martes, 11 de agosto de 2015

CAPRICHOSA

Cuando amas, mimas.

Conozco muchos niños mimados que no son capaces de corresponder porque solo se aman a sí mismos. Aprendí a reconocerlos, a alejarme y observarlos. Y por supuesto a desecharlos.

Suelen ser seres supremos.

Ahora quiero ser yo la niña mimada. Mis caprichos surrealistas.

No renuncio por nada del mundo a sentir eso que sienten ellos. 

Ya nunca diré: NO IMPORTA.

Si importa, ¡qué le corten la cabeza!

Yo si importo, para mí los detalles, para mí los mimos, para mí todo absolutamente, no renuncio a nada o lo dejo todo.  

LVM

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