Comprendo que la gente piense que estoy como una cabra. Comprendo
que le den la razón a todo aquel que hable mal de mí. Bueno, mal según quien
valore, hablar mal sería decir que soy mala, no creo que mucha gente diga que
soy mala, solo uno claro, al que nadie hace caso por mentiroso, su culpa es,
que todo el que lo conoce hace oídos sordos.
El caso es que mala no soy, pero sí difícil de llevar. Una muchacha
que ha criado una cerda en un tercereo sin ascensor, que todo el mundo decían que no era de
las pequeñas y no hacía caso.
Menos mal que vino el veterinario del pueblo a sedarla,
si no a ver como la bajamos, eternamente agradecida.
Lo comprendo, lo entiendo y asumo. ¿Quién va a ser el
valiente que salga conmigo en la foto? Por eso, ya de entrada, me niego, me niego
a salir antes de que se nieguen.
Ya me ha pasado varias veces, no una, que hay personas que
se esconden, luego aparece otra persona más llevadera y todo lo que dijeron
que no hacían por convicción, de pronto era, por…
Por decirte algo. No te van a decir: no salgo contigo porque
se van a reír de mí, me van a preguntar que tal lo haces, van a sentir “envidia
cochina” porque estoy por tus huesos, si es verdad que todo lo que escribes lo
haces en la cama...
A veces paso envidia cuando veo a alguien de la mano de
otro, y no soy yo, y resulta que el otro antes no me quiso dar la mano.
Pero lo asumo, sé perfectamente con quién se la están
jugando.
¡Hay que ser muy valiente!
No soy una más del montón, lo sé, soy una más del rincón.
LVM
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