jueves, 6 de agosto de 2020

DESGASTADA

Si me pongo a penar desde cuando participo en asociaciones, me remonto a mi infancia, desgastada. 

Si hablamos de hijos, cuatro, desgastada. 

Si nombramos mi trabajo, casi treinta años, desgastada. 

Si hablamos de obra, muchos años, ni los cuento ya, desgastada. 

Si hablamos de amores, varios, más de los necesarios, desgastada.

Bailando: danza del vientre, flamenco, salsa, bailes de salón, desgastada.  

De viajar más no tengo ganas, desgastada. 

Solo me queda cantar.

Un canto rodao está completamente desgastado y aún así sirve para romper cristales, que nadie se confunda.

No quiero bailar, ya sé, no quiero tener más hijos ni animales, ya lo hice, trabajar poco, cuanto menos mejor, para eso lo hice en jornada de comercio y con cuatro hijos. 

Ya no quiero ni limpiar, estoy desgastada, ni coser, ni organizar, ni hacer casi nada de lo que he hecho durante horas y horas de mi vida.

Estoy desgastada. 

Bizcochos y croquetas, desgastada. 

Ahora, me gusta dormir, me gusta leer, aunque lo diga con la boca chica, porque me da un poco de pudor haber afirmado tantos años que no leo, cuando es mentira cochina. 

Me gusta dedicarme a mi persona, supongo que hasta que me desgaste de esto también.

Solo me queda cantar.

Procuraré no hacerlo públicamente, no se merece mi gente años de maltrato a sus pobres tímpanos. 

Para pulir un diamante tan bruto como yo, para domar esta personalidad mía, que trata en todo momento de desfigurar la canción original, tiempo hace falta. 

No quiero ni puedo cambiar. Aprender si, pero no ser.

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario