Yo perdí un poquito la cabeza, si. Me reconozca loca perdía
ahora que estoy más cerca de la cordura, pero que lástima esa gente que nunca,
jamás, en su vida, perdió el norte. Jamás dejó de hacer sus mismas cosas
diarias, sus mismos recorridos en coche, las mismas compras con su misma tarjeta
en sus mismos supermercados y que para cambiar de aires iban siempre al mismo
lugar de vacaciones.
¡Qué lástima, que insípidos, parece que vinieran a esta vida
obligados!
¡Qué pena los que cuando mueran pueden resumir su vida en un
año y así sucesivamente! Para mí sería imposible, no se ni lo que hice el año
pasado. Pierdo el norte en casi cada cosa que hago. Todo parece una locura
ahora que lo pienso.
Escribí un libro, que es una locura de leer y que ya nadie
puede comprar, y sobre todo, me da vergüenza regalar, es una pena la cabecica
como la tenía cuando lo escribí.
Peleé durante un tiempo por un sueño, sigue guardado en mis
sesos, pero no puedo contar que yo, me veo capaz de organizar a las personas
que no sean tontísimas para hacer cosas útiles para todos.
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