Y las embestidas de sus aguas,
se tornaron riachuelo,
después de su primer encuentro.
Solo así pudo calmarlo y conocerlo.
Pero él, incauto,
ya probó su veneno.
Como un remanso lento y tranquilo,
viene hacia mi y me invade.
Advierto, estoy herida,
no puedes fiarte de nadie.
Menos de mi.
Que la que avisa no es traidora.
La que avisa es avisadora...
ResponderEliminarBuen texto, Lengua.
Un besico! ;)
avisadora sincera esta lengua lo cuenta to, nunca la llamarán engañadora, y si lo hacen, será injustamente.
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