No es que no escriba por falta de tiempo, que también, es
que tengo un pellizco que me tiene silenciada. Estoy acojonada aunque todo sale
según lo previsto con miles de millones de dificultades, pero todo va bien. Si
miro atrás estos meses y veo las cosas que hice, digo: ¡Hostia copón!
Para mi nunca es suficiente. Anoche estaba tapizando a las
once de la noche, y esta mañana después de la entrevista con la orientadora de
mi niña, he pasado por el banco, luego el INSS, después el Ayuntamiento, luego
el SAE, después la asistente social de mi barrio y por último me he
entrevistado con alguien que debe decidir que hacer conmigo, con lo cansina que
yo soy, seguro que ya está teniendo pesadillas.
Ya no os cuento mis planes de futuro, pero todos van
adelante, algunos más lentos. Comparto proyectos con mis hijos y confío que
ellos si los vean florecer. Yo me conformo con que algún día, cuando alguien
hable de mí, diga: “Luchó hasta el final”, sin que además tenga que estar necesariamente
muerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario