Cada vez que me veo rodeada de machos, me gusta espantarlos.
Es como una afición que tengo, es una travesura, una maldad que me nace de
dentro.
Ayer me pegué un eructaco, dentro de contexto, era un
concurso.
Seguro que si alguno estaba pensando en que mujer más
interesante, se le cortó la digestión.
Su atención se desvió en ese
momento hacia otras posibilidades más interesantes.
Me regañan por hacerlo, pero es que no concibo la vida sin
ser así. Estoy de lo más infantil, no necesito gustar, me gustaría no gustar y
seguir haciendo todo lo que me gusta hacer.
No te digo que no me entre hambre de hombre de aquí a algún tiempo,
pero de momento, estoy completamente saciada.
Si me pasa, esto último que he
contado, no os preocupéis que sé buscarme las habichuelas y ponerme interesante
si he de ir de cacería.
Pero de momento, este año, prefiero ser yo, y este yo mío no
se come un roscón.
Menos cago.
LVM
No hay comentarios:
Publicar un comentario