Tengo suerte de vivir esta
época y ser mujer, soy más libre de lo que fueron ellas, soy
consciente de lo que quiero y lo que no, elijo los elementos que
intervienen en ella. Por eso he tenido cuatro hijos, por eso soy
relativamente joven y mi vida está empezando de nuevo en nuevas
etapas que finalmente me llevarán a una plácida muerte.
Me revelo
ante cosas que no puedo terminar y las termino, comienzo otras con la
mínima excusa, y las continuo hasta donde me apetece. Me gusta hacer
galletas y bizcochos aunque no me salgan bien, me gusta hacer corché,
me gusta salir de cañas con los amigos, me gusta quedarme encasa, me
gusta viajar y no tener que hacerlo.
Todo es bueno o malo si nos
obligan las circunstancias, todo absolutamente lo que no eliges tú,
por muy bonito que sea a los ojos de los demás es malo para tu
persona, mientras que aquello que tú quieres hacer, aunque sea mover
ruedas, quitar hierbas y asalvajarse en el campo acumulando arrugas y
pelos estropajos, es rotundamente bueno.
Cada vez que me bajo de
allí, querría quedarme un poco más, si pudiera seguir haciendo con
todas mis fuerzas haría, pero ya soy vieja, hago lo que puedo.
Si
tuviera materiales, herramientas y tiempo, sabe Dios lo que tendría
ya hecho.
Es así, soy feliz
haga lo que haga, porque sé que todo absolutamente lo que hagamos solo es más que matar el tiempo hasta que llega la muerte.
Invertir
nuestro tiempo en cosas que nos hagan felices, ya sea cantar o
arranchar hierbas, que a veces me da coraje que sean tan pocas, me
voy a tener que ir al campo del vecino para divertirme de verdad.
Hoy hice una compostera, ahí está llena de hierba, que se
convertirá en tierra buena que hará que lo de mi cerdi sea más fértil y gustoso para vivir.
Todo lo que dejemos
hecho es lo que permanecerá, ya sean libros, hijos, o casas con
ruedas de coche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario