¡Nicolás vete a tu casa!
Es un grito nuestro de guerra. Siempre va con su perro y hoy, no se ha cortado ni un pelo, solo iba por pan del día. ¡Con dos cojones! Hemos hablado de lejos esta vez, siempre nos tocamos mucho y despedirnos no he podido sino recordar cuando Nicolás era joven y yo una niña.
De un día para otro, te quedas embarazada. De un día para otro te hacen abuela, conoces a alguien especial, te enamoras, te desenamoras en dos o tres días si estás acostumbrada... De un día para otro parece que te han visto una cosilla rara, tu vida deja la normalidad para dedicarse a la supervivencia.
Así es como la ignorancia de hoy te hace pasar ansiedad por
cosas que piensas que van a ocurrir mañana. Hasta que alcanzas una edad, como la de mi amigo Nicolás, o como la mía este año, donde has visto tantas amenazas, has vivido tantas situaciones que ya te cruzas la carretera como los perros viejos.
Nada está escrito.
Nada está escrito.
Todos sabemos lo que adelantan nuestros científicos que va a
ocurrir, pero todos miramos para otro lado con la esperanza de que no estemos
vivos para verlo. Pero es que alguien tiene que estar vivo, alguien tiene que
estar para verlo, quizás seamos nosotros y esto sea el principio.
Ahora está de moda emitir mensajes de esperanza, que todo va
a salir bien, que esto va a ser una pesadilla, pero yo, que soy más optimista,
pienso que esto nos va a hacer volver al
principio, al hambre, a la fatiga, a valorar la vida, a no tenerlo todo y
querer más.
Estoy cada día más dispuesta para morir, pienso que ya aprendí bastante. Si a esta vida venimos a
aprender para la otra como me dijo uno que creía en Dios, cada año miro a mi yo
del año anterior y pienso:
- ¡Qué gilipollas!
¡Qué gilipollas creer en el amor! Ya este año no creo, mejor puro bienestar y felicidad.
¡Qué gilipollas creer que se puede salir del sistema! Poder
ganarse la vida por uno mismo, siendo autosuficiente, vendiendo libros, sacos
de semillitas o huevos de gallina… ¡Qué gilipollas!
Si la vida solo
costara lo que cuesta el alimento, la energía y poco más, vale, pero cuando tienes que
pagar hipotecas, móviles y ni se sabe cuántas tonterías, por mucho que ganes te
quedarás corta.
Pobres las compañeras que querían montar una tienda de productos ecológicos y de calidad después de ser despedidas, si no han caído ya, esto las remata. El Corte Inglés con su línea de productos de calidad en alimentación las pondrá en su lugar, de pobres.
Mi madre también monto una frutería, para después pagar las pérdidas poco a poco durante muchos años. Pero, ¿quién les quita la ilusión? Cuándo eres artista no te faltan voces que te minan la moral, no todas a la cara, más voces que se ríen, que cuestionan tu valía. Pero cuando alguien emprende un negocio para personas normalizadas, aunque sea ruinoso a simple vista, todos callan y dejan que te estrelles solo o sola.
De todas maneras juego con ventaja, veo personas con más años, que están años atrás en la evolución. Aún piensan que la gente se puede hacer rica antes de los cuarenta, cuando eso solo ocurre en América y en las películas.
¿No lo veis? Las ideas innovadoras no existen y si alguna sale por ahí, realmente genuina, vienen los grandes y la compran.
Los pobres no tienen la culpa de ser pobres, los ricos si. G.F.
Pues claro, porque si tu tienes dinero y lo inviertes en los demás puedes pasar a ser pobre en un año, pero al contrario solo conseguirás frustración, porque todos los que tienen dinero lo tienen desde antes de nacer.
La felicidad por fin será mínima en lugar de incompleta.
Ya se valorará como nunca un buen momento, antes se analizaba que se le podía mejorar, nunca estaba perfecto.
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