martes, 8 de marzo de 2016

CRÉETELO

Si tú te lo quieres creer, créetelo. 

Si te quedas más tranquilo, perfecto.

Es normal que generes una mentira que solo puedan creerse los necios, porque en los hechos está la verdad.

Es normal que te callen la boca y tengas que bajar la mirada si te cruzas con personas informadas, con testigos de los hechos.

Es normal que no lo digas delante de nadie que me conozca bien, porque escuchando tu teoría de la conspiración, puede parecer que lo que intentas es como hacerle creer que yo maté a Kennedy.

Es una mierda, de verdad, que no aprendas a vivir y dejar vivir. 

¿Por qué no trabajas por tu propia credibilidad? en lugar de ensuciar la mía para intentar darle brillo a la tuya, con la grasa que queda en tus manos después de despellejar a la mía.

¿Por qué no haces algo por ti mismo? 

Algo que genere el respeto de los demás hacia ti, que desprenda admiración por poca que sea, por pequeña que sea la cosa.

Siempre fuiste muy mediocre, incapaz de funcionar por tus propios méritos, viviendo de las rentas que otros te legaron.

¿De que te sirve tirarme piedras a mí?

Detrás tengo un ejército dispuesto a defenderme, con mucha mala leche y un tirachinas por cabeza.

No permitas que te tomen por necio, no dejes que te llamen resentido, no intentes elevar tus suposiciones a verdad, mentiras no son, solo son tus suposiciones.

Si dejas de emitir tus necias palabras, el tiempo las borrará, te pondrá en tu sitio. 

Cada vez que hablas, mis hechos desmienten.  

Tú mejor callaico, así dejarán de llamarte necio. 

Yo las olvido, sin querer, aunque nunca perdono, tampoco es necesario.  

La próxima vez que te vea, te daré lo tuyo, dos besos hipócritas y para nada sinceros, como los que espero de ti, que no sabes que sé, que juegas sucio. 

Judas. 


1 comentario:

  1. Sabes...? hay gente que juega sucio, porque es la única defensa del "no-autentico". Venden en galerias de cartón piedra oropeles y sedas adamascadas de colores chillones, rotas de limpiar el babeo que produce tanta mentira. Sólo uno mismo concede a otro la capacidad o no de sentirse ofendido. En cualquier caso, dejo ahí la pregunta: ¿qué hubiera sido de todo sino es por Judás que desató la tormenta? esa gente igual es una oportunidad de crecer donde más sol encontremos, lejos de la sombra y umbría que nos metieron.

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