miércoles, 21 de septiembre de 2016

TRISTES


El uno depre, la otra depre, ahí otro montón de depres, todos menos yo. A este le afectó mucho la muerte de mi padre, el otro no tiene trabajo, esta ciudad es una mierda, normal que estén depres, todos, claro menos yo.

¿Por qué? Porque a mí todo me sale bien.

Estoy hasta el coño de todos los depres del mundo, a partir de hoy con ellos me haré la depre. Como los abuelos que les duele un hueso, músculo u órgano vital, que empiezan a contarlo y el otro lo interrumpe y se pegan incluso palmaditas en las manos para ver quien cuenta más dolencias, pues así.

¿Tú estás depre? Yo más.

¿Se te ha muerto tu padre? Cucha, y el mío.

¿No te quería? Pues anda que a mí.

Así voy a hacer un cerco de cinco mil kilómetros a la redonda, porque todos los depres van a intentar contarme sus penas y yo les voy a atacar con mi ametralladora de penas, que balas no me faltan, que los voy a aniquilar a todos con una pena en la frente.  

¿No sabes?

Yo digo como el hortelano que sale en el video hablando de cómo se acaba con el colesterol pero con las penas, pegando mochazos a la tierra con una azada con todas sus fuerzas, diciendo:

-          Asín, asín es como se termina con las penas, asín, mira, mira, ni ansiolíticos ni punta de nabos, mira, ni psicólogos ni loqueros, asínnn asín es como se termina con todos los tristes del mundo.

A mí que me dejen, me cansé de ser su apoyo, de ahora en adelante cuando me echen la mano en el hombro para buscar cobijo, lo retiro y salgo pitando.

¡Guerra mundial Z contra los tristes!


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