Me gustaría poder creer en Dios, no temo al enfrentamiento con él, se supone que es gratuito. El día que muera, si Dios viniera a verme, la verdad, debería contarme que es otra persona porque si ocurre este hecho, me parto de risa.
Entiendo que para los creyentes debe ser un consuelo pero yo solo creo en la justicia de los hombres y las mujeres, eso
sí, pienso que de verdad soy tan feliz porque me pagan por adelantado.
Prefiero que me paguen las personas: las clases gratuitas de guitarra de mi Rafita, el ratico tan
bueno que pasé ayer con unas niñas preciosas, haciendo lumbre con amigos,
montada en una bicicleta o simplemente maquinando con mi Nela como nos bajamos
la dichosa moto desde Asturias...
Vive Dios que me encantaría poder creer en él, lo digo porque aquí, la verdad, en la tierra no hay justicia si no hay dinero, pero de
momento declino mi derecho a la justicia divina aunque sea gratuita, prefiero llevarme a la tumba muchas cosas que paguen las injusticias y
los engaños de esta tierra.
Pagaré la multa de mi estafador, las costas para la
madrastra... pero a cambio me devuelven
con creces, mi balance es positivo, las cuentas las saldo en vida, que Dios le
cobre al que deba, que yo para él soy insolvente.
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