Me voy a dejar llevar. Al fin y al cabo, esto es trabajar,
trabajar y trabajar, no pierdo nada. Ya he criado a mis hijos, los ayudo en lo
que puedo mientras puedo, intento disfrutar de todos los momentos que me quedan
con ellos, pero al final, todo se resume en eso, trabajar.
Si me quedo en casa, pongo lavadoras, si me paro un día me pongo a hacer obra, es como
un vicio que tengo desde siempre, pues qué más da si invierto todos mis
esfuerzos trabajiles en algo que finalmente no salga adelante.
Pues nada
pierdo, solo esfuerzo, la vida no me va en ello, la vida la vivo y la consumo
todos los días.
Me gustaría tener cerca a mis niñas, pero como no es así,
pues me conformo con mi rubia que me da mucha guerra, y el gitano branco que
veremos a ver si mañana no me toca llorar otra vez en otra de sus tutorías, sin olvidar al más Barranco de todos que se come la nevera por los pies cuando vuelve a casa, no te digo na si el karma me escuchara y me trajera a todos a mi lado, siendo
felices eso si, no por cosas malas.
Ya tengo una nieta, mi casa pagada en dos años, estoy
visualizando mi propia jubilación. Me veo en una casa con chimenea donde viene
mucha gente para que la ayude a hacer los deberes. No sé, me veo como Don
Antonio, feliz de terminar mi vida sin tiempo para ir ni al servicio.
Me huelo que mi última casa va a ser la más espectacular, la mejor de todas y a
piso llano desde la calle. Para poder ver la luz tendré que ir a
mi barco, todo encaja, todo es como dije en un principio. Me gustaría poder abandonar a mis hijos, pero se de sobra que Adela no podría estudiar nada si no estoy aquí
todos los días.
Tendrán que abandonarme ellos a mí, de momento, no veo el día en que me largue de esta casa con viento fresco.
Tendrán que abandonarme ellos a mí, de momento, no veo el día en que me largue de esta casa con viento fresco.
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