viernes, 19 de octubre de 2018

PERRA MOJADA


¡Qué duro el trabajo de motera cunado hace frío y llueve!

Ayer fue un buen día, me encontré todos los semáforos verdes o casi verdes. No preguntes, si te lo cuento yo. Un semáforo casi verde es aquel que cuando estás llegando está rojo pero en segundos se pone verde, antes de que termines de parar. 

También puede ocurrir que esté rojo tirando a verde, rojo cereza como decía mi Marcos, o que sencillamente sea un semáforo sin sentido que ponen en algunos sitios de Jaén porque no les ha dado tiempo a pensar que éste concretamente es un absurdo, que cambiaron la circulación hace años y no pensaron en él. 

Los semáforos son como los guirirs, hay que ir despacio e intentar interpretarlos lo mejor posible y sacar la información necesaria para entenderse. En uno saludé a otra motera, le choqué la mano...

!Ya somos tres! ¡Es increíble!

Es duro, pero no más que el trabajo de cualquier personas que atienden en situaciones difíciles sin importar  horario ni lluvia, ni nada que ocurra que impida poder hacer su trabajo. 

Se me ocurren un montón de profesiones mucho más duras, solo es cuestión de analizar si te gusta o no te gusta.

¡ME GUSTA!

Me encanta que me reciban en pijama, lo mismo un piso de estudiantes que con una humareda de “María” que  dos niños pequeños con su pijama de invierno. Me abrieron la puerta y me ayudaron a llevarse sus pizzas. Me sentí como si Papá Noel.

- ¡JOU, JOU, JOU... mira que he traido para comer! 

Los pones locos si los motivas un poco. 

¿Y los perros? ¿Qué te piensas que ellos no saben? Me encanta desorientarles, con mi casco y mi chupa mojada, pantalones y todo mojado, solo podía oler a algo que a ellos le encanta, a perra mojada. Me encanta asustarles un poco y luego dejar que me huelan el culo. 

Bueno, todo esto no se puede contar, que luego piensa el jefe que me entretengo mucho, pero créeme que lo bueno si es breve dos veces bueno. Si se quedan descolocaos, perros, niños y clientes en general, yo me quedo satisfecha de que además de unas pizzas, le he llevado unas risas.

En un día duro para todos, cuando llueve y no quieres salir de casa, llega el PANDA pizzería con pizzas a precios populares que se pueden permitir de vez en cuando.

¡LOS JUEVES Y LOS DOMINGOS 4 PIZZAS X 5 EUROS CADA UNA! 

Recuerdo cuando no era pizzera, ese día de la semana que nos juntábamos a cenar todos pizzas de Manolitos, lo vivíamoa como un momento de encuentro alrededor de la mesa, con comida deliciosa para su paladar, no podía faltar uno.

No es lo mismo ser mayor, yo ahora prefiero cuchara, pero ellos, no se cansan, son deliciosas y son lo mejor que les puede ocurrir en un día de invierno.

Yo quiero seguir viendo a esos dos niños crecer, ya son mis amigos. No sabéis cuantas cosas se pueden decir mientras entregas el cambio y las pizzas. Me encantan que me ayuden, que me enseñen a usar el datáfono, fingir que es mi primer día todos los días, que la gente buena responda, la otra que no nos llame. 

¡ Mira que la gente es buena! Los de mi barrio incluidos que cuando ven a un repartidor lloviendo, le echan un cable si pueden. Ayer en una calle estrecha de mi barrio, por la que hago atajo que para eso lo conozco como la palma de mi mano, había un bici vieja de un niño que me impedía pasar. Un vecino que la ve, que me la retira, que le doy las gracias y contesta:

-          No las merece.

¡Hostia que gente más educada vive en mi barrio!  de verdad que montón de gente buena, en realidad solo sobraba uno y se fue, pero el barrio viejo… no sé como he llegado aquí, ya paro ... continuará.





No hay comentarios:

Publicar un comentario