jueves, 28 de julio de 2016

SUBNORMALANDIA

A los animales hay que tratarlos como animales, en mi humilde opinión desde el respeto absoluto por ellos, deben ser tragados como animales, como a los niños como niños, a los ancianos como ancianos y a la madre naturaleza como la estamos tratando para terminar con esto cuanto antes.

Cuando veo a un perro subido en un sofá, sea como sea de grande, me parece una subnormalería.

Vale, es un término poco correcto, no debo utilizarlo, puede ofender. Qué se jodan los mariperfectos escribiendo, son unos subnormales.

Bueno no, ellos que hagan lo que quieran, pero a mí que me dejen. Nadie me diría nada si fuera una escritora famosa, es como decir a Picasso que no utiliza bien los colores y que las formas que dibuja no tienen ni pies ni cabeza.

Normal, es Picasso, hace lo que le sale los huevos.

Yo nunca seré famosa, al menos antes de morir.

Bueno que me voy, como iba diciendo, no es más querido el animal que se te sube a las barbas, el que es cuidado como si fuera una persona, peor, como si fuera tu amo.

No sé si soy el mejor ejemplo humano de trato hacia los demás, animales o cosas, pero me siento satisfecha en este aspecto, en otras cosas soy un desastre.
Yo he tenido una cerda en casa, ahora está en su lugar. Yo la aprecio, la cuido, la echo de menos cuando no puedo subir a verla.
Mi vecino dice que les gusta vernos juntas, que sabe que el animal necesita de mi presencia. Yo que sé, hago lo que puedo con mi pelo, pero no voy a tratar a una cerda como si fuera vaca, a un perro como si fuera gato, o a un gato como si fuera de escayola.
xD que cada uno ha de ser tratado de la mejor de la manera en relación a lo que eres, que no es más feliz un perro subido en un sofá, que el que duerme en el suelo bajo tu sofá esperando que cuando te quedes frito en la siesta, dejes caer tu mano sobre sus ojos.

Así dormía mi Kena, maravillosa hasta que murió. Yo misma la sacrifiqué, tengo lo que hay que tener para ver cuando una persona animal o cosa ha terminado su camino en este mundo.
Lloré un poco, pero me hizo feliz su muerte, no tuve que verla más levantarse de un charco de meados porque no podía subir sus patas traseras.
Hasta entonces, yo estuve allí, la misma que la sacrificó la bañaba cuando le venía la regla, imaginando lo mal que se debía sentir. Si yo fuera la que tuviera todos esos pelos en el chumino, me gustaría que me bañasen.
Lo fresquita que se quedaba, lo feliz corriendo por el parque, loca de contenta, limpia. 
Yo misma la metí en un saco y la mandé a enterrar.
Lo malo es que el recado se lo di al Barranco, pensaba hacerlo en su campo, pero luego me enteré de que la tiró a un contenedor.
Que burro. Es recriminable, vale, pero, ¿y? A ella qué más le da.
¿Por eso ella fue más o menos feliz? No, los animales son para tratarlos como animales, animales muy queridos, pero animales.
¡Verás tú cuando le venga la regla a la perra de mi hijo!
Nota: pero para que esto sea subnormalandia tiene que venir la otra tirar la leche de avena después de haber fregado y yo decirle mil veces ¿qué es eso? porque color no tiene de leche, ni sabor que es una cosa asquerosa que comen los niños modernos que se van de la casa a vivir aventuras como perros flautas.... ¿qué he dicho? ya me he perdío, ¿esto no iba a ser una nota al pie y yasta?

La mayor subnormal, la reina de subnormalandia, yo, que me he pegado una mano de limpiar y de fregar y de to de to que es para ser por lo menos gilipollas.

Mañana viene mi chico y continuo mis vacaciones, no me echéis mucho de menos.


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