miércoles, 10 de octubre de 2018

NO PODRÁN CONMIGO, VENCERÉ!!

Esto decía un monstruo que le regalé a mi hijo cuando era pequeño. Tengo sus palabras grabadas a fuego, el toniquete metido en mi seso, os podéis imaginar las veces que el niño le dio al botoncito que hacía que emitieran las ondas que llegaban a mis oídos y posteriormente eran interpretadas por mi cerebro.

-          …NO PODRÁN CONMIGO, VENCERÉ!! NO PODRÁN CONMIGO, VENCERÉ!...

Por entonces nunca imaginé que esta maldita frase me ayudaría tanto en la vida. Cada vez que se acercan dificultades mi cerebro busca ese recuerdo. Ojalá hubiera conservado aquel juguete, era feo, duro y muy peligroso. Seguramente no cumplía las normativas y posiblemente no era adecuado a la edad de mi hijo, pero él dormía a su lado cada noche, clavándoselo en las costillas.

Curioso que cuando lo hablo con él, también lo recuerda, así que fíjate si ha sido importante este objeto en nuestras vidas.

Miro hacia atrás y veo, el montón de cosas inútiles que hice en la vida para salir adelante, semillitas, bichas, colgantes, granja, libros… pienso que cada una de ellas me ayudó a no rendirme en cada momento.

- No podrán conmigo!! VENCERÉ!! - decía mi voz monstruosa en off.

Ahora, lo último en lo que me he metido, me lleva a no dormir, no comer bien, tener el estómago suelto, la mente despierta más de la cuenta… una desesperada es lo que soy. 

Cuando me dice la gente que estoy loca, que es muy divertido lo que hago, yo pienso:

-          Aprovéchate, porque esto, cuando yo duerma y esté tranquila, no ocurrirá.

Me divierte luchar, me encanta escribir cuando lo necesito, pero no me pidas que haga el tonto por encargo, no me digas que te escriba sobre algo que no me interesa, no puedo, no ensayo, no sé hacer el mismo monólogo dos veces, no hay solución, soy efímera y caprichosa.

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