Tengo tantos recuerdos de estos cinco años, que no me queda
sitio para más en mi memoria. No digo que mi vida anterior no fuera intensa,
que también, pero estos cinco años han acumulado más emoción que toda mi vida
junta.
Emociones encontradas: ansiedad y amor, rabia y resignación,
calma y acelero…
En estos cinco años, me despedí de mi empresa y he vuelto. Me
enamoré más de una vez. He viajado mucho, he conocido a muchas gentes, pero sobre
todo he trabajado sin descanso para alcanzar varios objetivos económicos que
puedan mantener a mis hijos.
Objetivos alcanzados.
Paz.
El tonto objetivo de conseguir sacar algo de compensación
económica por medio de mis letras, está descartado. Sé que ni los grandes
sacan.
Bueno, los grandes, grandes, si, aunque escriban cuatro mierdas, pero hay
mucha gente de talento, que para subsistir pone copas en los bares, cuando ha
sido apoyo y referente artístico para muchos de nosotros, los ciudadanos de a
pie.
Para mí, la recompensa, es que más de cien personas de media lean mis letras cada noche, escriba o no, y sobre todo que a alguna de ellas le sirva
lo que lee para resolver alguna duda personal, o para animar a seguir, o para
servir de ejemplo.
Malo o bueno, pero un ejemplo soy.
Cuando comience este curso, todo será calma. No digo que no
siga siendo la que soy, haciendo miles de millones de cosas al mismo tiempo, trabajando
como un mulo blanco, que me gusta a mí y me mantiene en forma… no digo que no
me enamore de nuevo, yo vivo el día a día, espero que me dé una tregua la vida,
pero si hay que enamorarse, se enamora una.
Comienzo de nuevo, con mi casa nueva, con mis pocos hijos,
los que me quedan.
El que venga detrás ahora no se imagina la suerte que ha
tenido.
LVM
No hay comentarios:
Publicar un comentario