viernes, 15 de diciembre de 2023

DULCE NAVIDAD

He llegado al bus con la moto cargada con mi árbol de Navidad, te podrás imaginar. 

Te puedo hacer una lista de cosas que ha cargado esa moto en sus más de 23000km: Pizzas, sacos y sacos de yeso, cemento, ladrillos y petaca, y hasta una vez una piscina de esas grande de goma. 

Hoy un árbol de Navidad, con los adornos. 

Me han mirado los coches, me ha mirado el conductor del bus, y seguirán mirándome hasta que lleve a casa.

La Navidad este año es en Jaén, vienen mis hijos. 

Tengo que hacer un nido grande y confortable, lleno de comida rica, para que vuelvan los polluelos, que son aves migratorias como todos los de Jaén.

Puede ser una condena para los viejos que nos quedamos esperando que vuelvan, pero es cierto que no hay nadie en Jaén que no tenga fuera a sus hijos, es lo que había en la época de mis padres, por eso nació yo en Barcelona, y es lo que sigue siendo, la provincia olvidada. 

Tengo cuatro hijos y una nieta, vergüenza me daría hablar de uno de ellos como el que no hace na, el que no tiene na, el que no tiene un duro.

Si fueran hijas de una misma madre, la más débil deberia ser la más visitada, la más mimama, al menos acompañada como se acompaña a un guarín a la muerte.

Dicho esto, y habiendo nacido y vivido en  ciudades turísticas,   habiendo ido a sus teatros en sus metros, a sus centros y sus monumentos:

- Prefiero vivir en las afueras de Jaén, que en centro de una ciudad dormitorio, que es donde vivimos los lugareños, en las ciudades turísticas. 

Vuelvo con mi Navidad, prohibida desde mi infancia, al lugar con más amor, más amigos y más penurias económicas del mundo.

Tengo amigos embargados por intentar montar una empresas, otros agonizando, viajando diariamente a otras provincias, para currar, pero cuando llego a casa, salen como las lagartijas al sol. 

Cómo no tenemos nada y nos aburrimos desde chicos estamos con los tocamientos impuros, eso que no nos falta, que es gratis. 



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