jueves, 20 de agosto de 2020

FELIZ

 Todos estamos locos. Todos tenemos una peculiaridad en nuestro carácter que se puede considerar por otra persona como una locura. A todos podrían darnos tratamiento, unos para levantar el ánimo, otros para todo lo contrario. Lo que ocurre es que si eres un loco que pasa desapercibido, si mientes y engañas si es necesario, la gente te aceptará.

¿Vosotras no habéis visto películas futuristas donde la sociedad es obligada a cumplir una serie de normas por el bien común y los individuos que no están conformes engañan y mienten antes de declarar abiertamente cuál es su infracción? 

Pues igual. Ahora me escondo incluso para decir que escribo, porque todos me miran raro. No es mentira que he escrito muchas cosas, buenas o malas, poesía, guarrerías y algunos libros. Es cierto, pero me miran raro si lo cuento.

Ahora, cuando me preguntan siempre digo que soy oficinista. Que otra cosa se podría ser que no levante sospechas. Para nada hablo de ecologismo, ni de mi locura de utilizar basura para construir. 

Ahora me comporto lo más cuerda posible, no por mi gusto, solo porque me dejen en paz. No cuento ni que tengo hijos, menos que son todos unos artistas, ¿para qué? Todos dirían que es una locura tener cuatro hijos hoy en día, más si les cuento como los estoy criando. 

Cada día más cuerda, cada día más dormida, cada día más feliz.Cuando canto asumo la pérdida, cuando hablo asumo que hablarán de mí, asumo que soy peculiar y que no es fácil esquivar la soledad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario