Yo sé por qué lo hago, no es solo por ayudar, es un reto
personal.
Me gusta tener el poder, ser la única que puede hacerlo o la única que está dispuesta a enfangarse. Termino una cosa y empiezo con otra, de verdad que van encadenadas mis meteduras de pata, como si caminara en un campo de olivos lleno de agua, voy con mis zapatillas llenas de barro, como en zancos, yo sigo levantando el pie que tengo detrás y avanzando, aunque delante me encuentre un charco y la vuelva a meter hasta el fondo.
A veces pienso que cuando las cosas van muy bien para los
que me rodean, me retiro y busco a otra cosa, animal o persona que me haga enfrentarme de nuevo a muchas
fatigas ¡mala ruina me caiga!
Quizás mantener esta casa para mis hijos ha sido un error
teniendo lo que tengo aquí en el barrio. Pienso que quizás mi casa les ponga
las cosas más fáciles, pero también puede que sea un peso que les anime a
quedarse por comodidad. Todos estos años soportando según qué cosas, ha sido
por mi culpa, por mantener la casa intacta para ellos.
Tampoco me la compraban fácilmente no te creas, esto es como una maraña de
hilo que se enreda sobre sí mismo y que hay que deshacer para ver que se puede
hacer con ella. A mí me encantaría encontrarme todas las lanas nuevas, que
fueran del color que me encanta y hacer cosas bonitas directamente sin pasar
por lo demás, pero la vida me ofrece dificultades para que me divierta, que es
lo que me gusta, las cosas casi imposibles.
En serio que son todo retos para mí, que no lo hago por nadie
más que por mí misma, por mí y por todos mis compañeros, pero por mí primero.
Soy consciente de que a veces es mejor que las cosas se
pierdan, se rompan, se vengan a bajo solas y salir pitando a hacer tu vida. Pero
es que si solo hago mi vida, me aburro como una ostra.
Lamento mucho si en la línea temporal de las vidas de los
seres que me rodean, hubiera sido mejor la opción B donde yo no aparezco, pero
es esta la que les ha tocado vivir. También pueden ser valientes y decir, pues
paso de lo que me ofreces, me largo, me voy a vivir en la opción A, la dura
vida real.
Hoy me acuerdo mucho de mis seres queridos con problemas,
unos con más tristeza que otros, unos con esperanza de ayudarles a cambiar las
cosas, otros, esperando que tengan un golpe de suerte, que es lo único que
puede salvarles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario