Ayer hacía un frío en la obra, madre mía que desangelado
está todo. Puse ventanas pero no están selladas, solo superpuestas. ¡No me
queda nada! Levanté la tarima flotante y había gusanos de muerto, no me
preguntes porque, esto va a ser más difícil de lo que pensaba. El agua
caía a chorro por una tubería, al final lo arreglé y sigo con mi último
trabajo.
Yo sola me complico
la vida. El Facebook me lo recuerda cada vez que me trae imágenes del pasado.
¡Madre mía! Es que no hay desperdicio. Mi cerda, mi granja, la presentación de
un libro, mi hija a Barcelona, el otro para Córdoba, mis viajes, mis abandonos…
no sé si hubo vida antes de Facebook, lo que sí que no me la recuerdan.
El caso es que pasan los años y me doy cuenta que todo lo
que hice fue complicarme la vida. Cuando recuerdo que nadie daba un duro por
esta casa, que todo el que venía recomendaba las nuevas promociones de
viviendas del Bulevar, cinco veces caras, me doy cuenta de que sin complicarme
la vida no sé vivir.
Ahora si te fijas, quitando la zona del parque que es precioso, da miedo ese barrio. Es oscuro, frio... prefabricado.
En lugar de eso, compré un solar, "hice a mi marido" promotor, constructor y empresa para construir nuestra propia casa. Lo hizo todo muy bien, terminamos antes de lo que lo hubiera hecho una empresa seria y nos sobró un millón de pesetas. ¡La verdad, es que era un portento!
Ahora si te fijas, quitando la zona del parque que es precioso, da miedo ese barrio. Es oscuro, frio... prefabricado.
En lugar de eso, compré un solar, "hice a mi marido" promotor, constructor y empresa para construir nuestra propia casa. Lo hizo todo muy bien, terminamos antes de lo que lo hubiera hecho una empresa seria y nos sobró un millón de pesetas. ¡La verdad, es que era un portento!
Vivir en el centro, que te llamen los amigos para tomar un vino y solo
tengas que vestirte, que te dé un apretón el estómago y vallas a casa a cagar, caminar
para ir al trabajo cinco minutos, es "complicarse" la vida mucho.
Que todos tus hijos a pesar de tener cuatro, que también es
complicarse la vida, tengan la
posibilidad de hacer vidas independientes, aunque todos te buscan porque saben
que este año has aprendido a cocinar,
tiene su precio: la “complicaura” de vida.
El caso es que todos los que no se complicaron la vida,
firmaron sobre plano o compraron en pueblos porque era más barato, a quince
minutos en coche, ahora tienen la vida diaria algo más difícil que la mía.
Si bien es cierto que aunque la policía está para servir al
ciudadano, al final el muchacho que nos hacía la vida imposible a
los vecinos ha sido amenazado de muerte y se ha ido, ahora se vive aquí bien.
En dos años, esta casa será mía, cuajada de hijos eso sí,
con mi última vivienda a piso llano en mi cochera, allí es donde terminaré mi obra, tanto física como espiritualmente.
Lo primero que puse hace 18 años fue esa chimenea, antes que el tejado. Parece
que era para mí, para cuando llegara este momento, cuando cediera a mis hijos
la casa y este fuera mi lugar.
¡Quiero recibir a las visitas con una lumbre, como si fuera
una amiga profesional!
Nadie en su sano juicio haría lo que voy a hacer, pero es
que a mí me gusta complicarme la vida. Quiero una bañera delante de la
chimenea, es el recuerdo que tengo de
niña, lo quiero para mi Nina.
Quiero entrar por la puerta sin subir escaleras, quiero no
saber cómo está el resto de mierda, porque ya no es mi problema, quiero
abandonar a mis hijos con la barriga llena, y que todo el mundo pase por mi
puerta.
Nota mental pos-post: todo lo que pasa en esta vida es por algo, sea
bueno o malo es por algo, quizás hoy recibas una noticia que te haga pensar que
ya no hay salida, pero es para que al tocar fondo algo cambie a mejor. Solo
hay que seguir construyendo, seguir haciendo cosas y esperar que el transcurso
del tiempo y los acontecimientos haga el resto. Yo sé jugar con muchas barajas
al mismo tiempo, porque si no me aburro, por eso hay partidas donde gano y
otras donde pierdo. Al final, la banca gana.
como siempre.. me encantan tus pensamientos. loviu!!!
ResponderEliminar