viernes, 23 de junio de 2017

LOS COLGANES

Mi éxito vendiendo libros llegará cuando no lo necesite. Todo esto que estoy haciendo, es como meter en una caja objetos para el futuro, para ver si dentro de unos años alguien los descubre y alucina. Igual. Cuando todo esté resuelto, cuando mis hijos estén realmente abandonados, con sus profesiones y sus carnés de conducir, con trabajo para que puedan comenzar a consumir por sus propios medios, entonces y solo entonces, no antes, con lo bien que me vendría, venderé algún que otro libro más.

No antes, no lo dudes, soy una gafe con suerte. La vida se burla de mí continuamente y la muerte ni te cuento, nadie ha sobrevivido a tantos percances casi mortales en la vida, a nadie la vida le ha mandado hijos dobles, a nadie la muerte le ha llamado al orden tantas veces, pero aquí sigo, riendo la última de momento.
Me río de momento y muchas veces, porque la verdadera clave de mi éxito, es lo mucho que algunos esperan que fracase. Como lo que yo propongo son locuras, nadie o casi nadie piensa que puedo conseguirlas. Que pasa, se ríen, y yo les digo:
Ç
-          Tú ri te, ri te!!

Yo triunfo cada año, hasta con los fracasos. El hecho de que no se consiga una cosa este año, es simplemente porque al año siguiente se puede conseguir más fácil y con menos medios.

Todos mis hijos estudian lo que quieren y donde quieren, dos de ellos llevan tres años fuera de la casa. Eso si que es triunfar, conseguirlo ahora y con los medios que hoy tengo, es lo verdaderamente meritorio. Si yo vendiera libros por un tubo, y con eso les pagara las carreras, no sería tan divertido.

Cuento los billetes que guardo bajo mi colchón cinco veces diarias. Tengo para todo, aunque algunos son fotocopias, para no sentirme presionada.

Cuando todo este resuelto, cuando mis hijos alcancen el éxito, es cuando yo descansaré en paz, viva o muerta. Entonces y solo entonces, quizás y sin ninguna duda, será cuando la gente descubra la maravillosa historia de una loca, que hacía magia con todo, siendo como es, una actriz de las buenas. Entonces, dirán:

-          ¿Cómo lo hizo?


Por suerte está todo escrito, ahora vendo libros, ahora bichas de croché, saquitos de semillitas y lo último, unos colgantes maravillosos de hueso de aguacate, ¿quién quiere uno?



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