra puerta más, esa es mi forma de vida, es lo que voy a hacer hasta el día que me muera. Yo ni ese día me rindo.

En el mundo tan salvaje en el que nos toca vivir hoy, de brutal competitividad, donde no hay hermanos ni parientes solo la lucha por salir adelante de mucha gente, yo no me rindo. ¡Qué no me rindo!

Aquí no se rinde ni Dios mientras yo esté viva y el día que me muera, tampoco me rindo. Vale, somos mediocres, nada inteligentes, somos simplemente disléxicas, con poca capacidad de retentiva en nombres, fechas, lugares… culturilla general que se dice.

Me doy cuenta de lo mucho que han tenido que sufrir mis hijas a diario, con los otros competidores, que sabedores de que sus notas eran las peores, preguntaban con voz fina y educada, poniendo todas las consonantes como si no fueran andaluces:

-        ¿Y tú que has sacado?

Me las imagino dando su nota con la voy y la mirada baja, humilladas. Me dan ganas de hacer mis propias preguntas: ¿Es que nadie se plantea otras varas de medir?  ¿y tú que sabes hacer a parte de sacar buenas notas? ¿Qué habilidad tienes? ¿a qué dedicas tu tiempo libre? ¿Porqué coño eres tan repelente?

Ayer le dije a mi niña:

-        Ellos no podrán mantener el nivel de diez toda la vida, se cansarán, nosotras tenemos la magia, nuestro don, la resistencia. ¿Sabes? lo verás, algún día los verás quedarse atrás. Lo mejor de todo, es que ellos también te verán a ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario