jueves, 5 de diciembre de 2024

NO SOY BUENA

 Si le preguntas a mi amiga Miri, si, soy buena:

- Muy buena - te dirá.

Solo porque que la defendí  de un ataque xenófobo, de un lugareño, que por tropezar, ojo, tropezar en el Paseo de los Tristes, la miró con la mandíbula desencajada y le dijo:

- ¡Vete a coger caña de azúcar a tu país!

La pobre Miri, pidió disculpas, porque es más educada, y apareció la mujer del susodicho a intentar humillar más todavía por su osadía. 

No hice nada, solo poner mirada Barranca y amenaza de cabezazo, como mi padre me enseño. 

Os contaré para que entendáis el cabezazo barranquil como funciona y como nos enseñaron de chicos a ejecutarlo.

Mi barrio, el Polígono del Valle, gente de honor. Un día en las fiestas, un chaval del barrio, con la realidad distorsionada por el alcohol y los porros, le faltó el respeto al Barranco, mi padre. 

Alguien, le susurró al oído de mi hermano Lolo, como los susurradores de la doma india:

- Fulanico le ha faltado el respeto a tu padre - léase con voz susurrante. 

- ¿Quién?

- Fulanico - susurró.

- ¿Dónde está?

- Allí - señaló con su dedo de susurrador, el amigo de mi Lolo, el autor intelectual. 

LA DOMA INDIA

Mi hermano, que acababa de aparcar su Rieju, y llevaba un casco quitamultas, de esos que al principio nos hacían poner, y que la gente de bien llevábamos desabrochado, por supuesto, para quíetárnoslos en los semáforos, y arreglarnos un poco el pelo, pues sin mediar palabra ni respuesta al susurrador, caminó con paso firme hacia el muchacho, y le metió con el casco tan fuerte que perdió el conocimiento.

Después cuando los padres hablaron, se llevó un pescozón añadido, por faltar el respeto al Barranco. 

Mi padre, que con los años era menos salvaje y más estratega, nos dio un gran sermón, sobre el tema de las peleas y el honor, nuevamente. 

- Nunca se pega con un objeto, nunca, porque tienes que hacerte tanto daño como hagas, porque con un objeto, puedes matar, pero con la mano, pararás, si no quieres hacerte daño. Con la mano abierta no hay lesiones, pero si no quieres dar con la mano, para que nadie sepa quien dio primero, lo mejor, con la cabeza. 

Mano de santo, nunca he llegado a dar un cabezazo, pero solo pensarlo, me pone nerviosa, me relaja los músculos de la cara y parece ser que dan miedo mis ojos. en mi mente, aquella lección Barranquil, y la cara que ponía mi padre cuando lo explicaba.

Sabemos que somos genética e imitación, por ambas herencias se me pone aquella cara, la que mi padre puso ese día en su sermón, lanzando varios cabezazos al aire, como el que enseña una llave de yudo. 

Silencio, mirada y pensamiento cabezazo. 

Me sirve para todo: en reuniones de vecinos, con asociaciones, de trabajo, en el banco cuando voy a pedir dinero...

Pues eso hice en el paseo de los tristes, automáticamente, ambos, la pareja feliz, retiraron sus amenazas sobre mi amiga, que lejos de sentirse triste, se reía a mis espaldas diciéndole a la la señora: 

- Gorda, que estas muy gorda. - pegando pequeños saltitos, y riéndose como si se hubiera encontrado una pistola imaginaria en el bolso de pronto. 

¡Ay la Miri, que bien se lo pasa, recordándolo!  Una vez, estaba llorando en una plaza por un novio que era un poco gilipollas, y de pronto, sacó ese recuerdo para hincharnos de reír con lágrimas en los ojos. 

Yo también me reía, se entusiasma, y como es mucho más chica que yo, mi pequeña pocahontas, pues me siento grande y buena, como decía Gloria Fuertes.  

Pero para la persona que ayer me pidió favor y recibió este wasap: 

- Ni eres mi amigo, ni eres de mi confianza. 

No creo que sea tan buena, así que se es buena, para unos y mala para otros, porque como decía Ramón y Cajal:

«¿No tienes enemigos? Es que jamás dijiste la verdad o jamás amaste la justicia».


1 comentario:

  1. Me hiciste llorar, pero a la vez me sacaste una sonrisa. Nunca olvidaremos ese episodio .Gracias por escribir de nosotras y por todo...te quiero

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