Mi no presencia es paz y es soledad. Sigo influyendo con mi pensamiento que queda latente en los sesos de los que me conocieron, es por eso que no es necesaria mi presencia para que solos resuelvan los acertijos de la vida, siempre preguntándome a mí, claro, como un fantasma.
¿Qué más da estar viva o muerta? Todos están mejor sin mi presencia, hasta mis hijos, gracias al cielo, que llevo mucho tiempo soñando con el día en que pueda abandonarlos definitivamente.
Está bien que me cojan y me suelten, yo hago lo mismo con todos a la vez, para que no se cansen de mi. Normal.
Estoy contenta, cada día más a gusto con mi no presencia.
¡A VER SI NOS VEMOS!
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