lunes, 25 de agosto de 2025

¡POR LOS CLAVOS DE CRISTO!

Este texto es para todos los que creen en la posibilidad de la existencia de dios con minúscula, como yo, y piensan que le ha mandado algo malo porque ha hecho algo mal y lo está pagando. 

Así mismo tienen la falsa creencia de que los que hacen cosas malas recibirán el castigo divino, cuando no es así, pueden morir y reencarnarse un millón de veces, haciendo mal las cosas y con una vida de revista: piscina en verano, casita en el campo, dinero para grandes viajes, con hoteles de cinco estrellas o más.  

Nunca sabrán lo que es caminar descalzo, dormir con la tierra pegadita a su cuerpo y con un cielo llenito de estrellas como techo. 

Esto funciona así, según mi teoría, que para nada es verdad. 

Nacemos con una localización geológica y social que condiciona totalmente tu vida.

Contra el lugar de origen,  desarraigo, que puede parecer una palabra negativa, para mí es divina. No tener un sitio de donde ser, no tener una casa, no tener apego a lo material, es lo mejor que puedes aprender en la vida para luchar contra esta condición de nacimiento. 

El desarraigo trae nostalgia y embellece  tu lugar de origen. 

Tengo una amiga desarraigada como yo,  que lucha por ella, su hijo, su hermana, sus sobrinos y los respectivos maridos, es una gran Warriors de Dios. Me ha enseñado más en un año, que otras personas en media vida. Aprendí de su religión, que es la misma que la mía(inventada), solo con símbolos distintos. 

Contra el estatus social puedes hacer dos cosas, subir o bajar. 

Pretender subir partiendo de un padre cartonero, albañil, trabajador del campo... es bastante frustrante, necesitarás al menos dos o tres reencarnaciones para conseguirlo, porque, no te confundas, si naces con dinero, ya naces en otro estatus social. 

Las razas humanas para nada marcan la diferencia, ya sabemos que dentro de un par de generaciones, todos seremos mestizos, la diferencia es el dinero. 

¿A mí que me gusta? Bajar. 

Pretendo morir sin propiedades, la casa que hice que es como todos sabéis mi cárcel de oro, pretendo darla con una cosa maravillosa que he descubierto, que se llama herencia en vida, para natos y no natos (otro día os lo explico).

La humanidad está unida por el dolor, por el amor, los sentimientos no entienden de idiomas. Qué más da el profeta, el hij@ de dios, somos todos. Los clavos de cristo los llevamos todos. 

¿Qué pasa con el demonio? 

Ese, es el que vive bien, pero nadie lo quiere. Carece de sentimientos aunque aparente lo contrario, solo lo material es valioso para él, pero cuando empieza a morir, y se acerca a la posibilidad de que su Dios con mayúsculas le pase factura, comienza a cambiar para que nadie recuerde lo que ha sido durante toda su vida. Está viejo y vulnerable aparentemente, pero no va a cambiar su alma imperecedera, que sigue siendo demoníaca. Que se muera y se reencarne de nuevo, que Dios la perdone... 

Solo unos pocos elegidos somos capaces de recordar y señalar. 

Tenemos la sangre fría para escupir sobre su cadáver.

Me quedo con los míos, llenos de achaques por la mala vida que les ha dado dios(sus decisiones personales, la suerte, el amor, la compasión, la empatía...) en su lucha diaria por arrancarse a todos los demonios que buscan su luz. 

YO, NO PERDONO NI OLVIDO

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