jueves, 21 de febrero de 2013

PRESOS FAMILIARES


No me gusta ver la tele,
si que me toquen el pelo,
que me tapen con su manta,
que me amen es un reflejo.

Sin aire para respirar, sin intimidad, sin espacio
pagados solo con sus sonrisas y abrazos.

Somos presos familiares,
condenados por amor a los nuestros,
sin descanso y sin sueldo.

Porque doy lo que recibo,
porque recibo lo que ofrezco,
que mayor pago puede haber,
que saberme presa de sus besos.

Del amor de mis niños y cuando toque,
 del de mis viejos.

LVM




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