MI ÉXITO

Los golpes de miedo se mezclan con la euforia en estos días. Todo va según lo previsto, pero mucho más lento. Esto va muy lento, a pesar de que he doblado el ritmo, el resto del mundo que interviene en mis proyectos gira muy lento. 

¿He dicho lento?

Miro atrás y pienso: 

- ¡Cuántos cambios en mi vida en estos últimos años, cuántas transformaciones en mi entorno, cuánto trabajo y cuántas recompensas!.

Yo podía haber elegido el camino fácil y ahora sería la señora de un respetable funcionario con sueldo fijo y estabilidad, alfombra roja en bancos y grandes almacenes.

Yo podía haber elegido el camino cómodo y seguir trabajando delante de una pantalla el resto de mi vida.

Yo podría haber valorado mis cargas, haber sido responsable y no una loca, pero entonces no sería yo. 

Los que me rodean han de asumir mis defectos y mis virtudes, mis ventajas y mis miles de millones de inconvenientes, mis improvisaciones, mis intuiciones, mis chapuzas y también mis golpes de suerte. 

Mi infatigable trabajo a veces para nada, mis aceleraciones, mis olvidos a posta, mis torpezas físicas y mentales…

Creo que serán muchos los años de trabajo duro que me esperan hasta conseguir el éxito. Hasta entonces sé que murmurarán las lenguas que dicen que fracasé. Serán muchas las voces que se alcen para decirme que me equivoqué, que ¿qué hago paseando proyectos? Que fui una irresponsable, que me lo merezco, que no valoraba la suerte que tenía, que… que… que… ¡tantos qués!

 ¿Para qué?

Si voy a seguir haciendo toda la vida lo que me de la gana, si no voy a llorar delante de nadie, si yo ya he alcanzado el éxito: trabajo mi tierra y construyo para mis hijos. 

Esperando que algún día vuelen alto y lejos, pero que si no lo hacen, tengan donde caerse muertos.

LVM