Una persona no es nadie si no se le acompaña del entorno
social. El entorno laboral también es importante y el hábitat.
Cuando se valora
a otra persona, todo es importante. Tú puedes quedar completamente satisfecho
con un ejemplar humano por sí mismo, pero tiene una familia de gañanes, o sus
amigos no existen, o carece de trabajo ni futuro o simplemente vive con su
madre, ni casa tiene para echar un buen polvo. ¿Qué haces?
Pues por muy buen ejemplar que sea de persona, al final
prima el entorno y la relación va a pique.
Por otro lado, puede existir el ejemplar que lo tiene todo,
casa, trabajo, entorno social aceptable, familia de personas normales, unos
amigos más o menos agradables… pero el tío es un truño, infumable vamos.
Esta persona no se explica cómo teniéndolo todo no se come
un roscón, claro, evidentemente no se ve a sí mismo, no sabe que algo hay en él
que no se puede tragar, puede ser su físico o su personalidad.
¿Cuál es el término medio?
Una persona que no sea ni guapa ni fea, al que adoren sus
amigos aunque a veces sea un coñazo andar con él por la calle, con una familia
más o menos extensa que no sea muy pesada, que disponga de un rincón donde
caerse muerto, aunque sea de alquiler, que trabaje por un mísero sueldo, pero
que sea suficiente para ser feliz y hacerte la mujer más feliz del mundo.
LVM
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