jueves, 3 de enero de 2019

LA ARAÑA QUE TEJE


El síndrome del hacer por hacer según mi amiga Mar es lo que tengo.

Esta patología psiquiátrica es bastante divertida, pero lo mío es peor, yo hago con la esperanza de que perdure. No me importa hacer por hacer una granja que nunca se terminará, puede que muera haciendo por hacer, pero ¿y después de muerta? ¿seguirán?

Así con mi síndrome y la esperanza absurda de que funcione, voy haciendo por hacer muchas cosas que no tienen sentido para la mayoría de las personas, pero si para mí. Me divierte y me hace crecer. Me sirve y perdura aunque yo no lo vea porque me voy.

Hoy hago una y mañana otra, y como me voy no pueden llevarme la cuenta de todas. Haciendo por hacer hice tantas cosas que cuando las recuerdo lloro de felicidad. Si, queda cursi, pero es cierto, porque yo si me acuerdo.

Haciendo por hacer voy de aquí para allá, siempre de forma efímera, porque tarde o temprano algo ocurrirá que me haga decidir cambiar de proyecto, siempre cuando está arriba por supuesto, cuando no me necesitan. 

La amenaza de irme está siempre presente, desde el primer día, hay que aprender a vivir con eso, mi falta de apego tiene la culpa.

Los motivos que me hacen desaparecer de un espacio para aparecer en otro solo los sé yo. Puedes conocer algunos, intuir otros, te podrán contar algo pero nunca todo, siempre hay algo que me avergüenza, algo que sé que no todo el mundo podría comprender. 

Doy pistas o incluso suelto alguna prenda, pero los motivos, todos y cada uno los guardo para mí. Soy bastante más introvertida de lo que mi coraza aparenta.

No pasa un día desde que termino un proyecto y ya tengo dos en mi cabeza. El primero mi nueva casa y el segundo no puedo contarlo, ya empecer a tejer.

Sé que he dejado a mucha gente abandonada en estos meses con el Panda, pero era algo que tenía que hacer por mucha gente pero sobre todo por la persona que quiero y querré el resto de mi vida, el Panda persona.

Solo cuando puedo, cuando está arriba, cuando sé que cuento con la seguridad de que todos los que me quieren seguirán protegiendo este proyecto, solo cuando están preparados para rodar solos, me retiro, dejando todo bien atado.

Tienen que pasar unas cuantas cosas aún para que podáis conocer mi nuevo proyecto. Todo es tal y como debe ser, no como yo he pedido que sea. Ojala no hubiera sido así, pero cuando me necesitan los míos, los insignificantes, allí estoy para sacar pecho y morder la lengua con la mandíbula, sin usar la violencia, solo tejiendo y trabajando, como a mí me gusta, haciendo por hacer.

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