Existen individuos de la especie nuestra que son tan posesivos que nadie los quiere.
No tienen amigos, como mucho tus amigos son sus amigos. Cuando consiguen uno van a muerte por él, para agradarle y sobornarle, para que no tenga ojos para otro y, si resulta que no le funciona, lloriquean y hacen aquello que todos conocemos: chantaje emocional.
Nunca van a conseguir tener más de dos amigos juntos porque no pueden atenderlos como es debido, no van a querer que ese amigo tenga más amigos, porque cabe la posibilidad de que se quede sin él. Está tan solo tan solo, que teme perder a su presa, perdón, a su mejor amigo y se desvive en agasajos para que no dude de la ventaja que supone tener a alguien como él en su vida.
Además quiere ser correspondido en igual medida, por lo que cuando recibe un NO, la respuesta es brutal, digna de una escena de posesión diabólica.
Rápidamente se le pasan los enfados, no le queda otro remedio, no tiene a nadie más que lo aguante.
Esto le hace caer en la costumbre de enfadarse continuamente, por lo que tienes a tu lado a un amigo que si le dices "que NO" se enfada muchísimo aunque a la media hora vuelva a ser la persona más feliz del mundo, la más cariñosa, la más y mejor amiga del hombre.
Si le dices NO una hora después volverá a caer en trance.
¿Cuando esto se extrapola a una pareja qué ocurre?
Que no le dices que NO a nada, sería una brutal experiencia. Si desde que conoces a una persona así, en su primera cita o en la segunda, ocurren estas cosas y encima te enamoras y no lo puedes dejar, tu vida es un infierno salvo que le digas "que SI" a todo.
Finalmente fomentas su intolerancia al NO, su convencimiento de que todo el mundo debería hacer lo que tú y su reafirmación de que es una joyita y de que has tenido mucha suerte en conocerlo, que si no fuera por él, estarías sola y loca.
No pongo risas porque Paco me regaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario