Estoy mayor.
Desde que cumplí los cuarenta voy para abajo. Si tú quieres engáñate a ti mismo, pero estamos en el camino de vuelta. Estoy contenta de no haber muerto hasta ahora, enterré a varias personas de mi edad y más chicas, pero estoy cansada, de verdad que me gustaría terminar algún día.
Desde que cumplí los cuarenta voy para abajo. Si tú quieres engáñate a ti mismo, pero estamos en el camino de vuelta. Estoy contenta de no haber muerto hasta ahora, enterré a varias personas de mi edad y más chicas, pero estoy cansada, de verdad que me gustaría terminar algún día.
Cuando digo terminar, descansar, hablo de no tener nada que
hacer. Hablo de que no se me acumule la mierda en el frigorífico, o en el microondas,
o en el cubano del reciclado. Hablo de bajar a la calle con una bolsa de basura
solo, no cinco. Hablo en definitiva del día en que termine mi labor de madre.
Es mucho curro ser madre. De verdad que el que se plantee
que termina cuando el niño hace pipí y caca en el orinal, va listo, que cuando
se ven grandes se ha terminado, apañado va.
Estoy cansada, porque es que además quiero dejarlos con una
profesión, que además tengan un techo digno donde cobijarse, quiero simplemente
que me dejen descansar tranquila, aunque sea debajo de un puente, o en un nido
hecho con ruedas, que es mejor.
Cuando me planteo porqué me hice madre, si volvería atrás y
haría lo mismo, no tengo respuesta. Es algo que hice como todo por instinto. Nunca
pienso mucho los pasos que doy en la vida, unos son productivos, otros
completamente inútiles. No sé aún si ser madre fue algo productivo o inútil,
solo sé que me gusta tenerlos cerca, o lejos pero felices, que cuando no están
me aburro, a no ser que no esté yo tampoco, fuera de la casa nadie se aburre.
Estoy mayor de verdad, que me veo en las fotos y en las
fuerzas.
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