Cuando empiezas a mentir no sabes cuando mientes o dices la
verdad, eso se llama ser una mentirosa sin escrúpulos.
Cuando empiezas a fumar y
no sabes cuantos cigarros llevas, una fumadora compulsiva.
Cuando empiezas a no
dormir, no sabes cuanto duermes o estas despierta, tienes miedo a quedarte
traspuesta por si te despiertan. Y cuando duermes estás alerta, para despertar
sin sobresalto, de esta forma ni duermes ni sueñas. Puedes pasar horas mirando
a un cajón de las bragas mientras llevas unas en la mano, paralizada, pero no
duermes, pero no estás despierta.
De pronto miras tu wasap y hay miles de chats hablándote y
hasta una llamada del extranjero. Han pasado horas y no escuchabas las
notificaciones, pero no estás dormida, estás en urgencias, mirando a la pared
blanca que te dicen que mires y esperes.
Cuando no sabes si vendrían a verte si tu no lo pides, si te
quieren, si no lo dicen, si no sabes si es verdad lo que ha ocurrido o ha sido
un sueño.
Cuando ves que tus muelas te duelen y no soñaste que te arrancabas
una y la colocabas con la lengua y con la mano por fuera, que fue verdad, que
duelen.
Es ahí cuando debes temer por ti, y no pensar en otros,
debes ocultarte de todos, no volver a ser la misma, o no volver simplemente.
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