Ya no quiero ser un cero a la izquierda. Soy un ser
importante en la vida de mis hijos, de mis sobrinas, de mis amigos y vecinos. Ya
soy importante en las asociaciones donde participo, donde milito. Nombre ya
tengo, fama no quiero, solo quiero que me quieran, porque me lo deben.
Mi sobrina me dijo el otro día, que un amigo le dijo que después
de conocerme entendía a quien había salido. Claro, eso es porque no ha visto a
mi hermano, que si no ni te cuento. No nos parecemos en nada, ella es frágil,
delgada, dulce y sensible. Yo una vaca-burra. Me hace ilusión que se crea eso
de que de tal tita, tal astillita.
A pesar de todos los pesares que la vida me ofreció, yo los
transformo y me los como con papas. Quiero ser un ejemplo para todos los locos
del mundo, quiero que salgan las cosas mejor o peor, pero que salgan, que se
materialicen, que se vuelva una y otra vez la tortilla de los inconvenientes.
Seguro que al final soy un ejemplo, pero el día que me
muera, suele pasar para que la muerta no se lleve el gustazo.
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