sábado, 10 de noviembre de 2018

FUTURISTA


Es arriesgado visualizar el futuro como llevo haciendo durante todos estos años en mi blog. 

Para nada coincide con la realidad todo lo que imaginé. 

Todo el trabajo invertido en mi Barco ha sido prácticamente inútil, mi Vacarris se ha muerto, no pasa nada, son imaginaciones mías que siguen ahí furulando en mi cabeza con intenciones de hacerse realidad. Necesito tener esos “top sueños” para resolver cosas más fáciles como montar una pizzería por ejemplo, o escribir un libro o dos. 

Mantenerla abierta, que es lo más difícil en estos momentos, ya llevamos cinco meses, creo que serán mínimo de embarazo, después, no tengo claro si nacerá un buen negocio o un hijo tonto.

Tengo que seguir el trabajo, resolver poco a poco, uno a uno los problemas y seguir repartiendo pizzas, seguir gestionando, seguir espantando posibles depredadores y mantener a salvo este bebé.

Cuando me invaden pensamientos negativos me pincha el corazón, me acelera la respiración y no puedo seguir construyendo, por eso, hoy como muchos días he vuelto a rehacer mi caja de los deseos, sé que todo se cumplirá, ya me encargo yo de parte y el resto, es mi karma que me acompaña toda la vida, unas veces para reírse de mí, otras para ayudarme, pero nunca jamás en contra. No sé qué tengo, pero le caigo bien.

Voy a contra reloj, eso es evidente, anoche eran las una cuando puse un pie en mi casa, no sin antes celebrar con mis cañas de los viernes el nacimiento de mi Nina, estudiar lenguaje musical con Adela, preparar las escaleras para que vivan más animales y algunas cosas más que hice que no recuerdo pero que seguro que son de poco tiempo.

Me encanta tener la sensación de no perder ni un minuto, de ser Superman en la cabina de teléfonos poniéndose las mallas. Salir de un trabajo corriendo desnudándome para mientras aparece en mi pecho el emblema de PANDA pizzería.

Es mi camiseta de trabajo, no tengo capa para volar, pero soy capaz de resistir sin enloquecer que me hable  mucha gente al mismo tiempo, que no me dejen vivir ni respirar, que silencie el móvil y todo el mundo esté más calmado o desesperado y derrotado porque no han podido resolver.

Esta es mi vida y me encanta, no sé qué será de mí el año que viene, no suelo tener un año igual que el anterior.



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario