¡ESE DEMOÑO, QUE ME COMA EL COÑO!

Y vino el Demonio a cobrarse. Y no solo le pidió el alma, también quiso su cuerpo. Y lo conquistó de la peor de las formas, la más adictiva, la de dedicarse a ella en exclusiva. Egoísta como una niña pequeña, pensó y pensó. ¿Qué pensarán?

De sobra sabía que no era engreída, que la imagen que desprendía hacia los demás era bonita. Pero siempre lo dijo: 

- Los ojos que me miran.

Ella se miraba al espejo y solo se veía a ella, con sus arrugas y defectos, con sus manchas y espinillas, era ella. Eran los demás los que la veían diferente, en este caso para bien.

Muchas veces odió ser tan alta, eso le hizo descartar bellos humanos por imperativo legal. Esta sociedad machista nos deja claro desde niñas que es correcto y que no, estéticamente. Una bonita pareja, nunca será un gordo y una flaca, una chica alta y un bajito. Una bonita pareja ha de ser como ha de ser, y luego están las feas. Las parejas de gordos, las parejas de bajitos, de negros, de chinos…

A las niñas nos enseñan que nuestros novios han de ser un poquito más altos y un poquito mayores. No demasiado. Llámale racismo, machismo o selección natural de especies, llámale como quieras pero estas enseñanzas tienen poca competencia en la educación de nuestros hijos.

Se dan casos de parejas desiguales, pero ambos sienten esa carencia. Y se lo hacen ver cada día, es como cuando llevas un moco pegado, todos te miran y no dicen nada.

El macho debe abrazar desde arriba y cuando no lo hace, siente que le falta algo.

Nosotras debemos ser protegidas y estar más abajo.

¡CABEZA MÁS BAJA QUE GRAN JEFE!

He tenido que elegir teniendo en cuenta mi altura. En mi generación muy pocos la superaban. Daba miedo, doy miedo y daré. Solo los valientes, los temerarios son capaces de enfrentarse a esta hembra. ¿Porque? Porque además tiene esta lengua y muy poca vergüenza. Ysiempre pide más, más, más...

Es triste pero es cierto, es lo que siento. Muchas veces me medí intentando menguar, hace poco la última vez, y nada. Siempre pienso, a lo mejor ahora que voy para vieja pierdo uno o dos centímetros. Nada. Me gustaría aparentar cuarenta años que son los que tengo y nada.

Pienso que el demonio me miró de chica y ahora ha venido a cobrarse gracias a Dios.