lunes, 8 de septiembre de 2025

Perrito

Y me despierta Alberto con sus pesadillas. 

¡Qué lastima!

Solo tiene dos años y ya ha sufrido tanto en esta vida, que hasta que consignamos que confíe en la raza humana, nos quedan mucha lucha. 

¡Que ganas de tener mi propio cuarto!

Aquí estamos, con la excusa del frío o el calor, reunidos todos alrededor de Perrito, que es como yo llamo a Alberto.

Me gané su confianza en media hora. Le grité con cariño, acompañando mis alaridos de comida rica y golpes en el lomo.

Desconcertado me miraba preguntándose que tipo de ser humano era yo, y porque los golpes no dolían y los gritos no asustaban. 

En media hora confirmó que la intensidad de esta tribu sin fronteras, se concentraba en su máxima aleación en su matriarca. 

Me gusta asustarle por detrás cuando está comiendo o bebiendo agua, normalmente no lo hace si hay extraños en casa, pero conmigo ha cogido confianza y no tiene ningún temor. 

Así es como he enamorado a todos mis animales, tortuguita, la liebre Berta, llito, el pollito, pato y por supuesto, con más de cien kilos, mi cerda Vaca-risa.

A veces cuando me pongo muy intensa mi Momo no me soporta pero antes de manifestarlo ya sea llevado seis o  siete bocados en la cabeza.

Y aquí estamos los animales, esperando que amanezca para que el resto de los mortales vuelva a la vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario