Ser madre es un sentimiento, no un acto biológico.
Puedes parir
un hijo y no ser madre, o ser madre de todos los niños que te rodean. Ser madre
es sufrir si él sufre, es olvidarte de ti en su favor, es disfrutar de
cualquier alegría que puedas dar a tu hijo, ya sea cocinando para él su plato favorito o
comprándole unas zapatillas.
Ser madre es meterte en el cuerpo del otro y vivir
sus éxitos y fracasos como tuyos propios.
Es viajar desde casa cuando te manda fotos por
wasapp, es suspender los exámenes, es volver a vivir, volver a nacer, es tener
muchas vidas como los gatos.
Se puede ser madre de animales o personas, se puede tener
ese sentimiento dentro sin haber parido nunca. Ser madre es llorar de emoción
pensando en ellos, es no necesitar nada más que su felicidad, ser feliz o
desgraciada si ellos lo son, sentirte encerrada,
atada, muerta en vida si no están.
Conozco madres biológicas, que jamás tuvieron sentimientos. Madrecitas que para ellas, ellas son lo primero. Que tienen sus armarios llenos de ropa, sus joyeros repletos y su corazón más vacío que
una caja llena de agujeros.
Lamento la suerte que corrieron estas personas, muy
posiblemente nacen con esa deficiencia de fábrica o nunca sintieron el amor de
una madre por lo que es imposible que transmitan ese conocimiento, nunca jamás
podrán sentir lo que sentimos las otras, las que somos madres verdaderas.
Mi Nela va a ser madre verdadera aunque no quiera, porque ya
lo era.
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