domingo, 2 de agosto de 2015

LO QUE ME SALGA DEL POTORRO

Llego a casa a estas horas y como siempre no puedo dormir. Pienso que sería bueno escribir, más que nada porque me aclara las ideas.

No trae cuenta.

Ni un solo minuto de pesar me trae cuenta hoy en día. Solo sumar me compensa.

¿Follar?

No es necesario para mí.

¿Dormir abrazado a alguien?

Para el que lo necesite.

Ahora es cuando dices eso de que lo digo pero no es verdad. 

Vale, sabrás tú.


Yo, necesito paz. Necesito no darme cuenta de nada. Que me enreden sin querer. No medir porque no es necesario. Hablar y que me hablen, eso si es fundamental para mí.

Un solo día sin hablarme puede hacer que me olvide de ti. Lo siento, soy así. Esa es mi gran necesidad. Suelo ser muy intransigente con ello.

No dejaré que nadie se esfuerce, exijo que sea  de forma impulsiva y natural. No quiero que me hables porque te reproche tu ausencia.
Si no me hablas no te hablo.

Si no me quieres, aunque te quiera, te dejaré de querer.

Necesito despertar por la mañana y encontrarme un buenos días, un ¿y tú?

Que trascurran los hechos en mi vida y que me escuches. Que sin darme cuenta me habitúe a tu presencia. Que te hagas conmigo, con mi necesidad. Que me busques. 

Hoy por hoy, no tengo esa necesidad. Despierto con mis planes que voy desarrollando. Tengo amigos para contarlos, unas veces unos, otras veces otros.

No necesito que me digan que debo hacer, no necesito que me mezan en la cuna, no necesito que me besen, que me abracen. No lo necesito, porque lo tengo aunque de diversas personas.

Lo que necesito es naturalidad, vida continuada, simplemente… 

¡VIVIR!

Y sobre todo, que no me pidan perdón porque no lo necesiten, que nadie se justifique porque no reciba mis reproches, que no me reprochen, que no me tenga que justificar.


Vivir haciendo en libertad, lo que me salga del potorro. 

LVM

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