sábado, 17 de mayo de 2014

Y EL DOMINGO DESCANSÓ

Hoy me golpeé la cabeza tan fuerte que me caí para tras y me clavé una linterna de hierro que llevaba junto con un tapón de un frasco de cristal metida en el bolsillo posterior de mi pantalón.

Mareada, pensé: Es una señal.

Que señal ni señal, es lo que llevo haciendo toda la vida. No se ni porque aún estoy viva, ya lo he escrito en otra ocasión. Quemaduras en la mano, putos en la otra, accidentes de coche, ahogamientos varios con el agua marina, hemorragias ... ¿Cómo es posible que Dios me mantenga viva con lo molesta que soy? Ya me conoce de tantas veces, al final se le coge cariño a las personas.

Tengo el pelo corto, empiezo de nuevo, la sensación de nuevo comienzo es clara. El lunes vuelvo a ser informática de día y constructora de noche. Entre medias tengo la música que llena cada día más mi cabeza de nuevos conocimientos.

Todo empieza a germinar de nuevo, como mi huerta. Comienza otro ciclo de mi vida, con mucha paz. Ya me da igual hacer cosas o no hacerlas. Escribir, no escribir, que me leáis que no lo hagáis. Ya todo eso no me importa.

Todo está terminado hasta ahora, todo lo que empecé antes, todo lo que tenía pendiente.

Tengo la casa terminada, a falta de miles de millones de detalles, comienza una carrera a largo plazo.

Pido disculpas, lo siento, necesitaba ser libre.

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